El sol caía derramando rojos y violetas
entre las montañas. La tarde se llenó del canto de miles de aves; el murmullo
del agua que se escurría entre las piedras servía de fondo al sonido de los
insectos y al grito desbocado de los coquíes que buscaban pareja. Celia miraba
los rayos del astro que huía, mientras tarareaba aquella canción de la infancia
a su hija en brazos. Al fin había logrado encontrar la paz. Entonces, sus ojos
húmedos se llenaron de alegría.
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Un hermoso y nostálgico atardecer... Gracias por compartir... Lindo dia para ti, Pati! :)
ResponderEliminarMomentos de paz...
ResponderEliminarque bueno volver a leerte
ResponderEliminarsaludos!
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