LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 25 de mayo de 2016

HILDA


Había una vez
una dama bonita
de nombre Hilda.

Ilusión tenía
de hacer una familia
y así la sembró.

Lluvia y sol hubo
hijos fueron llegando
que florecieron.

Destinada a ser
la “Teacher” del Colegio
todos la amaban.

Abuela que ríe
jugando con los nietos
el alma goza.


© 2016 PR


miércoles, 17 de febrero de 2016

RESEÑA: Esquizofrénica, de Bella Martínez


Esquizofrénica
Bella Martínez
Amazon, USA
Enero 2016


Leí y viví los 70 suspiros y el epílogo de Esquizofrénica con el gusto de quien va descubriendo cosas nuevas y maravillosas, saboreando cada imagen, cada expresión y cada situación que Bella me confiaba a través de su narrativa coloquial, que hace que pueda oírla contármelo todo junto a un café o una copa de vino en la sala de su casa.

Esquizofrénica es un libro de memorias cien por ciento boricua en el que se entrelazan las raíces y florecen las vivencias de la protagonista y su clan, siempre al ritmo de la salsa, la bomba y la plena.

El tono casual en que está narrado el libro nos permite deslizarnos sin problema por las vivencias de la protagonista al compartirnos situaciones graciosas o difíciles, donde las coloridas anécdotas llevan consigo una carga de reflexiones que igual pueden denunciar una terrible injusticia, como también elucubrar una razón válida que la explique.

El amor por la tierra, por la familia y por el círculo de gente allegada desemboca en un embelesamiento donde los recuerdos sirven para revelar los conceptos de la vida y el mundo. La Cacica, los hijos, tías y hermanas de vida constituyen el oxígeno que respira la autora en cada una de las hazañas que nos muestra.

El libro comienza ubicándonos en la red del parentesco de la autora, nos deja ver la dinámica familiar y su circunstancia personal dentro del marco cotidiano y laboral, que la lleva a ausentarse en repetidas ocasiones, cosa que influye de manera definitiva en su estilo de vida.

El merecido gran orgullo y amor por lo propio acompañan a la protagonista en las evocaciones de la saga familiar y las meditaciones en torno a la realidad actual que se vive en la Isla, pasando por sus razonamientos de los conceptos sobre los que descansan los valores fundamentales del ser humano, hasta llegar irremediablemente a la nostalgia anticipada de quien debe marcharse de su terruño por razones ajenas a su voluntad y espera con ansias el momento de regresar.

Estas memorias son lectura importante, tanto para quienes conocen a Bella Martínez, como para cualquier persona que desee conocer un fragmento de crónica familiar puertorriqueña o que busque reencontrarse con su propio testimonio filial. Es un libro muy humano, gracioso y conmovedor como las vidas que toca, con sus curiosidades, verdades, apreciaciones, opiniones, críticas, deseos y anhelos; todo inmerso en la situación histórica-política-económica-social de este trocito de tierra bendecido por el universo.


Patricia Schaefer Röder
Febrero 2016



miércoles, 10 de febrero de 2016

MAMÁ

Miles de años
mil millones de almas
y éramos una.

Abriste vida
a mí y a mis hermanos
dando la tuya.

Madre única
por encima del cielo
en mi corazón.

Abrázame hoy
dueña de espacio y tiempo
no me sueltes más.


© 2016 PSR


miércoles, 11 de noviembre de 2015

AMOR (III)


A mí llegaste
entre todas las almas
regalo inmenso.

Mundos eternos
crearás en la vida
de tus pasiones.

Orgullo pleno
habita y crece la paz
de quien te cuida.

Reina única
del corazón materno
que me desborda.


©2015 PSR


viernes, 3 de abril de 2015

M A D R E


Miro tus ojos
la vida se detiene
en mis recuerdos.

Alma guerrera
no te abandonaste
a la tristeza.

Dama paciente
a pesar de mí misma
aprendí de ti.

Ruedan dos gotas
de tus cuencas a mi ser
por mi inmadurez.

Eterna y bella
tu voz resuena en mí
abrigándome.


©2014 PSR

viernes, 14 de noviembre de 2014

 
Eres aquel suspiro que me dejó sin aliento. Te tuve un instante dentro de mí, para luego dejarte ir.

Eres mi reflejo refractado en un cristal sin tallar. Poco a poco vas cobrando tu forma inigualable.

Eres la melodía de mi corazón hecha eco sublime, la sonrisa hermosa que me ilumina la vida, tranquilizándome.

Eres una mariposa amarilla que, en paz con el universo, juega feliz en el azul de la tarde.

Eres el trayecto que te toca andar por ti misma. Nadie más lo puede hacer; aprovecha la  compañía que tendrás en algunos tramos.

Eres la osa valiente y fuerte en el bosque de nuestros antepasados. Eres la honestidad sin envoltorio: directa, contundente y real.

Eres la semilla de libertad que guardé para una siembra futura, la verdad de mi vida dibujada con carboncillos en un cuaderno de arte.

Eres tus metas y pasiones concentradas en un frasco de pintura, creando imágenes preciosas salidas de tus manos.

Eres la buena música hecha color y esperanza, la fragancia de la juventud que inunda los caminos solidarios.

Eres mil preguntas que me hago yo misma, sin saberlas responder. Eres balanza justa con platillos de infinitas formas.

Eres la flor más suave de todo el campo en primavera, el corazón inquieto que apoya y divierte a otros.

Eres mujer pura y sabia que comienza a desplegar el alma, abeja responsable de escoger las mejores flores.

Eres maravillosa y única; estoy orgullosa de ti y soy totalmente feliz cuando te abrazo.

Eres la risa sutil que pinta sonrisas en los demás. Eres la fantasía y la razón combinadas en la brisa del mar.

Eres la alegría genuina que no se deja vencer; no hay poder en el mundo que te la pueda quitar.

Eres el espíritu de lucha que no se cansa de intentar, junto a la paciencia inteligente que sabe dosificar el esfuerzo.

Eres la fusión de los aromas y las dimensiones más una, que te hacen irrepetible.

Eres todas las ilusiones enlazadas con una cinta dorada. La cinta se está abriendo y empiezas a volar...


©2014 PSR


jueves, 14 de agosto de 2014

ATARDECER


El sol caía derramando rojos y violetas entre las montañas. La tarde se llenó del canto de miles de aves; el murmullo del agua que se escurría entre las piedras servía de fondo al sonido de los insectos y al grito desbocado de los coquíes que buscaban pareja. Celia miraba los rayos del astro que huía, mientras tarareaba aquella canción de la infancia a su hija en brazos. Al fin había logrado encontrar la paz. Entonces, sus ojos húmedos se llenaron de alegría.

 ©2014 PSR

miércoles, 14 de mayo de 2014

EL EVENTO, Patricia Schaefer Röder



        Lo había planeado todo con el mayor de los cuidados. Tuvo la idea un miércoles por la noche, cuando todos dormían cansados la rutina de la media semana. Antes había visto el anuncio en Internet, pero en aquel entonces no se atrevía a soñar algo tan audaz. Sin embargo, esa noche del miércoles, la envolvió un halo dulce y luminoso que ella identificó como el alma de la libertad, olvidada hacía demasiado tiempo. Esa caricia tibia, infinitamente placentera, le hizo abrir los ojos como nunca antes. En medio de la oscuridad de su estrecha vida, de pronto lo veía todo; podía discernir entre las cosas verdaderas y las apariencias, y el espíritu preso se percató de que aquel cerrojo tenía llave…y la llave la esperaba encima de la repisa, junto a todas las demás. Embelesada, disfrutó aquella sensación emancipadora en lo que quedaba de noche, y a la mañana siguiente se sintió más viva que nunca. Con una sonrisa amplia y brillante, se vistió y se arregló, soñando con el evento. Sabía que sería grandioso, que si asistía, sería una experiencia inolvidable. El ánimo la tenía flotando muy por encima de los cúmulos y nimbos, más allá aun de los cirros. Sintiendo sobre su piel ese sueño divino, la mente se le despejó y comenzó a analizar la situación. Serían sólo tres noches. Tres noches y cuatro días en los que le pediría a la niñera que durmiera en casa para acompañar a los chicos. Les dejaría varias comidas preparadas para facilitarles su ausencia. Un taxi la llevaría y la recogería del aeropuerto. Ella se quedaría con una amiga; aún le quedaban varias buenas amistades de la época en que vivió en aquella ciudad, más de diez años atrás. Entre varias líneas aéreas buscó la mejor tarifa en pasajes a Nueva York, hasta que encontró los que se ajustaban a su horario y su bolsillo. Así se fue acercando poco a poco a la meta. Resolvió todas las diligencias que tenía en lista desde hacía tiempo, escogió la ropa perfecta para el viaje, alistó todo en casa y dejó a los niños preparados. Llegado el momento de abordar el avión, suspiró pensando en sus hijos, pero al mismo tiempo tranquila de saber que ellos estaban bien y que se alegraban de que su madre al fin se decidiera a hacer algo solamente para ella. Aprovechó el vuelo para descansar su emoción de niña con juguete nuevo y al llegar a la Gran Manzana estaba llena de energía como cuando era adolescente. Aprovechó el tiempo al máximo; sólo hacía lo que quisiera. Estuvo consigo misma, disfrutando de su propia compañía. Recordó viejos tiempos y se aventuró a pensar en el futuro. Las ideas burbujeaban en su cabeza como la última sopa que había preparado tan sólo unos días atrás en casa. En medio del peor frío invernal, caminó por las amplias aceras de aquella ciudad que, a pesar del tiempo y la distancia, seguía siendo suya. Una por una fue encontrándose con sus amigas, reviviendo anécdotas, poniéndose al día con sus vidas, escuchando atenta y contando episodios de la suya. Probó algunos restaurantes nuevos y repitió en otros conocidos mientras se acercaba el instante que tanto había esperado. Una ansiedad primordial la embargaba; no recordaba haberse sentido así en demasiados años. Se dirigió al lugar con bastante antelación, hizo la fila junto a muchos más que tenían la misma meta esa noche. Después de pasar un rato observando en detalle todo cuanto la rodeaba, los porteros indicaron que la espera había llegado a su fin y la dejaron entrar al recinto en medio de la vaguada humana en la que casi se ahogaba. Llegó hasta su asiento, se quitó el abrigo, acomodó sus cosas de la mejor manera y se entregó a la butaca que la recibía amable. Miró todo; no quería perderse de nada. Deseaba que cada segundo, aquellas formas y colores quedaran impresos en sus retinas. Sentada allí, se dio cuenta de que los años no la habían cambiado, que su naturaleza era más fuerte que las circunstancias y que su esencia seguía intacta. Esos momentos la hicieron descubrirse de nuevo como la mujer apasionada que siempre le había caído tan bien; aquella a la que le brillaban los ojos tan solo por la emoción de vivir cada día. En medio de tantas sensaciones juntas, el corazón se estremeció con suavidad mientras el alma sonreía, satisfecha. De pronto, todo oscureció. Unos acordes triunfales inundaron la sala cubriendo todas las superficies, entrando por ranuras, pliegues y poros, haciendo temblar todos los músculos de su cuerpo. Entonces, el evento comenzó.
 
 
©2014 PSR
 
 
"El evento" aparece en A la sombra del mango, relatos de Patricia Schaefer Röder
 
A la sombra del mango, Patricia Schaefer Röder  
Ediciones Scriba NYC – Colección Tinglar 
ISBN: 9781732676756 
 
 
Mención de Honor en los ILBA 2020 
 
 

miércoles, 7 de mayo de 2014

DÍA DE LAS MADRES 2014


Eres madre venezolana
fuerte, luchadora y valiente
cual amazona
mujer con todas las letras
que con amor inculca respeto
necesidad de justicia
gentil dama
la que enseña el valor del estudio y del trabajo
el poder contundente de la verdad
la paz de la conciencia tranquila
a los pichones de su único nido.

Eres madre venezolana
la que cada mañana bendice a sus hijos
cuando enfilan hacia la calle
como hormigas laboriosas
sin saber si el hampa descarada
los dejará regresar por la tarde.

Eres madre venezolana
la del muchacho decente
que con los ojos limpios
salió a protestar sin violencia
y por bueno lo torturaron
humillado a carcajadas
por defender su dignidad.

Eres madre venezolana
que adorabas a tu hija amada
aliento de tu juventud
espejo de tus ideales
parida con mil ilusiones
querías darle el universo
y unos matones de profesión
pagados por asesinos mayores
se la llevaron con saña
porque sí y nada más
al otro mundo.
Masacran a tu niña
sin piedad y frente a todos
mutilan tu misma carne
alumbrada hace tan poco
la sangre escarlata
que compartiste con ella
tus ojos a través de su mirada
por donde buscabas desesperada
su futuro ausente.

Eres madre venezolana
huérfana de hijo
aquella que se quedó inquieta
cuando te besó al despedirse
para salir a luchar por Venezuela
a la que cualquier pesadilla le pareció un cuento de hadas
cuando te llamaron llorando
cuando te lo devolvieron incompleto
cuando sus cuencas estaban opacas
aún eres su madre
y sigues esperando su regreso
por una eternidad.

Eres Venezuela
madre de todos
de tantos jóvenes héroes
de sus madres huérfanas
lucharemos por tu libertad
Venezuela
eres nuestro último aliento
no podemos perderte.


©2014 PSR


miércoles, 1 de mayo de 2013

ANGELITOS BELLOS



Pintor de la vida y lo que ves
en el cielo como en el universo
pintor de todo aquello
que llena el alma de estrellas
con tu paleta mágica
de mil matices plena
crea la Madre de todos
píntame una Virgen morena
india, cual sol de la tarde
como la noche, negra
y al igual que la mañana
también blanca europea.

Pintor de imágenes santas
desliza el pincel divino
revívela pura en mil cadencias.

Entre el piano y los violines
Coromoto sueña con serafines
musitando versos que amanecen
abrazados a una tonada
llanera ella, la campesina
hija del cuatro y el arpa.

María Lionza, la natural
reina mestiza en la montaña.
Más allá, selva adentro
donde el blanco es forastero
rezan con maraca y zumbador
el canto sagrado de los ancestros
aquellos de tu sangre, bendita Luna.

En el páramo imponente
armonías en flautas milenarias
tejen notas de viento y niebla
que se escurren entre las piedras
honor eterno, merecido
a la gran sabia Pachamama.

La arena de la costa
refleja clara la guarura
con el golpe de un tambor
y el azul partido en dos
inundado de latidos
por ti, Yemayá fecunda.

Artista eterno de lo hermoso
píntame el cielo multicolor
un arco iris, el más grande
tachonado de angelitos
zambos, negros, indios, blancos
ángeles criollos y mestizos
preciosos querubines
que con la Virgen protejan
en mi tierra, a los niñitos.

©2013 PSR

 

 
 

miércoles, 3 de abril de 2013

CELESTE



Celeste
es esta parte de ti
que llevo impresa en el tuétano
celestes los instantes que fueron
y siguen siendo
estás conmigo
hablándome quedo
tu mirada es un holograma
que llena mi alma de ondas fragmentadas
en una melodía de colores
ardiendo de alegría
agrisándose en las tristezas
transparentando el súbito vacío
que inunda plena
la desolación.

Celeste es la nobleza
tu legado de lealtad entre iguales
celestes los planes truncados
en sacrificios estoicos
por el bien y lo justo
hacer lo correcto
domando el miedo
mirándolo de frente
atravesándolo.

Ahora
entro a mi propia vida
exploro la caverna que dejó tu ausencia
nunca me dijiste que querías irte
no me avisaste de tu abandono
no te atrevías
no querías angustiarme
aún espero tu despedida
el silencio es celeste…  

Celestes los anhelos
en tu soledad
poblada de personajes expectantes
embudos que ignoran la fuente
una era llena
de necesidades por cubrir
de los demás
sueños que se tocan
sin dejarse atrapar
metas náufragas
cuestión de prioridad
el tiempo es el cordero
desangrado sin remedio
ofrenda ingrata
que empolva el cabello
haciéndolo alambre de púas.

Celeste es la equivocación
de todos
también la tuya
al momento de vivir las normas
absurdas
cuando te cortaban las alas
sin derecho a réplica
celeste es la visión tenue
de una casa desmantelada
con los recuerdos pegados a las paredes
guardados con un cerrojo
sin llave.

Celeste es tu partida
no soy más la niña de alguien
a veces comprendo que no soy nadie más, punto.
El dolor también es celeste.
En medio de mi pena
reúno los restos de aliento
para alzarme en el eco de tu voz
celeste aún es el brillo
que enciende tu sonrisa
en mi vida
celeste es el camino
a seguir
por siempre.


©2013 PSR


miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL REGALO


La vio por primera vez cuando era niña. Tendría unos seis años el día que la descubrió en el cuarto de su madre, colocada en el lugar más especial de la repisa de sus tesoros. Era una cajita cilíndrica, un tanto chata, que asemejaba una pequeña sombrerera. Al igual que la tapa, la caja estaba hecha de una sola pieza de madera tornasolada finamente pulida, toda labrada en arabescos que, al recibir serenos el abrazo de la luz, reflejaban tonos cálidos y amables. Las dos partes calzaban a la perfección, quedando cerrada con un lazo de cuero. Su madre la llamaba con cariño “el regalo”.
Desde ese instante, quedó fascinada con el regalo. Aunque siempre había estado allí, ella se percató de su existencia esa mañana sabatina de mayo.
—Mamá, ¿qué es esta cajita? —quiso saber, curiosa.
—En esta cajita está el regalo —respondió la madre con una sonrisa.
—¿Un regalo? ¿Y quién te lo dio?
—Me lo dio la abuela hace años. Es linda, ¿verdad?
—Sí; me gusta mucho. Mamá, estos dibujos parecen hojas, ¿por qué esta cajita parece un árbol?
—Es una cajita muy vieja, de nuestros antepasados. A ellos les gustaba adornarlo todo con flores, hojas y frutas. Para ellos los árboles eran muy importantes.
—A mí también me gustan mucho los árboles, Mamá.
—Lo sé, mi amor, lo sé.
Una y otra vez, a lo largo de los años, al preguntarle a la madre por el regalo, ella le contaba sobre el material, el significado del diseño y la manera en que había llegado a sus manos.

Llegó el día en que terminó la escuela. Había decidido estudiar en la universidad, lejos de su pueblo, en el ombligo del mundo. Mientras preparaba su equipaje, caminaba por la casa fijándose muy bien en todo; formas, colores, sonidos, aromas, adornos… Quería absorber de nuevo, consciente, con fuerza, todo aquello que la hacía ser la persona que era. Necesitaba llenarse de tantos recuerdos, de las experiencias, los sentimientos y las emociones que la hacían ser única. Así, paseaba de cuarto en cuarto reviviendo escenas, diálogos, momentos irrepetibles. Al llegar a la habitación de sus padres, encontró a su madre sentada sobre la cama, esperándola.
—Te estás despidiendo, ¿cierto? —quería comprobar la madre.
—Sí. Es toda una vida…
—Acércate hija, tengo algo para ti.
—¿Para mí? ¿Qué es?
—Es hora de darte el regalo.
—¿Un regalo? ¿Cuál regalo es ese? —preguntó ella, ansiosa.
—Mi madre me dio el regalo cuando tenía tu edad y me preparaba para ser independiente, así como tú lo estás haciendo ahora —dijo la madre con suavidad mientras extendía la mano, ofreciéndole aquella cajita de madera noble.
—No sé qué decir… es tu regalo… la abuela te lo dio a ti… No puedo aceptarlo.
—Debes aceptarlo hija, ha sido la tradición por muchas generaciones. El regalo ha llegado hasta aquí desde nuestros antepasados. Hoy lo recibes tú, y deberás entregárselo a tu hija el día que ella se vuelva independiente. Ábrelo.
Ella tomó la cajita entre sus manos con especial reverencia. Mientras deshacía el lazo de cuero, la madre continuó hablando:
— El mayor regalo que se nos ha dado es la vida, y con ella, el libre albedrío. Siempre, la decisión está en nuestras manos y siempre tenemos el privilegio de actuar de la manera que queramos. Tenemos el poder de decidir qué hacer, cuándo y cómo, en dónde y con quién, y eso solo porque somos libres para ello. Del mismo modo, podemos negarnos a hacer lo que no deseemos. Solo nosotras tenemos la última palabra y solo nosotras somos responsables de nuestros actos. Nosotras corremos con las consecuencias de aquello que hagamos o dejemos de hacer. Hacemos cosas para que se nos acepte o para impedir el rechazo; a veces incluso por miedo, pero las hacemos siempre porque queremos, porque perseguimos algún fin. La decisión es nuestra, y eso nadie lo puede cambiar.
Al abrir la cajita, ella sintió la fragancia de la madera de eucalipto. Instintivamente, cerró los ojos y aspiró profundo.
—Mientras puedas respirar, sabrás que estás viva —dijo la madre—. Y mientras estés viva, serás libre para decidir por ti misma. No lo olvides nunca.

Entonces, ella abrazó a su madre y comprendió.



©2012 PSR

miércoles, 9 de mayo de 2012

DÍA DE LAS MADRES 2012



Mujer entera
con pisada de plomo
y manos de ángel
mujer cabal
por todos los ángulos
Madre mía
eres la madre de mi mundo
mujer genuina
así te quiero.

Mi Madre bella
de semblante sereno
y paciencia inagotable
para mí…
Hace poco
una noche como tantas otras
cerraste en paz tus ojos celestes
para descansar de la rutina.
Entonces
sin avisar
te fuiste sola
soñando tu vida
rumbo al infinito.

Nunca es un buen día
para las despedidas.
Nunca es el instante adecuado
para perder tu compañía.
Nunca sabemos
cuándo será la última vez
que hablemos.
No queremos
que lo bueno se acabe
nunca.
Nunca ha sido el peor momento
…necesito tanto tu mano suave 
en mi mejilla.

Cierro los ojos
distingo tu silueta
hermosa
inconfundible
tu mirar profundo
ocupa mis recuerdos
recientes, lejanos
convirtiéndose en sonrisas.

Escucho tu voz
dentro de mí
recordándome las cosas importantes
diciéndome cuánto me amas
animándome a seguir
siempre hacia adelante.

Entre todos los aromas
de esta eterna primavera
distingo tu fragancia fresca
amable
que tiernamente acaricia mi alma.

Hoy, en tu día
y todos los días
apareces de pronto
libre, plena
como bella mariposa
de mil formas y colores
revoloteando alegre
frente a mí
sorprendiéndome de nuevo.

Madre hermosa
te siento conmigo
a cada minuto
tu presencia es real
estás aquí, ahora
envolviendo delicadamente
mi corazón.

Te veo en el horizonte del mar
y en las nubes maravillosas
que flotan bajo el sol de abril.
Tú me ayudaste a descubrir
ese unicornio blanco en el cielo
color de tu mirada.

Ahora, Madre querida
te encuentro en mis sueños
dulce, impecable
me miras tranquila
y yo
llena de dicha
te abrazo cálida
por siempre…


©2012 PSR


miércoles, 4 de abril de 2012

MAMÁ, MI HÉROE


Mi madre, Ursula Maria Röder nació en Königsberg, Alemania en 1925. Tuvo una niñez muy feliz, a pesar de que su padre murió cuando ella solo tenía 10 años. Vivió los crudos años de la Segunda Guerra Mundial junto a su madre y sus dos hermanos y, hacia el final de la guerra, llegó con su madre a Heidelberg, donde conoció y se casó con Tile Schaefer. Después de cinco años, Ursula y Tile se mudaron a Caracas, Venezuela con Corinna, su hija mayor. Allí nacieron también Jorge, Claudia y Patricia.

Toda su vida, Ursula fue una persona optimista y luchadora que siempre salía adelante. Cada situación difícil que se le presentaba, ella la conquistaba y la superaba con creces.

Ursula fue una mujer que vivió su vida a plenitud. Buena hija y hermana, y luego buena esposa, madre, suegra, abuela y bisabuela. Era muy paciente. Con un corazón enorme y mucho sentido del humor, salpicado de una gran picardía, muchas personas la apreciaban por su inmensa alegría de vivir y por ser un ejemplo de perseverancia en todos los aspectos.

No sé de nadie que no le tuviera cariño a Ursula. Quienes la conocieron saben que siempre estaba al tanto de todo, pendiente de noticias y deportes por igual. Le encantaba el fútbol, la playa, la música, el chocolate, los helados con crema, bailar, cantar y jugar Tetris. Fue una abuela y bisabuela muy “cool”. Ella decía que, cantando, cualquier trabajo y cualquier carga se aligeraba.

Junto a su esposo Tile, Ursula crió a sus hijos de manera recta y con los mejores valores. Durante muchos años, viajó por todo el mundo, disfrutó intensamente del amor de su familia y de este bello país, al que ella consideraba suyo.

Mujer sumamente fuerte, en unos pocos años superó la muerte de su hermano Werner, su esposo Tile y su hijo Jorge. Poco tiempo después, hace cinco años, pasó por el penoso trance de perder una pierna, lo que disminuyó su calidad de vida pero de ninguna manera le quitó las ganas de vivir. Extremadamente valiente, Ursula fue una persona de hechos, una mujer de acciones eficaces. Siempre buscaba soluciones, sorteando los obstáculos que se le presentasen para continuar su camino.

Hoy, vinimos a despedir a Ursula al hacer este nuevo viaje, porque su camino sigue siendo hacia adelante. Te amo, Mamá.


Patricia
3 de abril de 2012


miércoles, 6 de julio de 2011

SOLO TÚ

flotando mil siglos
en mi espera cósmica
buscaba una señal inigualable
aquel destello perfecto
del alma más radiante.

contando lunas
paciente
sabía con certeza
que el encuentro
era inminente.

me escogiste al fin
un punto minúsculo
perdido
entre todas las almas.
ahora
soy tormenta multicolor
de fino polvo de estrellas
porque amaneces en mí
dejando huella
eternamente.

aquella mañana fresca
trajo tu aliento a mi vida
tu vida a mis sueños
tus sueños a mi voluntad
tu voluntad a mi libertad.

mírame
estoy aquí
germinada de amor
sin escapatoria
…lo sabes.
me empujas
sin soltarme ni un tanto
estrujándome el corazón
suprimes mi yo
soy tu propiedad
y así soy feliz.

hambrienta a oscuras por siglos
ya no estoy más.
solo tú sacias plenamente
tan cruel necesidad
de cariño.

eres un ser de luz
deslumbrante
el mayor de todos.
tu impetuoso espíritu
no se cansa de iluminarme
por todos los flancos
envolviendo mi alma
desde dentro
halada por un torbellino de cometas
me traes de regreso
a la realidad dulce
de tenerme.

sé que me amas
así…
sólo porque sí.
sabes que nunca de ti me apartaré
siempre serás mi bebé.


©2011 PSR

miércoles, 9 de marzo de 2011

LA MUJER

El Día Internacional de la Mujer. Cien años de luchas organizadas, y tanto que queda por hacer. Hay tantas cosas que se han dicho sobre las mujeres y sus maravillas, tantos clichés inundan las mentes de la gente, tantos sentimientos evoca un rostro femenino. El triste hecho es que todos conocemos a las mujeres como seres fascinantes desde cualquier ángulo: mezclas de misterio, ternura, sensualidad, fortaleza, heroísmo, terquedad, nobleza, pasión e instinto de supervivencia; pero en el fondo no nos gusta recordar que generalmente tienen todas las de perder. Sin embargo, estoy orgullosa de saberme parte de ellas, que en su afán de perdurar e imponerse dignamente, siguen desafiando la realidad despótica que les tocó vivir. Me cuesta creer que miles de millones de mujeres maltratadas en todo el mundo celebren este día “internacional”. A pesar de tantos esfuerzos, no han llegado a ellas los avances de las campañas por la reivindicación femenina; en la práctica ni siquiera las ha alcanzado el movimiento de los derechos humanos por el respeto o la igualdad como individuos.

Tanto camino recorrido por la humanidad, tanta historia, tantos siglos y tantos supuestos avances de las civilizaciones, y aún hoy en día las mujeres siguen siendo víctimas de sociedades, religiones, sistemas y hombres que las dominan y abusan de ellas de todas las maneras posibles. A mis ojos, todavía no hemos terminado de salir de las cavernas, y realmente nos falta bastante para acercarnos a la luz.

No voy a convertir esto en una descarga feminista contra los hombres, es solo que la realidad femenina de cada día me intranquiliza, llenándome de coraje y tristeza a la vez. Aunque compartimos la naturaleza humana desde el punto de vista biológico, evolutivo y espiritual, las mujeres y los hombres son diferentes en su esencia. Es cierto que hay buenas y malas personas independientemente de su género, pero lamentablemente, los hombres que de verdad respetan a las mujeres son pocos. De hecho, son demasiado pocos. Y como el mundo sigue casi en su totalidad en manos de la gran mayoría de los hombres, las mujeres no tienen mucha oportunidad de mejorar su situación de manera significativa. Las mujeres siguen sometidas a leyes discriminatorias hechas por hombres que en su momento estaban totalmente convencidos de su superioridad frente a ellas, y aunque hoy en día se percibe un ligero avance en las legislaciones de ciertos países, demasiadas veces los cambios no van mucho más allá del papel.

Aunque hay sociedades más primitivas y otras supuestamente más avanzadas, en todas, las mujeres son vejadas. No existe justificación para el maltrato físico y emocional que soportan las mujeres en cada rincón del planeta. Hay momentos en los que percibo sobre mi piel el odio enfermizo que sienten algunos hombres hacia las mujeres únicamente por su género. Un odio inmenso al que solo le encuentro explicación en el miedo a lo desconocido y en la intimidación que se experimenta frente a quienes resisten tantas afrentas estoica y dignamente.

Las mujeres constituyen una minoría social, y como tal, están marginadas en distintos aspectos que muchas veces les impiden desarrollarse a plenitud. Todavía hay demasiados pueblos que violan los derechos humanos de las mujeres, anulándolas con la excusa de la tradición cultural o la religión, sobre todo entre los grupos fundamentalistas. Se les acusa de ser el motivo de perdición de los hombres, lo que justifica vejarlas mediante diversas prohibiciones de comportamiento o vestimenta; a veces incluso a punta de insultos o castigos corporales. Es inconcebible que todavía haya mujeres condenadas a lapidación a consecuencia de la puesta en práctica de leyes anacrónicas, machistas e injustificablemente crueles. De la misma forma, la peligrosa circuncisión y mutilación femenina con la excusa de ritual cultural, solamente existe para mantener a la mujer en total sumisión frente al marido. Y no olvidemos el aborto de las hijas hembras por preferencias culturales y sociales… Esta misoginia cultural y religiosa, junto con la diferencia en sus derechos comparados con los de los hombres, mella irremediablemente el espíritu de las mujeres, que continúan siendo vistas como una simple propiedad y todavía hoy se saben menos valiosas para sus maridos que un animal de carga. Como mujer, no puedo evitar sentirme ofendida cada vez que me topo con un escenario aberrado como esos.

Si bien a lo largo del tiempo han surgido mujeres importantes que influyeron de manera decisiva en diferentes episodios de la historia de la humanidad, ellas constituyen casos aislados, ya que la inmensa mayoría no ha podido levantar cabeza desde el mismo instante que les dieron por primera vez con el garrote. Entre tantas otras cosas, se les ha condenado a muerte con la excusa de ejercer la hechicería, son vendidas y esclavizadas con fines sexuales, son víctimas de crímenes de odio únicamente por su condición femenina y han sido convertidas en objetos con la excusa de hacerlas deseables para los hombres, con el solo fin de complacerlos. Por eso mismo ha surgido la exigencia irracional de una gran parte de las mujeres, de ajustarse a ciertos cánones de belleza que les impone la población masculina. Ciertamente, es delicioso sentirse deseada, pero debo reconocer que me desconcierta el hecho de que a tantas mujeres les importe más lo que piensen los hombres que lo que ellas mismas puedan querer o pensar a la hora de escoger la ropa que se pondrán. Tiendo a ver un problema de autoestima aquí, tal vez porque siempre he sido de la opinión que cada quien debería cuidar su aspecto para sentirse bien consigo mismo; al fin y al cabo, nosotros somos las personas más importantes en nuestras vidas.

Las mujeres tienen una voluntad y una fuerza interna tremendas. Son quienes gestan y paren los hijos, los cuidan y se ocupan del resto de la familia. Para la inmensa mayoría de la gente, este hecho hace suponer que ellas son responsables del mantenimiento del hogar, con la obligación innata de servir al marido y la familia. Del mismo modo que la crianza de los hijos, el trabajo del hogar es uno de los más arduos y poco reconocidos, y nunca se da por terminado. Así que, con el paso del tiempo, muchas mujeres perciben una presión excesiva por parte de la familia, el trabajo y la sociedad, que las hace sentir utilizadas. Al no recibir a cambio el respeto y agradecimiento de los demás, se ven abandonadas y con la autoestima lastimada. Entonces corren el riesgo de deprimirse y recurrir a alguna gratificación externa como el alcohol o los fármacos. Me duele tanto saber de casos como estos con demasiada frecuencia.

La percepción tergiversada de una misma actitud por parte de los hombres o las mujeres resulta injusta como mínimo. Si un hombre tiene varias relaciones al mismo tiempo, la sociedad sonríe y lo llama mujeriego, mientras que si una mujer hace lo mismo, la condenan y la llaman prostituta. En realidad, ambos solo son promiscuos, pero la mujer se gana los insultos con la excusa de que es o será madre, y por lo tanto, es distinta del hombre.

Para cualquier mujer, ser madre es una opción, no una obligación. En general, los instintos más primordiales llevan a las mujeres a cuidar de los demás, pero esto no significa que necesariamente deban tener hijos o casarse; estas son decisiones muy personales en las que no debería influir la cultura, la religión ni la familia. Tener hijos es algo muy hermoso y muy serio; son el compromiso más grande en que se incurre a lo largo de la vida. Hay mujeres que aparte de ser madres desean realizarse en los estudios o laboralmente; hay otras que necesitan trabajar para vivir. Me desalienta comprobar que aún existen demasiados obstáculos en cuanto al avance profesional y laboral con la excusa de que los hijos puedan distraer o impedir el rendimiento de estas mujeres en el trabajo. En general, las mujeres reciben una menor remuneración que los hombres por llevar a cabo la misma tarea, y en demasiados casos la mano de obra femenina es abusada con malas condiciones laborales, algunas incluso esclavizadoras. No, las mujeres no disfrutan de los mismos derechos que los hombres. Igual pasa con la educación escolar y universitaria, a la cual demasiados millones de mujeres en todo el globo todavía no tienen acceso.

Me extraña un tanto cuando escucho a diferentes personas afirmar que en ciertos países desarrollados la situación de la mujer es buena. Tal vez en esos países no existan presiones culturales o religiosas que justifiquen algunos tipos de maltrato, pero se sabe que lamentablemente la violencia y los crímenes de género van en aumento en todo el mundo. Parece que en lugar de desarrollarnos como sociedad humana, más bien vamos retrocediendo. ¿Acaso es tan difícil entender que debemos respetarnos, tolerarnos y aceptarnos los unos a los otros? A todos los niveles, la falta de respeto hacia la mujer por parte del hombre y la sociedad es algo tan común que comienza a levantarme ronchas; me estoy volviendo alérgica a tanta desfachatez. Simplemente se da por sentado que el mundo siempre ha sido así, y que por lo tanto es algo natural. De lo que mucha gente no se percata, es que decir eso es confirmar que el ser humano no ha dejado de comportarse como un animal y todavía no hemos decidido bajar de los árboles. Igual que en muchas otras especies, en la humana por lo general el hombre es más grande y tiene una mayor fuerza física que la mujer; esto le permite dominarla como una manera de reafirmar su hombría. Al saberse superior, el hombre se siente cómodo amedrentando y maltratando a la mujer, que generalmente no encuentra otra salida sino aceptar las reglas y dejarse someter. Hay casos de hombres que de alguna manera se sienten amenazados por la valentía y la fortaleza de las mujeres, y su instinto es agredirlas cobardemente. En otros casos más, los hombres vierten sus propios complejos en las mujeres y por eso las maltratan. Estos comportamientos primitivos tienen que ver con la ventaja que para el macho representa la intimidación ocasionada por la diferencia en talla. Vemos que sucede lo mismo entre otros animales; generalmente los grandes dominan a los pequeños. Otro ejemplo más cercano lo vivimos todos días en las ciudades, cuando mujeres y hombres que conducen autos grandes se creen dueños de la vía y hacen caso omiso de los vehículos pequeños, muchas veces lanzándose imprudentemente sobre ellos. Claro que siempre hay excepciones; en la naturaleza están los animales pequeños y muy peligrosos que advierten a los demás del riesgo mediante señales externas como ciertos colores, sonidos o formas. En los hombres pequeños equivale a la amenaza, el uso de armas y la dominación psicológica.

Muchos hombres sencillamente odian a las mujeres, entre otras cosas, porque tal vez nunca nadie les enseñó a respetarlas y quererlas. Lamentablemente, la educación que reciben en casa es la razón por la que el machismo y el maltrato siguen perdurando a través del tiempo. En general, el machismo lo fomentan las propias mujeres; madres, hermanas y parejas ven este comportamiento como el más natural y enérgico, digno de todo un hombre. Si en las sociedades machistas la violencia física y el abuso psicológico contra la mujer son bien vistos, ¿qué les depara el futuro a tantas mujeres?

Se supone que la mujer está mejor en los países que tradicionalmente no son machistas. Por desgracia, hay demasiados casos en los que, a pesar de la ausencia del maltrato físico, es la actitud del hombre la que golpea espiritualmente a la mujer. La falta de respeto, comprensión y apoyo la van destruyendo poco a poco. El chantaje financiero y emocional, sentir que el marido no tiene interés en ellas, saberse rechazadas, tratadas con indiferencia y el solo hecho de tener que pedir permiso para salir, son cosas que nunca he podido entender.

En general, las relaciones de maltrato físico giran alrededor de la falsa percepción de que él la quiere pero es muy temperamental, por eso ella tolera el hecho de que la degrade. El hombre le pega a la mujer pero luego le pide perdón, le dice que la ama y que no lo volverá a hacer. Con chantajes de toda clase se va desarrollando una relación sadomasoquista en la que la mujer se vuelve dependiente del hombre que la humilla y la agrede, siempre con la esperanza de que él cambie por amor a ella. Hay demasiadas muertes por relaciones de este tipo cada día en todo el mundo, todas ellas injustificadas, todas ellas por falta de amor… de amor propio. Me da temor recordar que todavía hay demasiadas culturas en las que es común escuchar tanto a mujeres como a hombres, decir frases como: “si tu marido no te pega es porque no le importas”, “si no te cela es porque no te quiere”, “hay que pegarle a la mujer para que aprenda” y “le pego para que sepa quién es el que manda”. Sé que los mensajes en pro de la mujer están avanzando, pero mientras se continúe sembrando y cultivando el atraso en las mentes de las personas, los esfuerzos por darle dignidad a la mujer requerirán cada vez de más tiempo y energía.

Finalmente quiero mencionar que me siento profundamente insultada cada vez que presencio cualquier expresión artística en la que se justifica o embellece la violencia hacia la mujer. Me parece indignante que se produzca música con mensajes misóginos, y más aún, que las mujeres la apoyen por pensar que de alguna manera se trata de algo romántico. Esto es una muestra alarmante de la poca autoestima de aquellas mujeres que participan en la difusión de esos mensajes. Lo mismo sucede con la publicidad, que por el mero afán de atraer al consumidor, cada vez convierte más a la mujer en un trozo de carne que está a la disposición del que la pueda pagar.

Definitivamente, nuestra especie todavía no ha aprendido a andar erguida.


©2011 PSR

miércoles, 25 de agosto de 2010

VENEZUELA

“venezuela
la tierra de gracia”
donde por fortuna nací
con mucho orgullo
aun sin pedirlo.

“venezuela mágica”
encantadora
fuiste, eres
y siempre serás
atractiva
hermosa
e indomable
como el turpial.

“venezuela
el secreto mejor guardado
del caribe”
cuéntame tus secretos
en el susurro nocturno
del viento
y en el rumor cálido
de las olas por la tarde.

“venezuela
tu país
un país para querer”
por encima de todo
amas a tus hijos
por igual…
¿será que tus hijos
ahora enfrentados
olvidaron quererte?

“venezuela…”
mi patria eterna
noble y buena
como su gente
guerrera valiente
inquebrantable
como el acero
intensa
como el sol del mediodía
venezuela mía
te amo.


©2010 PSR

miércoles, 23 de junio de 2010

SOY

Soy… Soy yo. Yo soy. Soy una mujer. Ante todo, una mujer. Soy madre también, pero antes de eso ya era una mujer. Soy esposa, pero desde siempre he sido una mujer. Soy hija, hermana, tía, amiga, compañera; mujer. Soy genuina, apasionada y honesta. Soy de las que quieren que todo sea correcto, como debe ser. Soy de aquellas personas que aún se maravillan y se sorprenden ante las pequeñas florecitas que crecen entre el cemento de la calle. Soy quien todavía cree en la bondad de la gente. Soy alguien que no soporta la injusticia ni el dolor ajeno. Soy una soñadora irremediable. Soy quien se estremece cuando la abrazan y siente fluir la energía del otro en un apretón de manos; aquella a quien aún le salta el corazón cuando le regalan una bella sonrisa. Soy alguien que prefiere disfrutar de un café con sus amigas en vez de enviarles mensajes de texto. Soy aquella que necesita tener el escritorio frente a la ventana para ver el cielo y las nubes. Soy alguien que honra a los ancianos, ama la naturaleza y reverencia a los árboles. Soy un tanto testaruda e insistente. Soy Patricia, a la que le gusta caminar en la lluvia para dejarse empapar por completo; quien se convierte en tortuga marina cuando las olas de la playa la seducen. Soy la única persona responsable de mis actos, sean acertados o equivocados. Soy ciudadana del mundo; resultado de una bella mezcla de historias, tradiciones y culturas. Soy yo misma, aunque a veces no sepa quién soy; aunque a veces no me reconozca. Soy quien siempre he querido ser; soy quien me estoy haciendo, construyendo día a día, palmo a palmo. Soy quien fui y soy quien voy a ser. No puedo ser igual siempre. No soy estática, cambio todos los días. Cambio a cada instante. Mi ser yo misma fluye desde el pasado hasta este presente continuo que toma prestados instantes microscópicos de futuro. Porque el futuro se me abre adelante, convirtiéndose en presente a cada instante. Fui, soy y seré siempre quien yo quiera ser y nadie más. Aún no me arrepiento de nada. Tengo el futuro todo para mí, no importa cuánto dure. El pasado está ahí; sobre él construyo mi presente y desde el presente veo hacia ese futuro abierto. Mi pasado me constituye, me forma de manera básica, íntima. Mi presente me moldea y mi futuro me espera. Soy la única dueña de mi historia, de mi hoy y de mi destino, eternamente. Soy. Aún sigo siendo. Soy yo misma. No quiero ser otra más que yo. Nunca ser como los demás. Sin embargo, soy una persona común; simplemente soy yo.


©2010 PSR

miércoles, 9 de junio de 2010

MUJER

Obra maestra
de la vida
creación original
completa
encantadora.
Un sinnúmero de sueños
deseos
anhelos
expectativas genuinas
te adornan entera
por dentro
y por fuera.

Manojo de sentimientos
universo de ideas
fantasías
nuevas
propias.
Curiosa descubres
tu existencia.
Paso a paso
la imaginas
brillante
a todo color
y con la mejor música de fondo.

El destino te va llevando
a veces de la mano
otras con indicaciones
y algunas a leves empujoncitos
…o no tan suaves.
Cumples
con tu parte.
Cada día
llenas los requisitos
que exige el personaje
que encarnas hoy
mientras te preparas
para el rol que te tocará
mañana
y pasado mañana también.
Lo que aún no sabes
es que los papeles en tu obra
se crean pero no se destruyen
ni se transforman
tampoco se sustituyen
sólo se acumulan
incesantemente.

Eres mujer
inigualable
insustituible
todos lo saben.
Tesoro preciado
por muchos
que temen admitirlo
por envidia
por vergüenza
o para no perder
su puesto
…o su poder.

Personaje único
eternamente femenina
siempre tú
como tantas
cientos de roles
máscaras
trajes.
Debes estar lista
para responder
en todo momento
aunque tal vez
nadie te lo pregunte
¿a quién amas?
¿a quién quieres?
¿qué tanto?
¿de qué manera?
¿cuándo?
¿dónde?
¿por qué?
Todos se sienten dueños
de ti.
Todos se saben tus dueños
simplemente es así.

Entonces
cada tanto
en medio de tu rutina
entre los niños y la cena
a medio preparar
te asaltan impertinentes
las dudas
implacables
intolerantes
¿quién te quiere
realmente?
¿quién te ama a ti?
Piensas
intentas responder…
mas no siempre lo logras.
Suena el teléfono
alguien te necesita
de nuevo.
Otro alguien se molesta
por esa llamada entrépita
a una mala hora.
¿Quién te entiende?
¿quién te ignora?
¿quién te usa?
¿quién te abusa?
Lo sabes, sí
te duele
aunque no quieras admitirlo…
Apasionada por naturaleza
romántica sin remedio
con qué facilidad
te dejas chantajear…
¿Quién te contrata?
¿quién te paga?
No siempre valoran
recompensan
respetan
el esfuerzo diario
por mantener el orden
cualquiera que sea éste
el tiempo
invertido en la educación
de tus hijos
y el amor…
el amor.
¿Quién espera qué cosa
de ti
constantemente?
Todos…
todos lo esperan todo
¡por supuesto!
¿Quién sabe qué puede lograr
contigo
naturalmente?
¿Quién te pone a prueba
una y otra vez
para demostrar
hasta dónde puede llegar
impertinente?
Ellos, ellas
el grupo entero
¡…y alguien más!
¿Qué tanto haces?
¿cuáles esperanzas le confiesas
a quién?
A veces es mejor confiar en un extraño…
¿Cuánto trabajas
para quién?
Demasiado haces
por los demás.
¿Qué tanto más debes producir?
¿cuándo?
cuándo…
¿Cuándo te das un tiempo
para detenerte
a respirar
tranquila
profundamente
a plena luz del día?
Tómate un momento
para ver las nubes
mirar a la gente
sus rostros
los ojos de otros
con calma
detallar los verdes
todos distintos
de las plantas
en la calle
en el parque
tocar una flor
sus pétalos
y sus espinas.
Sabes que te lo mereces
inténtalo hoy
recuerda qué se siente
disfrútalo
y luego llámame
para contármelo.

Mujer
alma bella
infinitamente hermosa
desde cualquier ángulo.
Fascinante
ser humano
de mil responsabilidades
simultáneas.
Eres hija, hermana
madre, abuela
esposa, amante
trabajadora
cabeza de familia
compañera
amiga.
Eres tú
lo sabes
pero ante todo
y sobre todo
eres mujer
siempre
…eternamente.



©2010 PSR