LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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domingo, 1 de enero de 2017

EN CASA


Sentirse en casa es el trayecto.
Estar en casa es la meta.

Sentirse en casa es descubrir el idioma de tus padres en la televisión.
Estar en casa es salir a la calle y escuchar el acento de la infancia en boca de toda la gente.

Sentirse en casa es oír gaitas en diciembre.
Estar en casa es ir a los amaneceres gaiteros.

Sentirse en casa es preparar un plato tradicional.
Estar en casa es comer ese mismo plato preparado por tu mamá. 

Sentirse en casa es ver una película con paisajes de tu terruño.
Estar en casa es caminar por los senderos de esos paisajes.

Sentirse en casa es hablar con tus amigos por videollamada.
Estar en casa es tocar a la puerta de tus amigos y darles un abrazo.

Sentirse en casa es charlar con la luna.
Estar en casa es ver los atardeceres de la adolescencia.

Sentirse en casa es gozar un día de playa.
Estar en casa es volver a Morrocoy y a Choroní. 

Sentirse en casa es comer lechón y pasteles de plátano.
Estar en casa es comer hallacas, pernil, pan de jamón y ensalada de gallina.

Sentirse en casa es brindar con coquito en Navidades.
Estar en casa es tomarse un Ponche Crema.

Sentirse en casa es hablar español universal para que te entiendan.
Estar en casa es hablar venezolano y saber que te entienden.

Sentirse en casa es oír el “Burrito sabanero” en una tienda.
Estar en casa es cantar en familia “Si la Virgen fuera andina”. 

Sentirse en casa es dejarse deslumbrar por la luz y los colores del Caribe.
Estar en casa es saberse parte de la luz que produce el colorido.

Sentirse en casa es disfrutar un maví en la playa.
Estar en casa es saborear una chicha con hielo.

Sentirse en casa es comer un pastelillo salado.
Estar en casa es desayunarse un cachito de jamón con un café con leche en la panadería.

Sentirse en casa es tomar cursos de Educación Continua en la IUPI.
Estar en casa es visitar a mis profesores en la Facultad de Ciencias de la UCV.

Sentirse en casa es una foto.
Estar en casa es el álbum entero.

Sentirse en casa es ir y venir.
Estar en casa es pertenecer.

Sentirse en casa es maravilloso y placentero.
Estar en casa es divino e inigualable.

Sentirse en casa es el momento.
Estar en casa es la eternidad.

El corazón se siente en casa.  
El alma vive en ella.

Sentirse en casa es crecer y hacer una su propia vida con lo que tiene a mano. 
Estar en casa es regresar con el alma a un pasado que sabemos no será más.

De pronto, nos damos cuenta de que nunca nos hemos alejado de la casa, porque ella habita en nosotros al igual que nosotros dentro de ella. La verdadera casa es única, está hecha sobre los cimientos de nuestro pasado y lleva en sus muros las piedras de la historia de cada uno. Como tortugas, la casa crece con nosotros, la llevamos a todas partes y en todas partes estamos en casa. Cada quien es su casa; esa es la verdad.


© PSR 2016


miércoles, 25 de mayo de 2016

HILDA


Había una vez
una dama bonita
de nombre Hilda.

Ilusión tenía
de hacer una familia
y así la sembró.

Lluvia y sol hubo
hijos fueron llegando
que florecieron.

Destinada a ser
la “Teacher” del Colegio
todos la amaban.

Abuela que ríe
jugando con los nietos
el alma goza.


© 2016 PR


miércoles, 17 de febrero de 2016

RESEÑA: Esquizofrénica, de Bella Martínez


Esquizofrénica
Bella Martínez
Amazon, USA
Enero 2016


Leí y viví los 70 suspiros y el epílogo de Esquizofrénica con el gusto de quien va descubriendo cosas nuevas y maravillosas, saboreando cada imagen, cada expresión y cada situación que Bella me confiaba a través de su narrativa coloquial, que hace que pueda oírla contármelo todo junto a un café o una copa de vino en la sala de su casa.

Esquizofrénica es un libro de memorias cien por ciento boricua en el que se entrelazan las raíces y florecen las vivencias de la protagonista y su clan, siempre al ritmo de la salsa, la bomba y la plena.

El tono casual en que está narrado el libro nos permite deslizarnos sin problema por las vivencias de la protagonista al compartirnos situaciones graciosas o difíciles, donde las coloridas anécdotas llevan consigo una carga de reflexiones que igual pueden denunciar una terrible injusticia, como también elucubrar una razón válida que la explique.

El amor por la tierra, por la familia y por el círculo de gente allegada desemboca en un embelesamiento donde los recuerdos sirven para revelar los conceptos de la vida y el mundo. La Cacica, los hijos, tías y hermanas de vida constituyen el oxígeno que respira la autora en cada una de las hazañas que nos muestra.

El libro comienza ubicándonos en la red del parentesco de la autora, nos deja ver la dinámica familiar y su circunstancia personal dentro del marco cotidiano y laboral, que la lleva a ausentarse en repetidas ocasiones, cosa que influye de manera definitiva en su estilo de vida.

El merecido gran orgullo y amor por lo propio acompañan a la protagonista en las evocaciones de la saga familiar y las meditaciones en torno a la realidad actual que se vive en la Isla, pasando por sus razonamientos de los conceptos sobre los que descansan los valores fundamentales del ser humano, hasta llegar irremediablemente a la nostalgia anticipada de quien debe marcharse de su terruño por razones ajenas a su voluntad y espera con ansias el momento de regresar.

Estas memorias son lectura importante, tanto para quienes conocen a Bella Martínez, como para cualquier persona que desee conocer un fragmento de crónica familiar puertorriqueña o que busque reencontrarse con su propio testimonio filial. Es un libro muy humano, gracioso y conmovedor como las vidas que toca, con sus curiosidades, verdades, apreciaciones, opiniones, críticas, deseos y anhelos; todo inmerso en la situación histórica-política-económica-social de este trocito de tierra bendecido por el universo.


Patricia Schaefer Röder
Febrero 2016



jueves, 31 de diciembre de 2015

CASA


Cómoda estoy
junto a todos los míos
aunque a distancia.

Alivio siento
entre tantos recuerdos
libre del yugo.

Siempre al dormir
revivo melodías
musitando paz.

Aurora ardiente
crepúsculo tranquilo
estoy en casa.


©2015 PSR


miércoles, 4 de septiembre de 2013

BARAHÚNDA

 
Calladita te ves más bonita… Eso no se dice, Papá te pega… No puedes porque eres niña… Dios te va a castigar… Haz caso y no preguntes… Quien obedece no se equivoca… Los varones que tienen muchas novias son machos, las niñas no pueden tener muchos amigos porque son putas… Los varones que gritan tienen carácter, las niñas que gritan son histéricas… El hombre es el cerebro y la mujer el corazón… Cuando te cases, toma un curso de “cómo ser una buena esposa” para aprender a atenderlo como él se merece… Cumple siempre con tu deber de esposa sin objetar nunca nada… No molestes a tu esposo con tus tonterías cuando él llegue cansado del trabajo, más bien atiéndelo como se merece; sírvele un trago, luego la cena y déjalo ver televisión en paz… Al fin y al cabo, el trabajo de la casa no es nada y es tu deber tener todo limpio y recogido, los niños listos y la comida hecha… Debes complacer siempre cualquier antojo que se le ocurra a tu esposo… Para el esposo, la mujer debe ser una santa frente a los demás y una puta en la cama… Debes vestirte como le guste a él, llevar el cabello como él quiera y si te lo pide, agrandarte los senos también… Debes mantenerte siempre bella y en forma sólo para él, aunque él mismo se ponga viejo y gordo; recuerda que “el hombre es como el oso”, pero tú no… No puedes tener amigos hombres, únicamente amigas mujeres… No puede existir amistad entre un hombre y una mujer… Tu esposo es la representación de Dios en el hogar, la cabeza de la familia y el jefe de la casa, es tu dueño y es quien decide lo que debe hacerse… Las hijas deben ayudar en los quehaceres del hogar porque son tareas de mujeres… A los varones siempre hay que servirles… Cuando el hombre habla, la mujer calla… La mujer siempre debe obedecer sin objetar nada… Por el pecado original, la mujer pare con dolor y su deseo la arrastra al marido… Eva hizo que Adán probara la fruta prohibida… Las mujeres son sucias y pecadoras por naturaleza… Las mujeres son la perdición de los hombres… La mujer debe soportar cualquier vicio, humillación o infidelidad de su marido y debe perdonarlo siempre, porque los hombres tienen otro carácter y otras necesidades diferentes de las mujeres… La verdad es que las mujeres no tienen necesidades… La buena esposa debe sacrificar su vida por su marido, sin importar la suya; debe seguirlo en cualquier circunstancia, en toda situación y momento… La mujer se debe por entero a su esposo y su familia; su familia es la prioridad mayor, quedando ella misma en último lugar… La mujer es inferior al hombre… Al fin y al cabo, la mujer depende del marido porque ella misma es incapaz de lograr nada… La mujer necesita del marido para que la mantenga… La mujer no tiene el carácter, la fuerza ni la resistencia para alcanzar el éxito en el trabajo… A la mujer hay que ponerla en su lugar para que respete, para que sepa quién manda… Lo que pasa es que él es muy impetuoso y tiene mal carácter… Nunca pongas en tela de juicio las enseñanzas, las tradiciones, la cultura y la religión; todas ellas están por encima de ti y siempre ha sido así… No se puede cambiar algo que ya lleva tantos años instituido… Lo que ha unido Dios en el cielo, que no lo separe ningún hombre en la tierra… El matrimonio es un vínculo indisoluble, aún en caso de maltrato, engaño, falta de amor, odio… Te mereces el marido que tienes, Dios te lo mandó por algo… Cada quien debe llevar su carga a cuestas, y la tuya es tu marido… Más vale malo conocido que bueno por conocer… Acostúmbrate, mira que todas pasamos por eso… Si te grita es porque es muy hombre… Si te cela es porque le importas… Si te pega es porque te quiere… Cuando te insulte, no te lo tomes a pecho; sabes que no es eso lo que quiere decir… Él te golpea, pero en el fondo te ama; el pobre no sabe expresar sus sentimientos… No importa lo que te haya hecho, él dice que te adora, que le des otra oportunidad, que no lo volverá a hacer… Debes salvar tu matrimonio a toda costa… No te quejes; puede que no seas feliz, pero al menos tienes marido…

No podía pensar en nada. Demasiado ruido, demasiados años viviendo con toda esa interferencia de fondo que me producía un cortocircuito perenne en la mente, anestesiando mi alma. La mujer en el espejo me miraba sin entender y yo no era capaz de sostenerle la mirada; mucho menos de ordenar mis ideas para explicarle siquiera el comienzo. Despertando respiro a respiro de aquel letargo, mi vista comenzaba a perderse entre los surcos de su cutis buscando desesperada mi propia verdad, cuando de pronto suspiró, me sonrió con gran dulzura, dio la vuelta y se marchó. Y yo la seguí.


©2013 PSR


miércoles, 28 de agosto de 2013

TENGO

 
Tengo una buena noticia por contar.
Tengo que decidir cuándo decírtela.

Tengo una nueva ilusión en el alma.
Y tengo todo el derecho a vivirla.

Tengo las manos abiertas.
Tengo deseos de acariciar las tuyas.

Tengo los brazos extendidos con la esperanza de estrecharte en ellos.
Tengo seiscientos años de esperas desatendidas.

Tengo tres mil anhelos que me rompen el pecho.
Tengo toda la intención de hacerlos realidad.

Tengo un amor eterno.
Tengo a quién dárselo.

Tengo el brillo de tu esencia.
Tengo el eco de tu voz llamándome.

Tengo tu sonrisa perfecta.
Tengo la forma de hacerte reír.

Tengo cincuenta canas de experiencias.
Tengo la vida para hacerme más sabia.

Tengo arrugas que dibujan mi rostro.
Aún tengo motivos para sonreír.

Tengo millones de microbios benignos.
Tengo un virus que me ha puesto en cama.

Tengo acidez estomacal.
Tengo indignación ante la injusticia.

Tengo la mirada inundada de sal.
Tengo que abrir la represa.

Tengo aire en los pulmones.
Tengo las venas palpitantes.

Tengo una sorpresa en una caja.
Tengo muchas cajas más que aguardan por sorpresas.

Tengo recuerdos dulces y amargos.
Tengo la fortuna de haberlos experimentado.

Tengo un cargamento de sueños multicolores.
Tengo toda la noche para fabricar más.

Tengo una ansiedad imposible de apaciguar.
Tengo tanta necesidad de verte.

Tengo un beso en los labios.
¡Tengo que dártelo ahora!

Tengo a la luna de confidente.
Tengo el cielo estrellado que me libera.

Tengo un arco iris en el corazón.
Tengo una tormenta en la mente.

Tengo una preocupación infundada.
Tengo que encontrar la verdad.

Tengo dificultad para obedecer a ciegas.
Tengo un libre albedrío todopoderoso.

Tengo mis sentidos alertas.
Tengo mis extremidades prestas.

Tengo ángeles que me cuidan.
Tengo la sensatez de mi sano juicio.

Tengo una ventana con vista al infinito.
Tengo que abrir los ojos para disfrutarla.

Tengo la mejor voluntad hacia los demás.
Tengo veinte mil razones para ayudar.

Tengo un problema de vez en cuando.
Tengo cien soluciones aguardando.

Tengo un trecho por andar.
Tengo la oportunidad de admirar el paisaje.

Tengo un cielo azul con nubes prístinas.
Tengo la lluvia que riega las cosechas.

Tengo un sol que pica en verano.
Tengo la brisa marina a la sombra de un almendro.

Tengo familiares que son mis amigos.
Tengo amigos que siento como hermanos.

Tengo tres países y una isla.
Tengo gente bella en todo el mundo.

Tengo que seguir adelante.
Tengo una meta importante.

Tengo un pasado que fue.
Tengo un futuro que será.
Y sobre todo, tengo un presente que siempre me deja ser.


©2013 PSR

  
"Tengo" resultó destacado en el evento de septiembre 2013 de Radio Satelitevision/Americavision. El evento de premiación fue el sábado 5 de octubre a las 16:00 Chile y Argentina, 14:30 Venezuela, 14:00 México, 15:00 Puerto Rico, 21:00 España, Francia, Italia, Alemania y Austria.


domingo, 18 de agosto de 2013

A B R Á Z A T E

(“U M A R M U N G siglema 575 en alemán por Patricia Schaefer Röder / adaptado al español por David Lethei)

Abrazo azul
el lazo ultraterreno
entre los dos.

Beben los hombres
el anhelo de hogar
tal como niños.

Reluce en el
abrazo de los cuerpos
la hermosa piel.

Ánimas de luz
los millones de seres
irremplazables.

Zarpan al viento
corazones libertos
laten calor.

A ti despido
ensoñando profundo
vivo tus ojos.

Tías, sobrinas
se entrelazan y ofrendan
labor de amor.

Eterno río
abrázate conmigo
tanto te extraño.


Publicado por David Lethei en:

“U M A R M U N G” fue publicado por primera vez en GOTAS DE SOL Y LUNA:


miércoles, 12 de junio de 2013

F A M I L I A



Felices vamos
buscando las raíces
casi olvidadas.

Armados de sol
iluminamos vidas
entrelazadas.

Mujeres y hombres
forman aquellas redes
de los ancestros.

Iridiscentes
brillan fuertes los tonos
puros del alma.

La sangre es gruesa
y nunca se diluye
en la memoria.
 
Iremos siempre
pisando el futuro
desde el pasado.
 
Abierta mi alma
entre brazos cálidos
respiro en paz.
 
 
©2013 PSR


miércoles, 20 de febrero de 2013

El espantapájaros




Atardecía. Otro día se acababa en el campo. La calma reinaba al ponerse el sol suavemente en el horizonte tenue de principios de primavera. Todos regresaban a sus casas, a sus establos, a sus madrigueras. Todos se disponían a descansar junto a los suyos. Todos, menos el espantapájaros.

Siempre había sido así; a nadie se le hubiera ocurrido que fuese de otro modo. Pero esa tarde, algo se notaba distinto en el ambiente. Después de tanto tiempo, el espantapájaros se dio cuenta por primera vez de su existencia.

Comenzó a verse a sí mismo como un ser independiente de su entorno. Hasta ese momento se había sentido como un artefacto más de la granja, haciendo su trabajo rutinario, inmóvil, con los brazos extendidos lado a lado, los ojos apuntando siempre en la misma dirección y los pies enterrados en el suelo del campo. Le parecía normal ser tan sólo una parte del mobiliario, de las instalaciones agrícolas de la región. Sin embargo, un no sé qué lo sacó de su letargo de estatua utilitaria y al fin sintió. De pronto, aquella tierra fértil que hasta entonces lo sostenía, ahora lo aprisionaba. El viento que solía arrullarlo hasta dejarlo dormido, ahora lo helaba por dentro. Y la noche que antes le brindaba paz para descansar del trabajo diario, ahora lo hacía percatarse de su inmensa soledad.

Así pasó el tiempo, aumentando cada día la tristeza del espantapájaros. No comprendía por qué estaba solo, si era tan bueno en su labor y siempre cumplía con su deber cabalmente. ¿Por qué nadie querría ser su amigo?

Entonces, una noche de verano, al ver el rostro pétreo de la luna saliendo enorme por el este, el espantapájaros juntó todas sus fuerzas y logró zafarse de su grillete de arcilla y humus, un pie a la vez. Para evitar que lo reconocieran, se quitó las ropas. Caminó por los sembradíos buscando a alguien, a cualquiera, pero fue inútil. El campo estaba desierto.

Siguió avanzando hasta llegar al borde del bosque. Con los brazos caídos igual que su ánimo, se sintió más solo que nunca y deseó con todas las fuerzas pertenecer a una familia; no importaba a cuál. Anhelaba ser un miembro vivo e importante de un grupo; necesitaba sentirse orgulloso de su existencia y no quería que ningún ser le tuviera miedo.

Cansado, arrastró los pies por el bosque oscuro en busca de refugio y abrigo. En un claro, vio los enormes abetos que tocaban las estrellas con sus ramas y se emocionó profundamente. Mientras más los detallaba, más se maravillaba. Una desconocida sensación lo llenaba de paz. De pronto, para su propio asombro y sin querer evitarlo, sus brazos comenzaron a levantarse de nuevo, llenándose de una extraña energía. Los pies cansados se proyectaron hacia abajo, perforando el suelo del bosque, y aquel cuerpo de heno se fue fortaleciendo en una gruesa corteza parda de la cual nacía musgo verdiblanco. La felicidad lo embargó cuando de los brazos, pecho y cabeza brotaron ramas con hojas.

Amanecía. Las aves del bosque revoloteaban entre el follaje, posándose alegres sobre el nuevo gran abeto. Buscaban alimento y lugar para construir sus nidos. Había un rumor extático en el ambiente. Y en su interior, él sonreía.


©2013 PSR


"El espantapájaros" aparece en A la sombra del mango por Patricia Schaefer Röder 
Ediciones Scriba NYC 2019 
ISBN 9781732676756 

Mención de Honor en los ILBA 2020 
 



jueves, 22 de noviembre de 2012

GRACIAS...



Hoy doy gracias por mis bienes más preciados; los que más valen y no tienen precio.

Doy gracias por el tiempo que he tenido hasta ahora y por el que me queda; por mi respiración y por este cuerpo sano que acompaña a mi espíritu.

Estoy agradecida por la pasión que me llena, impulsándome a lograr mis metas y por el instinto que me hace buscar nuevas oportunidades. Por todo lo que he alcanzado, por los buenos recuerdos que pintan una sonrisa en mis labios y en mi alma. Por mis sueños y esperanzas, que son las semillas de mis proyectos futuros. Por despertar cada día con ideas nuevas, por las ganas de llevarlas a cabo y por la seguridad de lograrlo. Doy gracias por tener la suerte de poder trabajar en lo que tanto me gusta y disfruto.

Hoy y siempre, agradezco a los ángeles que me protegen y no se apartan de mí. Doy gracias por tener un esposo que me ama de verdad y me respeta profundamente; por mis hijos y su amor total, desinteresado e incondicional; por mis hermanas que me apoyan y por los familiares que aún me acompañan.

De corazón, doy gracias por tener amigas que me quieren y se dejan querer, que están de mi lado, que me animan y no me abandonan. Agradezco a todos los que me aceptan y me aprecian como soy, permitiéndome relacionarme con ellos e intercambiar ideas y opiniones.

Estoy agradecida de poseer este cariño puro que llevo dentro y que pongo en todo cuanto hago. Doy gracias por ser capaz de vivir el amor real, que me eleva, me hace desear ser mejor cada día y buscar nuevas formas de ayudar a los demás.

Gracias a aquellos que me regalan una sonrisa y a las almas brillantes que iluminan todo a su alrededor. A quienes me enseñan y me ayudan, y a aquellos que se dejan enseñar; y sobre todo, a la gente agradecida que me permite ayudar.

Agradezco inmensamente a mis padres por la constancia y la tenacidad que aprendí de ellos. Por los valores reales que me inculcaron, llenando mi corazón de amor, respeto, honestidad, aceptación y solidaridad; sin espacio alguno para el rechazo, los resentimientos, los rencores ni el odio. Les doy las gracias por haberme dado alas para alcanzar la libertad total de pensamiento y obra que me permite realizarme como ser humano y vivir mi vida a plenitud.

Hoy y siempre, doy gracias por poseer el raciocinio que me proporcionó una educación objetiva, amplia y sin prejuicios; esta capacidad que me hace respetarme a mí misma y me permite ver las cosas con claridad para tomar mis propias decisiones, sin tener que obedecer órdenes a ciegas impuestas por cualquier persona, organización, cultura o tradición, y que a la vez me deja ser tolerante sin que nada me escandalice.

Estoy agradecida por mi sensibilidad y por la dicha de tener sentimientos profundos y poder vivirlos intensamente; por la alegría y los suspiros, y por aquellos instantes que me hacen cerrar los ojos, dejándome sin aliento.

Agradezco tener la capacidad de asombro que llevo tatuada en mi alma, cual mancha de acero. Doy gracias por poder usar mis sentidos para disfrutar el rocío salado con aroma marino que me envuelve en su murmullo y ver las estrellas fugaces saltando en el cielo oscuro. Por saber valorar el sol, la lluvia y el aire limpio, espejos de la belleza de la naturaleza todos los días de mi vida.

Así, doy gracias por la felicidad y la paz que viven dentro de mí, recordándome siempre que la vida es bella y me acompañan a dormir cada noche con la conciencia tranquila, teniendo la certeza contundente de que todo estará bien.


©2012 PSR



miércoles, 2 de mayo de 2012

G R A C I A S



Gala divina
privilegio hermoso
tener su amistad.

Ríos de dolor
con su ayuda reencaucé
al delta final.

Abrieron brazos
corazones y manos
para apoyarme.

Cuántas sonrisas
en el rostro cansado
me dibujaron…

Impulsos grandes
mi vida apuntalaron
con frases y hechos.

A todos quienes
me dieron su ánimo
les debo mi paz.

Sola no estoy
lo sé, siempre lo supe
…gracias de nuevo.


©2012 PSR


miércoles, 4 de abril de 2012

MAMÁ, MI HÉROE


Mi madre, Ursula Maria Röder nació en Königsberg, Alemania en 1925. Tuvo una niñez muy feliz, a pesar de que su padre murió cuando ella solo tenía 10 años. Vivió los crudos años de la Segunda Guerra Mundial junto a su madre y sus dos hermanos y, hacia el final de la guerra, llegó con su madre a Heidelberg, donde conoció y se casó con Tile Schaefer. Después de cinco años, Ursula y Tile se mudaron a Caracas, Venezuela con Corinna, su hija mayor. Allí nacieron también Jorge, Claudia y Patricia.

Toda su vida, Ursula fue una persona optimista y luchadora que siempre salía adelante. Cada situación difícil que se le presentaba, ella la conquistaba y la superaba con creces.

Ursula fue una mujer que vivió su vida a plenitud. Buena hija y hermana, y luego buena esposa, madre, suegra, abuela y bisabuela. Era muy paciente. Con un corazón enorme y mucho sentido del humor, salpicado de una gran picardía, muchas personas la apreciaban por su inmensa alegría de vivir y por ser un ejemplo de perseverancia en todos los aspectos.

No sé de nadie que no le tuviera cariño a Ursula. Quienes la conocieron saben que siempre estaba al tanto de todo, pendiente de noticias y deportes por igual. Le encantaba el fútbol, la playa, la música, el chocolate, los helados con crema, bailar, cantar y jugar Tetris. Fue una abuela y bisabuela muy “cool”. Ella decía que, cantando, cualquier trabajo y cualquier carga se aligeraba.

Junto a su esposo Tile, Ursula crió a sus hijos de manera recta y con los mejores valores. Durante muchos años, viajó por todo el mundo, disfrutó intensamente del amor de su familia y de este bello país, al que ella consideraba suyo.

Mujer sumamente fuerte, en unos pocos años superó la muerte de su hermano Werner, su esposo Tile y su hijo Jorge. Poco tiempo después, hace cinco años, pasó por el penoso trance de perder una pierna, lo que disminuyó su calidad de vida pero de ninguna manera le quitó las ganas de vivir. Extremadamente valiente, Ursula fue una persona de hechos, una mujer de acciones eficaces. Siempre buscaba soluciones, sorteando los obstáculos que se le presentasen para continuar su camino.

Hoy, vinimos a despedir a Ursula al hacer este nuevo viaje, porque su camino sigue siendo hacia adelante. Te amo, Mamá.


Patricia
3 de abril de 2012


miércoles, 10 de agosto de 2011

RE-UNIÓN

Una vez más
venzo la espera
todo está listo
para el encuentro.
Girando sobre mi eje
despego
me elevo
encima de mí misma
escucho un murmullo
nos veo a todos
juntos de nuevo.
Corazón mío
quédate tranquilo
no te salgas del pecho
aún…
Dos miradas se buscan
inquietas
indagando a fondo
escudriñándolo todo
encontrando aquel instante
cuando se interceptaron
por última vez.
Tantas sonrisas conocidas
moran en rostros amables
confiables.
Poco a poco vuelven
tus anécdotas
las mías
rodeando suavemente
hechos reales
abarcando emociones
contando
recordando
riendo
reviviendo…
Siente mi alma
la esperanza que añora
un nuevo acontecimiento
esa excusa tan válida
para compartir
el abrazo más honesto
…perfecto.
Cuatro mil vidas
entrelazadas
en aquel pasado compartido
más o menos remoto
actores de mil piezas
protagonizando escenas
en obras propias
y ajenas
momentos divergentes
de pronto se dan vuelta
sobre sí mismos
orbitándose entre sí
convergiendo
regresando
a un horizonte amplio
plácido
común
divina oportunidad del destino…
reunión.


©2011 PSR


miércoles, 27 de julio de 2011

CARACAS

Julio 2011. Apenas llego a Caracas e instantáneamente comienza a rebobinarse mi memoria junto a mis sentimientos. A pesar de que suelo visitar a mi familia casi cada año, cada vez que vengo, siento que regreso después de pasar una vida entera afuera. Recuerdo claramente que antes, la sola idea de vivir en otra parte que no fuese Venezuela era algo insólito para mí; nunca me vi siquiera protagonizando ningún sueño parecido. Es así, simplemente soy venezolana; una caraqueña que no puede y no quiere eliminar la semilla de concreto y monte que persiste en ella después de cien siglos y a pesar de incontables nuevas vivencias. Si bien es cierto que me sé tan venezolana como cualquiera, con demasiada frecuencia se me quería hacer sentir extranjera aquí mismo, en mi propia tierra. Y aunque intentaba no darle mucha importancia a tantas palabras sin sentido, no puedo negar que de vez en cuando me haya tropezado dentro con esas vetas de confusión y molestia. Así es la vida; ahora que llevo tantos años viviendo afuera, donde realmente soy extranjera, me siento cómoda: toda una ciudadana de un mundo que cada vez se encoge más.

Soy caraqueña y siempre lo seré. Aún puedo decir que he vivido la mayor parte de mi vida aquí, en este pedacito de trópico. Mi infancia tranquila, llena de mañanas frescas y tardes soleadas al aire libre, mangos maduros y paseos por parques verdes, llena de escuela y amigas que continúan siéndolo. Mi adolescencia y mis veintes casi enteros, apasionados de amor y cultura, de cines y museos, de fiestas, de cafés, de subidas al Ávila y salidas en grupo.

Eso fue hace tiempo ya. El destino me llevó a vivir en varios países diferentes y estoy segura de que aún me tocará establecerme en otros lugares más. Pero a pesar de los kilómetros y los años de ausencia, desde que regresé a casa por primera vez, siempre me sucede lo mismo: salgo del avión y mi alma vuela atrás en el tiempo, escapando veloz rumbo a una época luminosa, tan fácil de vivir, tan genuina, intensa, plena… De pronto me veo reencontrándome conmigo misma, redescubriendo una vez más mi familia, mi casa, mi ciudad y mi país.

Al volar hacia el pasado por ese túnel del tiempo improvisado que me lleva desde el avión hasta el terminal del aeropuerto, las imágenes de Caracas que evoca mi mente no encuentran su reflejo en mis pupilas. Me invade un desconcierto total. Después de unos instantes de pánico vuelvo a comprobar que la ciudad sigue viva y cambia con cada respiro que da. Mi bella Caracas ha pasado por tantas situaciones, unas veces amables y otras extremas, que la han hecho madurar a la fuerza y crecer desesperadamente, sin poder encontrar la relación sana entre los dos eventos, abandonándose más bien al crecimiento hueco y a la maduración tardía de un gigante con problemas serios de aprendizaje. Sin duda es una ciudad con muchísimos desafíos, con infinitos contrastes que le dan un aire pesado de metrópoli apocalíptica por un lado y una tenue brisa fresca, vanguardista y tropical, por el otro. Desde siempre, mi ciudad ha tenido problemas de memoria, desechando las cosas buenas que tradicionalmente han funcionado, para aventurarse a tantas innovaciones desconocidas y de calidad dudosa. Para quien no la comprende, Caracas se asemeja a una criatura quimérica, llena de fragmentos más o menos acabados que no guardan relación entre sí. Sin embargo, quienes la conocemos y amamos, sabemos que la ciudad en su valle y sus alrededores es tan noble que recibe cualquier adquisición sin chistar, ajustándose de buena gana a la prótesis de turno.

A Caracas la han engañado demasiadas veces y no se cansan de hacerlo a cada instante. Prometen limpiarle las heridas que le causan quienes tanto la maltratan, mientras le pintan futuros próximos y lejanos de mil colores estridentes que la enceguecen y la dejan delirando en sueños ansiosos, baratos. Ciega por tanto humo e ilusiones vanas se vuelve mi ciudad, sin escuchar consejos ni razones. La verdad es que cada vez escucha menos; más pronto que tarde la ciudad se está quedando sorda, yaciendo inmersa en sí misma, una colmena enorme que no puede apagar el zumbido de fondo que la enloquece poco a poco. Muchas veces le duele la cabeza cuando sin cesar intenta que su lado derecho e izquierdo cooperen y trabajen juntos para lograr una tarea, frecuentemente sin llegar a ningún resultado. La madre leona ruge de impotencia cada vez que alguien es víctima de la delincuencia y el crimen, cuando el temor envuelve a sus crías, y se frustra al ver que el pánico perenne las vuelve indolentes o agresivas. Se ha hecho adicta a los antidepresivos y los calmantes para sobrellevar los tiempos turbulentos que la arrastran sin piedad.

Hoy, mi amada Caracas está maquillada para el aniversario de la Independencia. Con un colorete ligero refrescaron el rostro de la Sultana de 444 años recién cumplidos, le hicieron un nuevo peinado y una caricia en la mejilla. Remozada por fuera, la bella matrona sufre de mala circulación. Sus venas y arterias están taponadas y a veces el cuerpo no quiere hacerle caso, pero al igual que toda Venezuela, su sangre es color vinotinto y tan solo eso le basta para hacer latir fuertemente su corazón.

En estos momentos, Caracas tiene tantas cosas en su contra que a veces la gente no sabe qué responder cuando le pregunto qué es lo que más le gusta de ella. Para mí, sin embargo, la respuesta sigue siendo muy fácil: el Ávila, que no se rinde y sigue acompañando a su amada pase lo que pase, la vida cultural que llena el espíritu de quienes se dejan envolver por su manto, y sobre todo mi gente; los de siempre, los de ahora: todos aquellos que me iluminan, me mueven y me hacen sonreír, son lo mejor de mi ciudad.

No me canso de comprobar que a lo largo del tiempo la historia se revela cíclica, con altos y bajos… Así, tengo la certeza de que en un futuro no muy lejano, Caracas se recuperará y saldrá airosa de lo que la aqueja. Como todo, esto también pasará.


©2011 PSR

jueves, 16 de junio de 2011

VUELTA 2011

nada se detiene
nunca
todo se mueve
aprisa
una época vivida
toda una vida
más bien varias
intensas
queridas…
quinientas mil lecciones
aprendidas
lentamente
o de un solo golpe
tiempos lejanos
sabores irrepetibles
tan conocidos…
amigos.

una nube de mariposas
me encierra en un punto
todas las etapas
cuántos sucesos
más aromas
regresan a la memoria
cuando volvemos
revivimos instantes
de pronto somos parte del paisaje
de antaño
aquellos sueños se desempolvan
batiendo las alas
alzando el vuelo
juntos
a un solo tiempo
los pulmones se hinchan
a reventar
con cada detalle
de nuevo.

colmados de una esperanza
tesonera
esos rostros queridos
desde siempre
sin edad
ni barreras
centellantes de sonrisas
encendidos de recuerdos
son reflejos interminables
entre los corazones gemelos.

cada encuentro desbordante
de alegría
cada mirada inundada
de luces dulces
refulgentes…
sutiles
añoranzas nutridas
anécdotas que se agolpan
en el alma.

me pierdo divinamente
en un abrazo eterno
fuerte y tierno
a la vez
inundando las cuencas
galopando el pecho.
encerrada entre dos cornucopias
conocidas
increíblemente cómodas
mi piel toda recibe
el alimento vital
puro cariño
convertido en calor
renovado
de sentimiento.

feliz
paso por las puertas abiertas
de tu hogar.
me siento en casa
aun estando tan lejos de la mía.
la dicha estalla
como flor en primavera
agradecida
de ser tan bien recibida.

un almuerzo
una cena
…cien antojos satisfechos.
un paseo
un picnic
¡como en los viejos tiempos!
una excusa cualquiera
como siempre
para volver a vernos.

complacida mi mirada
se llena de detalles
perfectos
infinitos
en comisuras amables
con líneas tranquilas
y texturas suaves
que los hacen
uno a uno
seres tan especiales.
plena como la luna blanca
me siento en su presencia
la paz me invade
irremediable
y compruebo
que no existe distancia
ni tiempo
cuando el afecto es un arco iris
que a través de la lluvia
brilla sincero.
¡qué bueno es estrecharlos
tan cerca!
¡qué bueno es sentirlos
y hacerles reír
una vez más!
…qué bueno es saberlos
allí
siempre
gente bella
mi familia
y mis amigos.


©2011 PSR

miércoles, 25 de mayo de 2011

PAZ


Buscando la paz, encontré los árboles de mi ciudad totalmente desbordados de delicadas y perfectas flores en primavera, estallando todos en mil colores al mismo tiempo. Entre la locura del tráfico pude oír a las aves cantar y vi a una pareja de guacamayas haciendo piruetas en el cielo azul. Sentí el calor del sol caribeño sobre mi piel y luego me envolvió la noche fresca adornada de un manto de estrellas. Otro día se presentó ante mí un magnífico arco iris en medio del gris que se deshacía encima de mi persona. Sonreí de dicha ante el simple hecho de poder caminar descalza por la playa y disfrutar de un paseo por el bosque. Respiré profundo al recordar que tengo una hermosa familia, que contamos con un techo, que no pasamos frío ni nos falta el pan, y que tenemos el enorme privilegio de recibir una buena educación en un país libre y democrático. Me percaté de lo bello que es tener metas e ilusiones y poder soñar bonito con mi propia realidad; de lo liberadora que resulta una risa espontánea, sincera, y de cuánto puede iluminar una mirada limpia. Al estar feliz consigo mismo, no hay nada de qué preocuparse, no existen las posesiones, se lleva el corazón y el alma desnudos, no es necesario pedir perdón, no hay que decir nada, la expresión es plena, los ojos se cierran plácidos… Entonces, en medio de mi propia vida, entendí que encontramos la paz cuando nos damos cuenta de que no necesitamos de nada ni de nadie más. 


©2011 PSR

jueves, 30 de diciembre de 2010

A QUIEN CORRESPONDA

Yo, Patricia Schaefer Röder, habitante del Universo residenciada en este Mundo, por medio de la presente hago constar que estoy profundamente agradecida a la vida por todo lo que me ha ofrecido, aunque no siempre lo haya sabido aprovechar. Estando consciente de que nadie puede asignar un día determinado en el que todos debamos dar gracias por lo que tenemos y lo que seguimos recibiendo a cada instante, he escogido el día de hoy miércoles 29 de diciembre de 2010, para tal fin.

A lo largo de la vida, el destino nos va llevando a diferentes lugares y nos coloca en diversas situaciones que definen cada uno de los retos que toman forma delante de nosotros. Momento a momento debemos decidir si queremos o no afrontar cada uno de esos retos, los pequeños y los grandes. Entendemos que si optamos por retirarnos, puede que continuemos en la situación cómoda y segura en la que veníamos, pero nunca sabremos qué hubiese sucedido si lo hubiéramos intentado. Si decidimos hacerles frente, seremos enteramente responsables del enfoque que le demos, de cómo lo hagamos, y de cuáles herramientas –o armas– usemos. Con el paso del tiempo, el resultado de cada una de estas situaciones va moldeando nuestro carácter y abriendo nuestro camino.

El camino de cada quien es único e interminable. Nadie puede hacerlo por nosotros. Durante ciertos trayectos coincidimos con otras personas que cubren el mismo tramo en su viaje, aunque no necesariamente se encuentren en el mismo momento de vida nuestro; entonces los caminos se cruzan o marchan sobre una línea durante un cierto tiempo, pero nunca existen dos personas con itinerarios exactamente iguales.

El camino es noble. No hay callejones sin salida ni obstáculos insalvables; siempre existe la manera de continuar, a pesar de que debamos cambiar la ruta para bordear el estorbo, o reducir la marcha para poder bajar seguros por la ladera de la montaña, o construir el puente –o el barco– para cruzar el agua. El camino lo hacemos nosotros mismos y, de cierta manera, el camino somos nosotros. Debemos recordar que el camino no necesariamente es una línea recta; generalmente es sinuosa y puede cambiar de dirección y sentido en cualquier momento, así que realmente se trata de una línea con vida propia que define un espacio tridimensional. Hay ciertos momentos en los que pareciera que la línea se acabara frente a nuestros pies, y es justamente en esos momentos cuando debemos recordar que hay otras dimensiones hacia donde podemos mirar, buscando la forma de trazar nuestra ruta. Podemos ver hacia los lados y también podemos ver hacia abajo y hacia arriba; en algún lugar descubriremos que el espacio se presta para allanarlo y seguir adelante.

En el camino he encontrado ya a muchas personas que han dejado alguna huella en mí, y les agradezco porque he aprendido de ellas, unas veces por medio del dolor y otras por medio de la dicha. Mis padres me pusieron en el camino y me dieron las facultades para crear mi propia ruta; me enseñaron a caminar, me dejaron correr, me entrenaron para nadar y conducir vehículos y sobre todo, me dieron alas para volar. Mi familia, aquella de la cual provengo, me da el sostén espiritual, moral y de valores humanos sobre los cuales descansa mi carácter. Tuve la suerte de tener padres con fuertes principios éticos, morales y de justicia que me inculcaron la honestidad, el respeto, la aceptación y la misericordia predicando con el ejemplo cada día. Eso es algo invaluable y me faltan palabras para expresar mi eterna gratitud al respecto. Doy gracias a mis defectos, porque me recuerdan que todavía debo crecer y aprender mucho, porque hacen mi camino interesante y me llevan a recorrerlo con humildad y emoción. A mis hermanos les agradezco el haberme dado la oportunidad de foguearme con ellos en distintas lides antes de salir al ruedo de la “vida real”. Lo mejor de todo es que, padres y hermanos, todos ellos me conocen mejor que nadie y a pesar de eso, me quieren como soy. Y ellos saben que yo los amo profundamente.

Agradezco a la vida por la familia que he tenido la fortuna de formar; nuestras almas están enlazadas con las fibras del amor más puro que existe. Somos un equipo en el que cada miembro es imprescindible e insustituible, tenemos diversas funciones y engranamos como las piezas de una máquina perfecta. Doy gracias a todos y cada uno por la paciencia y el amor que me demuestran, y porque me otorgan el privilegio de amarlos de vuelta y de velar por ellos.

A mis amigos, la familia que yo misma escojo, les agradezco muchísimo el honor de compartir ese lazo tan especial de cariño y amistad verdadera que es más grande que cualquier dimensión conocida y que no conoce medición de tiempo; por eso ni la distancia ni los años pueden acabar con ella. Siempre han sido y seguirán siendo extremadamente importantes en mi vida, ocupando cada uno un lugar único en mi corazón.

A esta isla bella en la que vivo y a la gente linda que habita en ella, les agradezco su hospitalidad, su alegría y su tranquilidad; sin esas cualidades nunca hubiese encontrado solaz para sentarme a escribir. Aquí me siento cómoda y en paz; aquí puedo vivir feliz con mi familia, cada uno realizándose en el área que más desea.

Agradezco enormemente la oportunidad que tuve de recibir una buena educación y optar por un trabajo interesante. Doy gracias por tener acceso a una vivienda cómoda junto con vestido, alimento, diversión, pasatiempos, gustos complacidos, regalos, y poder seguir saciando la sed de conocimientos que llenen mi mente y mi alma.

Estoy agradecida por la capacidad que aún desarrollamos para comunicarnos con nuestros semejantes a través del lenguaje y me encanta recordar que existan tantos idiomas en el mundo. Agradezco la posibilidad que tengo para expresarme utilizando lápiz y papel –o computadora– para escribir y desahogarme, creando o recreando palabras, frases, historias…

Doy gracias a la gran variedad de culturas que todavía existen y que aportan su sabiduría y colorido al mundo que compartimos. Estoy agradecida a todos aquellos que desarrollan las artes clásicas y las más recientes, por enriquecer estéticamente el ambiente que les rodea y permitir que el resto de la humanidad pueda disfrutar de sus obras y sentirse inspirado por ellas. Sin música, bellas artes, diseño arquitectónico, literatura, artes gráficas, fotografía o cine, la vida sería estéril y fría. Doy gracias a los espectáculos de fuegos artificiales en una noche despejada, porque me hacen sentir mariposas en el estómago. Y no podría olvidar las artes de la ciencia y la tecnología, que requieren de una pasión creativa y creadora de igual magnitud como cualquier otra expresión artística, desarrollándose en las áreas de las ciencias naturales, la medicina, la ingeniería, las comunicaciones y el transporte. Estoy muy agradecida al teléfono, a la Internet y al Skype, porque me ayudan a mantenerme en contacto con las personas importantes para mí.

Agradezco infinitamente a la energía positiva y creadora del Universo por ponerlo todo a andar, y a la Madre Naturaleza por tantos dones que reparte a manos llenas y sin pedir nada a cambio, a pesar del mal trato que recibe de parte de nosotros. Doy gracias por los productos preciosos que nos pone a la disposición como si fuesen los más comunes: maderas, cristales, metales, flores, semillas, conchas, paisajes, aire, luz y diversidad, sobre todo la humana. Doy gracias por el día, con el sol que inunda los espacios llenándolo todo de color; por la noche con la luna y las estrellas en medio de aquella oscuridad que siempre nos invita a descubrir algo nuevo, incluso dentro de nosotros mismos; a las aguas, siempre en movimiento en forma de nubes, lluvia y corrientes; al viento, que mueve las hojas en los árboles y sacude nuestra alma; a la tierra, que se entrega generosa a nosotros para el cultivo; al fuego, que lo purifica todo; a las plantas, que nos dan oxígeno y mucho más; a los animales, que hacen lo mejor por adaptarse al mundo que continuamente les quitamos; y a los microbios –sobre todo a los virus– por recordarme lo vulnerable y lo frágil que soy.

Estoy agradecida por poder usar mi cuerpo; por los genes que heredé de mis padres, que en gran parte me hacen ser quien soy; por la salud, que hasta ahora me ha acompañado de buena gana; por todos los sentidos que poseo, que me permiten disfrutar de lo que me rodea: colores, formas, aromas, música, voces, texturas, sabores, placer, comicidad, amor, nostalgia… Doy gracias a mi organismo, que es insuperablemente noble porque sigue funcionando de la manera más perfecta a pesar de lo mal que suelo tratarlo. Y doy gracias porque sus sistemas están tan maravillosamente conectados con mi alma y mi espíritu, que me permiten recordar y soñar, percibir y vivir con la mayor de las intensidades, emociones tan complejas como la pasión, que me estremece divinamente, invadiéndome con una suave taquicardia y un escalofrío delicioso que me llena por dentro.

Agradezco que aún exista gente bondadosa que ayude a los demás demostrando misericordia y verdadero amor al prójimo; gente comprensiva y tolerante; gente amable que sonría a los extraños; gente creativa, activa, independiente; gente justa que sepa perdonar, que respete los derechos de los demás, que acepte la individualidad y que no tema vivir su propia verdad; gente sincera que apoye e infunda confianza en otros; gente que ayude a sanar usando sus manos, su energía, su sonrisa, su mirada, su abrazo; gente cuya compañía disfrutemos a través de una caricia o del silencio, o en forma de llamadas, charlas, cartas, mensajes, fotos, intercambiando opiniones, compartiendo; gente que nos traiga felicidad.

Doy gracias al amor en todas sus formas porque me llena el alma de flores. Cuando amamos, la dicha es plena y la emoción nos hincha el pecho; volamos alto, somos totalmente libres. Amar es desear lo mejor para el ser amado y velar por su bienestar; agradezco inmensamente las oportunidades que he tenido de dar y recibir amor a lo largo de mi vida, entre ellas los momentos en que he podido deshacerme del caparazón y mostrarle a otro mis debilidades y fortalezas.

Estoy agradecida a mi alma por ser mi esencia, y a mi espíritu, por seguir dándome el impulso vital, la libertad para creer y sentir, y la confianza y alegría para seguir mi camino. Doy gracias porque aún no he perdido la capacidad de asombrarme y maravillarme ante cosas que pudieran parecer cotidianas, como un árbol, un insecto o las olas del mar.

Finalmente, agradezco al tiempo que ha fluido generoso, envolviéndome y acompañándome a lo largo del camino.

Patricia Schaefer Röder
29 de diciembre de 2010


© 2010 PSR

miércoles, 8 de diciembre de 2010

ARTEMISA


Con una sonrisa en los labios
y mil estrellas en la mirada
te vas
amiga querida
bálsamo de mi alma.

Partes…
al fin estás preparada.
Maduró la vida
llegó el instante
de cambiar de aire
en medio de otra luz
y, dejándote envolver
por aromas desconocidos
sentir un nuevo calor.

Eres, Artemisa
bella por dentro y por fuera
perfectamente natural
naturalmente tranquila
dueña de una risa fácil, fresca
genuinamente sencilla.
Noble como la tierra
amazona valiente
capaz de guerrear
ganando todas las batallas
en cualquier frente.

Tu casa es la selva
con sus duras leyes.
Donde sea la lucha
en cualquier lugar
en medio del caos
la claridad de tu alma
transmite sosiego y paz
a quienes tienen
la gran dicha
de conocerte.

Siempre ahí
dondequiera que estés
vas vinculada a tu entorno
formando lazos irrompibles
con los tuyos
con todos nosotros
familia de sangre y carne
afecto y espíritu
puro corazón
sentimiento
siempre paciente
siempre pendiente…
Cobijando a los demás
proteges el equilibrio natural
humano de mil defectos
delicado, primordial
en armonía perfecta
infinita.

Llegó el buen momento
la campana del reloj
anunció la hora precisa
de terminar este capítulo
desamarrando delicadamente
cualquier resto de atadura
soltando, deshilvanando
rompiendo remaches
cortándolo todo por lo sano
…siempre por lo sano
liberándote plenamente
para al fin respirar en paz.

Te vas sin alejarte
mirando siempre al frente.
Aunque ya no te abrace
amiga mía
tu presencia continúa aquí
eternamente plácida
infinitamente serena.

Es tiempo de darte un tiempo
tu alma lo sabe
tu mente también
te dejas llevar por ese espíritu
que te mueve con firmeza
indomable pero dulce 
empujándote suavemente
hacia tu nuevo lugar.

Partes, Artemisa
acompañada de mil luceros
partes, eterna cazadora
alma errante
pero no demasiado
siempre partes…
Partes el dolor por la mitad
llegando precisa
con cada una de tus flechas
certeras
exactas
al blanco deseado.

Creces
te renuevas sin parar
por mérito propio
alcanzas
tu triunfo personal.
Querida Artemisa
abre la ruta de tu destino
quitando malezas
allanando el camino
con aplomo y cuidado
rodeada de quienes te merecen.
Sigue hacia adelante
sonrisa al sol
y recuerda que
en medio de este espacio inmenso
siempre estaré a tu lado.


©2010 PSR