LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

¡Atrévete! Regala libros originales: A la sombra del mango; relatos breves. Yara y otras historias; 34 relatos, 34 sorpresas. Divina: la mujer en veinte voces; antología latinoamericana de cuentos. Andares; cuentos de viajes. Siglema 575: poesía minimalista; una nueva manera de vivir la poesía. Di lo que quieres decir: Antología de siglemas 575; resultados de los Certámenes Internacionales de Siglema 575. Por la ruta escarlata, novela de Amanda Hale traducida por Patricia Schaefer Röder. El mundo oculto, novela de Shamim Sarif traducida por Patricia Schaefer Röder. Por la ruta escarlata y Mi dulce curiosidad, novelas de Amanda Hale traducidas por Patricia Schaefer Röder, ganadoras de Premios en Traducción en los International Latino Book Awards 2019 y 2020. A la venta en amazon.com y librerías.

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lunes, 20 de enero de 2025

11. CERTAMEN INTERNACIONAL DE SIGLEMA 575 “DI LO QUE QUIERES DECIR” 2025

11. CERTAMEN INTERNACIONAL DE SIGLEMA 575 

“DI LO QUE QUIERES DECIR” 2025

DE SCRIBA NYC

 

Scriba NYC Soluciones Lingüísticas Integradas convoca al 11. Certamen Internacional de Siglema 575 “Di lo que quieres decir” 2025. 

Bases: 

1- Podrán participar todas las personas mayores de 16 años, sin importar su lugar de residencia ni su nacionalidad, a excepción del ganador del primer premio del certamen del año anterior. Los poemas deben haber sido escritos por una persona. No se aceptarán creaciones producto de la inteligencia artificial (IA) ya que su uso constituye plagio al violar los derechos de propiedad intelectual de los autores de las obras originales de las cuales se abastece la misma. 

2- Los siglemas 575 deberán estar escritos en castellano y cumplir con las características que los definen. Estas se encuentran en: http://siglema575.blogspot.com/2014/12/siglema-575.html y https://siglema575.blogspot.com/2023/11/algunas-consideraciones-sobre-el.html. 

3- La temática es libre. 

4- Cada participante podrá enviar un máximo de tres (3) siglemas. 

5- Las participaciones se enviarán por correo electrónico únicamente a la siguiente dirección: certamen@scribanyc.com. En el título del mensaje deberá decir “Certamen Siglema 575”. En el cuerpo del mensaje deberán consignarse los datos del participante (nombre y apellido, fecha de nacimiento, país de residencia, dirección física, correo-e, teléfono) y una nota autorizando a Scriba NYC para publicar los siglemas participantes en el blog de Internet http://siglema575.blogspot.com/ con el fin de difundir las obras de los concursantes, así como también en el libro de la antología del certamen, en caso de que resultaran escogidas. 

6- Al enviar las participaciones se recibirá una confirmación por correo electrónico. De no ver el mensaje en la bandeja principal, deberá revisar el buzón de spam. Si no recibe confirmación, significa que no se ha recibido su participación. Favor añadir nuestras direcciones a su agenda: certamen@scribanyc.com, scribanyc@scribanyc.com, patricia_schaefer@scribanyc.com. 

7- Los siglemas deben ir cada uno en un documento Word (.doc o .docx) por separado con el título del siglema, sin ninguna otra identificación y escritos en letra Times New Roman tamaño 12 con interlineado simple y alineados a la izquierda. 

8- Los participantes retendrán los derechos sobre sus obras. 

9- El primer premio consistirá de una fotografía original autografiada de la colección “Encanto” del artista Jorge Muñoz valorada en US $200.00 o su equivalente, un ejemplar de la antología y diploma. El segundo y tercer premio consistirá cada uno de un ejemplar de la antología y diploma. Las menciones especiales recibirán un diploma. 

10- La fecha límite de recepción de las obras es el 31 de mayo de 2025 a las 11:59 pm, hora de Puerto Rico. 

11- Se publicará un libro antológico del certamen con siglemas 575 escogidos por el jurado. 

12- El jurado internacional estará compuesto por personas de la literatura y se dará a conocer en la ceremonia de premiación. Dicho evento tendrá lugar en Puerto Rico durante el mes de septiembre de 2025. 

13- Ninguno de los premios podrá declararse desierto. El fallo del jurado será inapelable. 

14-  La participación en el certamen implica la total aceptación de las bases. 

 


 
 

domingo, 17 de noviembre de 2024

CONVOCATORIA – Antología poética internacional 'Una sola Tierra'

Una sola Tierra -- Antología poética

 

Este proyecto de artivismo lírico internacional de Scriba NYC por un ambiente limpio, saludable y sostenible busca darle foro a los poetas para que manifiesten su opinión y su sentir en relación con la crisis del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos, que son parte de las amenazas más urgentes para el futuro de los seres humanos. La publicación sin fines de lucro de la antología les dará a los participantes la oportunidad de resaltar la importancia de mantener sana la naturaleza para que nosotros, nuestros hijos y las generaciones futuras puedan desarrollarse cabalmente en esta, la única Tierra que habitamos. 

 

La convocatoria está abierta a escritores y poetas mayores de 18 años de cualquier nacionalidad. Los poemas deben haber sido escritos por una persona. No se aceptarán creaciones producto de la inteligencia artificial (IA) ya que su uso constituye plagio al violar los derechos de propiedad intelectual de los autores de las obras originales de las cuales se abastece. 

 

El tema de los poemas girará en torno a la necesidad fundamental de cuidar el clima, la naturaleza, el aire, el agua, las plantas y los animales que, junto al ser humano, pueblan el planeta y lo hacen habitable. Este es un proyecto que busca defender los Derechos Humanos, por lo tanto, no se recibirán textos que plasmen discursos de odio ni que inciten al mismo o a la violencia. 

 

Cada escritor podrá enviar un máximo de tres (3) poemas a la dirección en internet scribanyc@scribanyc.com. En el asunto deberá decir: TIERRA25. 


Al enviar las participaciones recibirá una confirmación por correo electrónico. De no ver el mensaje en la bandeja principal, deberá revisar el buzón de spam. Si no recibe confirmación, significa que no se ha recibido su participación. Para evitar inconvenientes, añada nuestras direcciones-e a su agenda: scribanyc@scribanyc.com, patricia_schaefer@scribanyc.com, pschaefer.scribanyc@gmail.com.


Los poemas deberán estar escritos en español, cada uno en documento aparte, en formato .doc o .docx, con letra Times New Roman 12 pts. y alineados a la izquierda. 

 

La junta editorial de Scriba NYC decidirá cuáles poemas serán publicados en la antología. 

 

La participación en la antología será libre de costo. 

 

Los poetas deberán enviar una carta con sus datos, lugar de residencia e información de contacto, y que autorice a Ediciones Scriba NYC para publicar sus poemas en la antología y en las redes sociales a los fines de difundir su obra. 

 

Los poetas conservarán los derechos sobre sus obras. 

 

El libro será distribuido en todo el mundo a través de Amazon.com. 

 

La convocatoria cierra el 31 de enero de 2025. 

 

De ser necesario, Scriba NYC podrá enmendar o hacer cambios a la convocatoria, avisando sobre ello a los participantes. 

 

La participación en esta convocatoria implica la aceptación de las bases. 

 

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Declaración Conjunta de los expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas para el Día Mundial del Medio Ambiente, 2021: "Es hora de que se reconozca a nivel mundial el derecho humano a un medio ambiente sano, un reconocimiento que puede conducir a políticas más sólidas, a todos los niveles, para proteger nuestro planeta y a nuestros hijos. El derecho a un medio ambiente sano se basa en medidas que garanticen un clima seguro y estable; un medio ambiente libre de tóxicos; aire y agua limpios; y alimentos seguros y nutritivos...". 

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miércoles, 15 de julio de 2009

2045

En la orilla norte del río Guaire hay una anciana que invoca a los espíritus. Vive no muy lejos del nuevo parque residencial de buses habitacionales, en una casa de friso blanco y techo de tejas rojas.

La mujer hace aparecer a los difuntos en la pantalla de un antiguo televisor de tubos catódicos; una especie de bola mágica encerrada en un vejestorio de finales del siglo pasado. Se trata de un clásico Sony de 23 pulgadas con mando a control remoto. ¡Cómo me divertí viendo películas en uno de esos cuando era niño!

Qué tiempos aquellos, cuando teníamos todo y no lo sabíamos. En cambio ahora, cincuenta años más tarde y viviendo en un mundo privado de electricidad, los chicos no sabrían qué hacer con un televisor como ése, sino desarmarlo y usar sus partes para construir aparatos mecánicos, o hasta para hacer esculturas. ¡Qué diferencia con la infancia de mi generación! Muchísimos de nuestros juguetes y aparatos de uso diario funcionaban con baterías o electricidad: autos, computadoras, teléfonos, cámaras, aparatos de música, artefactos del hogar. Las cosas divertidas o importantes andaban con corriente. En mi época todo dependía de la energía eléctrica y todo giraba alrededor de ella; la economía, la política, los empleos. Quien poseía la energía, tenía algo que decir. Ahora es distinto. El meteorito aquel del 2025 desvió para siempre el curso de la humanidad, regresándola de golpe a una vida artesanal y rudimentaria, después de haber experimentado adelantos técnicos casi inimaginables para el hombre. Me resulta un tanto irónico que ahora, en pleno 2045, nos encontremos en medio de este renacimiento que nos impuso el destino. Al menos las artes y las humanidades están cobrando nueva fuerza, a raíz del descubrimiento obligado del espíritu dormido. Religión, ciencias ocultas, metafísica; todo está avanzando a pasos agigantados. El mundo entró en una nueva etapa mística, y la mística se fue colando poco a poco en la gran mayoría de la gente.

Muchas personas le han pedido ayuda a la anciana del Guaire para establecer contacto con seres queridos que ya no están entre nosotros. Dicen que es capaz de invocar cualquier espíritu y que además les habla con confianza, como una amiga. Hace poco fui a ver a la anciana también. Quería comunicarme con mi esposa, que se había quitado la vida dos años antes, víctima de depresiones. Aunque no estaba totalmente seguro de que la anciana me pudiera ayudar, decidí intentarlo. Necesitaba saber que Isabel estaba bien; le quería decir que la seguía amando y que la recordaba todos los días.

Llegué en mi vieja bicicleta bajo el abrasador sol del mediodía. Mi ropa está totalmente embebida en sudor; algo a lo que aún no me termino de acostumbrar, pero con lo que he tenido que vivir forzosamente por falta de aire acondicionado. Me seco y me pongo otra camisa para estar más presentable.

La casa está huérfana en un camino de tierra cercano a la orilla del río. Sólo la acompañan las ruinas desmembradas de una vieja torre eléctrica. Se nota que fue construida hace muchísimo tiempo, pero nadie sabe con certeza cuándo. Toda esa zona solía estar prácticamente deshabitada hasta hace poco, pero ahora el gobierno local decidió llevar cincuenta módulos de buses-casas refaccionados para crear un elegante complejo vacacional en las cercanías.

Aunque no está en su mejor momento, la casa me recuerda aquellas sobrias construcciones coloniales del siglo diecinueve, con sus paredes blancas y los techos rojos a dos aguas, altos y elegantes. Sus ventanas largas, adornadas con rejas de hierro forjado, dan a un pasillo abierto y techado que corre alrededor de la casa, regalándole frescura al interior. Parecería la casa grande de alguna hacienda que no pudo sobrevivir a la industrialización, o tal vez a la globalización; quién sabe.

Me acerco titubeante al porche. La pesada puerta de madera está entreabierta. Llamo y escucho una voz en la lejanía que me dice que entre. Muevo un poco la puerta para pasar. La diferencia de luz me ciega por un instante. Mis ojos se van acostumbrando poco a poco, hasta que logro ver los pesados muebles distribuidos por el salón. La luz del sol entra por las ventanas que dan al patio interno, iluminando el interior a través de ligeras cortinas de encaje color crema. Un mantel desteñido por los años cubre la mesa del comedor, y en la vitrina las copas lucen opacas y la platería manchada. Los cojines de terciopelo de los sillones se ven gastados. Todo está en ese orden particular que tienen las casas abandonadas hace mucho tiempo. Parece que no hubiera nadie, y sin embargo sé que la anciana vive aquí. Además, me dijo que entrara, ¿pero dónde estará?

Avanzo hacia la siguiente sala buscando la voz que me dio paso. De pronto la escucho detrás de mí. Me presento y me disculpo por irrumpir en la tranquilidad de su casa. Ella me mira serena y dice que no me preocupe.

Es una mujer de aspecto agradable y sencillo. Lleva puesta una bata blanca con estampado de florecitas. Su contextura es delgada, de baja estatura y tez morena. Tiene el cabello gris, recogido justo detrás de las orejas, en un moño que asemeja una cebolla. Me mira a través de sus lentes con unos ojos grandes y negros, muy expresivos, al igual que las líneas que definen su rostro. Tendrá unos setenta años, pero se conserva muy bien. ¿Será que esta anciana vive sola en una casa tan grande?

La anciana comenta que me parezco a su hijo, que debe tener más o menos mi edad. Le pregunto si vive con él y dice que no. Se fue de la casa hace veinte años, justo después del meteorito. Me cuenta que lleva tiempo esperando que su hijo venga a verla. Lo extraña mucho, pero él no la visita nunca. Pensé en mi madre, ¡cómo me gustaría poder visitarla! Pero ella también había abandonado este mundo, igual que Isabel. Se me ocurrió que si todo salía bien hoy, tal vez podría pedirle ayuda a esta mujer para comunicarme con mi madre en otra oportunidad.

Pasamos a la pequeña sala donde está el televisor. Preguntó si había traído algún objeto de Isabel para establecer el contacto, y yo le di un pañuelo bordado que ella siempre llevaba consigo. La mujer tomó el pañuelo en una mano y posó la otra sobre el televisor durante unos minutos, cerrando los ojos mientras decía: “Isabel, Isabel… Querida Isabel, ¿estás ahí? Nicolás te vino a visitar”.

De pronto comenzaron a verse unos destellos brillantes en la negra pantalla del televisor. Una voz conocida salía de los altavoces. Era Isabel que me hablaba, a la vez que los destellos vibraban y cambiaban de color. Se le oía tranquila, apacible. La nostalgia me estremeció. Le dije que la amaba y que siempre pensaba en ella. Ella lo sabía. Siempre lo había sabido, pero a mí me gustaba decírselo. Era como un juego; repetíamos el mismo diálogo una y otra vez, hasta que uno de los dos se daba por vencido. Hoy la dejé ganar a ella. Una emoción inmensa invadió mi pecho cuando dijo que ella también me seguía queriendo. Las lágrimas se derramaron mudas por mis mejillas y al rato me despedí de ella, dejándola regresar a su nuevo sitio.

Le agradecí a la anciana desde el fondo de mi corazón. Camino a la puerta, le pregunté qué le podía dar a cambio por tan inmenso favor. Se limitó a decirme que no podía hacer nada con los bienes materiales, y que lo único que ella deseaba era que su hijo la viniera a visitar. Cómo me hubiera gustado ayudarla con eso; pero nunca me dijo su nombre ni dónde lo podía encontrar.

En el camino de regreso vi a un grupo de personas que se dirigían a la casa de la anciana. Es verdad que la mujer es famosa, pero lo que más me impresionó fue su gran generosidad.

Tres semanas después se cumplían cinco años de la muerte de mi madre y decidí ir a la casa de la anciana, a ver si podía ponerme en contacto con ella. De nuevo me recibió con mucha amabilidad y pasamos a la salita del televisor. Estaba a punto de darle el rosario de mi madre para que la invocara, cuando escuché a alguien entrar en la casa. La mujer dio un salto y exclamó: “¡Mi hijo! ¡Al fin vino!”. Volteé la cabeza en dirección a la puerta, y vi venir a un hombre corpulento de unos sesenta años que compartía las facciones de la anciana. Parecía no entender qué hacía yo allí, sentado frente al televisor con un rosario en la mano. Me preguntó quién era y por qué había entrado en su casa. Intenté explicarle que su madre había sido tan amable de ayudarme unas semanas atrás con el asunto de mi esposa, y que ahora me estaba ayudando a ponerme en contacto con mi propia madre. El hombre me miraba perplejo e insistía en que yo había entrado sin permiso en una propiedad privada, a lo que le contesté que su madre me había dejado entrar, igual que a tantas otras personas que venían a pedirle ayuda todo el tiempo.

“¡¿Pero de qué cuernos me habla usted?! ¡Esta casa ha estado cerrada desde hace veinte años! ¡Aquí no vive nadie!” gritó, mientras buscaba algo en una gaveta del recibidor. Sacó una foto a blanco y negro de una tumba en la que se leía claramente: Idalisa Vegas, 1955-2025. “¡Mi madre murió hace veinte años. Se electrocutó durante el choque del meteorito, mientras buscaba el canal de las noticias en la televisión! ¡Ahora lárguese de aquí!”.

Furioso, se dirigió hacia la puerta, donde su madre lo esperaba con los brazos abiertos, y pasó a través de la anciana que se quedó inmóvil, llorando el llanto quedo de los que se han tenido que conformar.


© 2007 PSR

 
** "2045" obtuvo el Tercer Premio en el 16 Concurso Literario del Instituto de Cultura Peruana en Miami, Estados Unidos, en 2007. 

"2045" aparece en la antología Yara y otras historias de Patricia Schaefer Röder 
Ediciones Scriba NYC 
ISBN 978-0-9845727-0-0