LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

¡Atrévete! Regala libros originales: A la sombra del mango; relatos breves. Yara y otras historias; 34 relatos, 34 sorpresas. Divina: la mujer en veinte voces; antología latinoamericana de cuentos. Andares; cuentos de viajes. Siglema 575: poesía minimalista; una nueva manera de vivir la poesía. Di lo que quieres decir: Antología de siglemas 575; resultados de los Certámenes Internacionales de Siglema 575. Por la ruta escarlata, novela de Amanda Hale traducida por Patricia Schaefer Röder. El mundo oculto, novela de Shamim Sarif traducida por Patricia Schaefer Röder. Por la ruta escarlata y Mi dulce curiosidad, novelas de Amanda Hale traducidas por Patricia Schaefer Röder, ganadoras de Premios en Traducción en los International Latino Book Awards 2019 y 2020. A la venta en amazon.com y librerías.

¡Encuentra mis libros en el área metro de San Juan, Puerto Rico! Librería Norberto González, Plaza Las Américas y Río Piedras; Aeropuerto Luis Muñoz Marín, Carolina.

Mostrando entradas con la etiqueta 2014. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 2014. Mostrar todas las entradas

martes, 26 de julio de 2022

Reseña de SIGLEMA 575: Poesía minimalista, de Patricia Schaefer Röder por Samar De Ruis



SIGLEMA 575: poesía minimalista, Patricia Schaefer Röder 

PSR©2014 

Ediciones Scriba NYC 

ISBN 9780984572717 

  


Reseña por Samar De Ruis 

  

Porque todo se originó de un punto…

…y cada cosa puede reducirse a un punto”.

   

Con estos versos comienza y termina nuestra poeta su poemario SIGLEMA 575: poesía minimalista; un canto a la esperanza, a la vida, la amistad, los amores y las pasiones. Nos ofrece sesenta y nueve siglemas 575 volando “entre mil melodías de poesía”. Sus versos los escribe mayormente al alma, al espíritu y a los colores. Define su rima como “momentos breves que iluminan las sombras de mi existencia”.  

Comienza exaltando a la familia: “el primer universo del ser humano” de la cual “la sangre es gruesa y nunca se diluye en la memoria”. A la madre le dice “miro tus ojos, la vida se detiene en mis recuerdos”. Al padre le escribe “Álzame alto para besarte dulce en la mejilla”.  Y dice que es en el núcleo familiar donde “abierta mi alma, entre brazos cálidos, respiro en paz”.

A través de sus poemas descorre su intimidad permitiéndonos conocerla desde lo que llega de su interior a la tinta. Continúa el viaje inspirador exaltando la esencia femenina: “descubre a la dama, como la rosa de invierno, de espíritu indomable”. Es notoria su conexión con la luna, a la cual describe como “ubre celestial” y “confidente nocturna” y hasta le reclama “atrévete ya, baja del firmamento para abrazarte”. Destaca el valor de la amistad al describir a sus amigas: “Cien tonos limpios decoran corazones maravillosos” y “con risas liberadoras, imprescindibles, burlan el dolor”. Patricia muestra en su obra un interés marcado por el apoyo a las mujeres abusadas, a las cuales les escribe “utilizada, vejada, abusada todos los días”, “pides cariño, quien ama reverencia, no te esclaviza”.  Reflexiona “toda la vida obedeciendo ciega, es demasiado” y aconseja “jamás impongas cárcel a tu espíritu, respira libre”.

Prosigue con las cosas del alma, a la cual define como “ánima inmensa, mariposa fiel, lucero y canción, que me das libertad de sentir, amar” pidiéndole “amamántame en tu luz de esperanza y seré inmortal”. La poeta versa sobre el ser: “somos todos luz, de nuestras propias noches, alumbrándolas”. De la vida “vuelo del alma, entre tantos momentos y dimensiones” cuestionándole “impertinente, das y quitas instantes que no regresan”. A la libertad le canta “eres el sueño, de paz y tranquilidad que bien persigo”. Entra a filosofar sobre el tiempo, pues “hay que madrugar, el tiempo es aroma, se desvanece”, “ya no es luego, las notas efímeras son el presente”. Con cierta nostalgia reconoce que “toda la vida derrites los momentos que no volverán”.  Luego se compone y manifiesta “todo pasa ya, la felicidad también, quiero cuidarla”. Le ordena al espíritu: “sigue, espíritu, hazme volar muy alto, sobre el vacío”. 

¿Y qué nos versa sobre el futuro? Es el “presente en trozos”, “el tiempo que nos queda, un solo instante” que “se convierte en confeti entre mil nubes”. Ha de ser su camino uno donde nunca parará, pues su “destino es andar tarareando” sin perderse a sí misma... “urge encontrarme, hoy se acaba sin más y nunca vuelve”.

Se desnuda ante nosotros en la pasión que la inunda “de tinta y papel” frente al amor que es su “ostra perlada”. En su vulnerabilidad muestra uno de sus poemas de mayor hermosura, MIEDO,  al cual acompaña luego con versos colmados de gratitud a los amigos, a los presentes.

El interés por las causas sociales cobra vida al inspirarse en los estudiantes: “entre el gran pueblo bulle una masa unida de almas puras”; a la universidad que “vence todas las sombras”; a la patria “grande y hermosa” a la cual engañan, refiriéndose a su natal Venezuela. Culmina las hojas de este libro de poemas con un canto a la unidad, a la justicia y a la inspiración que le permite resucitar.

Poemas íntimos, de sencillez excelsa es la obra que Patricia Schaefer Röder nos regala en SIGLEMA 575: poesía minimalista. Los invito a degustarla... 

   

Samar De Ruis

Escritora y poeta 

   

jueves, 5 de mayo de 2016

EL PALACIO (II)

Sábado de otoño
escojo mi mejor vestido
me arreglo, impecable
para ir al palacio
ese lugar preferido
donde pasaré la tarde
en un mundo mágico.

Quedé con mis amigas
en vernos en la entrada
iluminada de bombillas
y puertas de cristal
con vitrinas que cuentan
las historias del futuro.

El portero nos recibe
con una gran sonrisa
indicándonos la ruta
hacia el guardarropas
a un lado del gran vestíbulo
alfombrado de elegancia
con pinturas y esculturas
adornado en fantasías.

La preciosa escalinata
digna de un gran castillo
nos lleva al primer balcón
donde el acomodador
amable y con reverencia
nos indica los asientos.

El telón está cerrado
hay murmullo alrededor
los finos candelabros
nos regalan sus destellos
sobre la bóveda astral
del majestuoso techo.

Mientras alegres hablamos
el público se va ubicando
poco a poco en su lugar
la emoción liberaremos
para empezar a soñar.

Es hora de la función
las luces están bajando
concentradas en el telón
el cortinaje se abre
con movimiento preciso  
despejada queda la pantalla
todos callan solemnes
en unos instantes
veremos a los héroes
rescatando a sus damas.

Las divas aparecen
enamorando a media sala
los galanes las cortejan
cosechando mil suspiros
me libero de mi cuerpo
flotando hacia el escenario
de pronto soy yo la protagonista
de aquella divina historia.

El piano nos acompaña
durante toda la tarde
lidera las variedades
y es dueño del intermedio
cuando ameniza nuestra charla
en el bar o en los salones.

Así pasan las horas
del magistral evento
entre tanto público
nos sabemos especiales
“esta es nuestra casa”, sentimos 
y la ilusión nos impulsa
a volar sobre las estrellas.

Regreso a casa emocionada
mi corazón sonríe alegre
sé que mañana volveré
con gran atuendo
a pasar de nuevo
la tarde en el palacio.


©2014 PSR

miércoles, 20 de abril de 2016

EL PALACIO




Bienvenidos al palacio. El hogar de la realeza; donde nos trataban como reinas y reyes. En sus salas cobraban vida las artes dramáticas y nos enterábamos de las noticias en la época de oro del cine. El palacio era el lugar en que se conjugaban infinitos sucesos incorpóreos, creando sensaciones que nos llenaron de sueños y sembrando sentimientos que marcaron nuestras vidas.

Cada uno era diferente de los demás. Y todos eran grandiosos, concebidos por inspiración en lugares lejanos. Los grandes palacios llevaban lo exótico a su máxima expresión, adquiriendo personalidad propia. Estaban vivos. Sus magníficas entradas, sus refinados salones y vestíbulos que recreaban carnavales extranjeros nos hacían volar con la imaginación a otros lares y otras épocas. Los palacios era modernos y clásicos, llenos de detalles que revelaban su importancia. Las puertas amplias nos recibían a todos por igual con aires de mucho lujo. Los grandes vestíbulos nos hacían sentir a nuestras anchas. En los palacios, cada uno de nosotros formaba parte de la nobleza. Eran majestuosos; esperaban siempre saludarnos en nuestras mejores galas. Los asientos nos acogían en un cómodo agasajo. Sus espacios fantásticamente diseñados nos invitaban a vivir incontables historias. A disfrutar la elegancia. A sentir la maravilla de un viaje inesperado y a la vez tan deseado.

El palacio era el punto de encuentro para los amantes del cine, el teatro, la música y el vaudeville. Del palacio partían diariamente miles de caminos; tantos como espectadores lo visitaban. Era el lugar donde convergían imágenes y música; estrellas y mortales. Nosotros, su público fiel, éramos su razón de existir; lo que le daba vida. El palacio era un ente que respiraba y latía, contagiándonos, gestando en nosotros todos los anhelos. Acompañados de un trago en el intermedio, compartíamos con los demás, rodeados de la fastuosa decoración. En la pantalla, las divas se volvían diosas, los héroes se convertían en leyendas y a nuestros deseos les nacían alas y volaban hacia el infinito. En el palacio crecimos junto a aquellas luminarias de las épocas pasadas que nos hicieron vibrar, reír, llorar, maravillarnos. Quienes, gustosos, escucharon nuestros suspiros y se deleitaron con nuestro asombro. El palacio era la morada de las primeras actrices y los galanes que, desde el escenario, nos recibían siempre con los brazos abiertos, con agrado, como iguales.

El palacio nos abría sus puertas para soñar. Nos daba la libertad de descubrir qué era lo que nos movía. Nos recordaba cuáles eran las pasiones que se escondían en nosotros y nos permitía vivirlas una y otra vez. El palacio estaba habitado por todos los seres y todas las almas. Era muy especial visitarlo, y para ello vestíamos nuestros trajes más elegantes. Las pantallas plateadas nos traían y se llevaban aventuras, emociones, alegrías y tristezas. El palacio conocía nuestros secretos, verdades y miedos. Sabía de los gustos que moraban dentro de cada uno. Era adonde acudíamos para entretenernos, compartir y sorprendernos. El palacio estaba dentro de nosotros al igual que una parte de nosotros le pertenecía a él. Nuestras emociones abrazaban sus cimientos y él nos recibía sin hacer preguntas. En el palacio nos elevábamos sobre los candelabros y explorábamos aquellos anhelos que aún no habíamos descubierto, más allá de las cúpulas estrelladas. En el palacio vivimos impresiones indelebles todo el tiempo. Cada detalle llenaba los instantes de la magia y la gloria del arte. Nos deleitamos entre decoraciones majestuosas de finas pinturas que resaltaban sobre las espléndidas alfombras y cortinas de terciopelo. Entre esculturas exóticas y cenefas magníficas. Entre candelabros y lámparas con cristales brillantes. Entre columnas y tronos dignos de templos de dioses y musas. Y allí dimos rienda suelta a nuestra imaginación.

El palacio era el lugar donde nacían las ilusiones y se creaban momentos inolvidables. Donde surgían las fantasías que nos deleitaban en placeres sutiles y desbocados. Pasar la tarde en el palacio era todo un evento. Al entrar, el vestíbulo se nos abría con el estilo de quien se sabe especial. Los acomodadores eran los genios que nos llevaban del ala en esas travesías, flotando entre aquellos espacios fastuosos. Las luces iluminaban la sala, dejándonos ver sus maravillas. Llegábamos a nuestros lugares. En cuanto ocupábamos los asientos, una fuerza casi magnética nos transportaba a otra dimensión, regalándonos una experiencia emocionante, intimista y profunda. El telón estaba abajo. Las luces se apagaban lentamente, centrándose solo en el cortinaje grandioso. El ambiente estaba inundado de una solemnidad total. Pasaban unos momentos y el lienzo se corría en todas direcciones, dejando al descubierto la pantalla plateada. Estábamos listos para dejarnos sorprender, para viajar, para volver a ser niños y dejarnos envolver en la magia de tantas estrellas que inundaban la pantalla, goteando desde el modelo astral que nos cubría. Toda esa experiencia compleja y amplia hacía que nuestro espíritu se hinchara y se elevara, llenando el volumen de la enorme sala. La música en vivo en los intermedios nos brindaba la continuidad de toda esa magia imperecedera. Con los amigos disfrutamos en el bar, comentando las películas, las noticias y las piezas en vivo.

Hoy en día, el palacio nos lleva de vuelta a una época romántica, de sublime placer artístico, divina. A pesar del paso del tiempo, el palacio sigue siendo universal y único. Este es el Palacio.


©2014 PSR


http://www.nextoneproductions.ca/broken.html 

http://m.imdb.com/title/tt3564442/

jueves, 24 de diciembre de 2015

OH GRAN ALEGRÍA (O DU FRÖHLICHE)


¡Oh gran alegría!
¡Oh gran bendición
en este tiempo de Navidad!
La paz se había perdido
el Niño ha nacido.
Todo, todo es felicidad.

¡Oh gran alegría!
¡Oh gran bendición
en este tiempo de Navidad!
Cristo apareció
y nos perdonó.
Todo, todo es felicidad.

¡Oh gran alegría!
¡Oh gran bendición
en este tiempo de Navidad!
Ángeles gloriosos
cantan majestuosos.
Todo, todo es felicidad.

 
(O Du fröhliche) Villancico alemán
Johannes Daniel Falk, Heinrich Holzschuher, 1829
Versión en castellano de Patricia Schaefer Röder © 2014
 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

SIEMPRE CADA DÍA (ALLE JAHRE WIEDER)


Siempre cada día
viene el Niño Dios
a la Tierra viva
donde Él nació.

Entra en nuestras casas
bendiciéndonos
y nos acompaña
con su gran amor.

Él está a mi lado
tímido y sin hablar
bien me ha guiado
por la senda de paz.


(Alle Jahre wieder) Villancico alemán  
Wilhelm Hey, Friedrich Silcher, 1837 
Versión en castellano de Patricia Schaefer Röder © 2014

 

sábado, 9 de mayo de 2015

LA VOZ HISPANA NY MAYO 2015 -- COLUMNA DE ZENN RAMOS


Escribo, vivo
late más mi corazón
pluma en mano.

-Patricia Schaefer Röder

Entre las numerosas estéticas que pulularon por décadas en la literatura, se destacó una forma de mirar el mundo que hacia énfasis en lo menor, lo mínimo. Los minimalistas, que así se hicieron llamar e incluso los denominaron de ese modo los tratadistas, apostaron a una poesía que rescataba todo aquello que hasta entonces parecía destinado a no ingresar nunca al ámbito de la poesía. El minimalismo, en cuanto a la forma, estructuró versos breves y poemas también breves, e incorporó temáticas y elementos insignificantes para otras poéticas. Así, por ejemplo, antes que escribir sobre el amor o la muerte, preferían poetizar sobre los celos o la angustia del cuerpo. En lugar de cantar al Universo, se exaltaban las luces de los planetas deshabitados; la fe y la esperanza se reducían, y el auge se estacionaba en la razón y la inquietud. Las situaciones triviales eran elegidas, como una forma radical de reducir la expresión poética. Esta semana quiero hablarles sobre una Escritora y traductora literaria venezolana que, dentro de sus propuestas, separa un espacio para exaltar lo mínimo y brindar a otros el reto de tematizar dentro de una lírica reducida: Patricia Schaefer Röder. Patricia nació en Caracas, Venezuela, donde se crió. Allí obtuvo la Licenciatura en Biología y publicó sus primeros ensayos. Vivió en Heidelberg, Alemania y en Nueva York, EEUU, donde retomó el oficio de escribir y se dedicó a la traducción y las artes editoriales. Desde el año 2004 vive en Puerto Rico, dirigiendo su propia empresa de traducción y producción editorial. Los escritos de Patricia han sido merecedores de premios nacionales e internacionales, apareciendo publicados en diversos medios, incluyendo la reciente antología Fronteras de lo imposible del Certamen Casa de los Poetas 2014, de Puerto Rico. En 2011 recibió el Primer Premio en narrativa del XX Concurso Literario del Instituto de Cultura Peruana en la ciudad de Miami en Florida, Estados Unidos, con su cuento “Ignacio”. Su antología de relatos cortos Yara y otras historias fue publicada en 2010 por Ediciones Scriba NYC, que en 2014 también publicó su primer poemario Siglema 575: poesía minimalista. Entre sus traducciones literarias destaca la novela El sendero encarnado (The Reddening Path) de Amanda Hale, publicada en 2008 por Verdecielo Ediciones. Siglema 575 es una nueva forma de escribir poesía. Con esta original propuesta, Patricia Schaefer Röder nos lleva a descubrir la esencia de aquello que nos inspira. En ningún momento nos obliga a seguir un estilo poético particular; al contrario, el siglema 575 nos anima a vivir nuestra libertad creadora. Infinitamente versátil, a través del siglema 575 podemos abordar todos los temas que nos mueven de la misma manera en que se gestan, ya sea con metáforas barrocas o con imágenes más elegantes o sencillas, sin acercarnos a los rumbos de la simplicidad, y sin embargo regresando a la naturaleza del tema. Sublime y limpio, con su métrica breve, junto con la rima libre, nos deja redefinir nuestra visión de las cosas, concretando figuras que nos llevan directo al grano, siguiendo la tendencia de nuestro tiempo hacia lo puro, el corazón de lo que nos importa, explorando, definiendo y profundizando en cualquier sentimiento, personaje u objeto. Así, el siglema 575 es la bella personificación de la poesía minimalista, “porque todo se originó de un punto, y todo puede reducirse a un punto”.

S O Y
Siento y existo
mi mente se levanta
de las cenizas.

Otra no seré
máscaras y etiquetas
presta destruiré.

Ya habita mi alma
el éter más brillante
del tiempo sin fin.

Derechos Reservados
Patricia Schaefer Röder ©2015 PSR


miércoles, 7 de mayo de 2014

DÍA DE LAS MADRES 2014


Eres madre venezolana
fuerte, luchadora y valiente
cual amazona
mujer con todas las letras
que con amor inculca respeto
necesidad de justicia
gentil dama
la que enseña el valor del estudio y del trabajo
el poder contundente de la verdad
la paz de la conciencia tranquila
a los pichones de su único nido.

Eres madre venezolana
la que cada mañana bendice a sus hijos
cuando enfilan hacia la calle
como hormigas laboriosas
sin saber si el hampa descarada
los dejará regresar por la tarde.

Eres madre venezolana
la del muchacho decente
que con los ojos limpios
salió a protestar sin violencia
y por bueno lo torturaron
humillado a carcajadas
por defender su dignidad.

Eres madre venezolana
que adorabas a tu hija amada
aliento de tu juventud
espejo de tus ideales
parida con mil ilusiones
querías darle el universo
y unos matones de profesión
pagados por asesinos mayores
se la llevaron con saña
porque sí y nada más
al otro mundo.
Masacran a tu niña
sin piedad y frente a todos
mutilan tu misma carne
alumbrada hace tan poco
la sangre escarlata
que compartiste con ella
tus ojos a través de su mirada
por donde buscabas desesperada
su futuro ausente.

Eres madre venezolana
huérfana de hijo
aquella que se quedó inquieta
cuando te besó al despedirse
para salir a luchar por Venezuela
a la que cualquier pesadilla le pareció un cuento de hadas
cuando te llamaron llorando
cuando te lo devolvieron incompleto
cuando sus cuencas estaban opacas
aún eres su madre
y sigues esperando su regreso
por una eternidad.

Eres Venezuela
madre de todos
de tantos jóvenes héroes
de sus madres huérfanas
lucharemos por tu libertad
Venezuela
eres nuestro último aliento
no podemos perderte.


©2014 PSR


miércoles, 30 de octubre de 2013

PERVERSIÓN

Pueblos que sufren 
arrastrando sus vidas 
por la miseria. 
 
Extremos, odio 
terrorismo de estado 
sadismo impune. 
 
Retardatarios 
la revolución no es 
algo eterno. 
 
Violencia al día 
nada vale la vida 
sólo los votos. 
 
Enemistades 
entre hermanos de sangre 
sin tolerancia. 
 
Rencor tóxico 
en cerebros lavados 
cuerpos sin alma. 
 
Sables y balas 
son la respuesta presta 
a las críticas. 
 
Imagen del mal 
niños adoctrinados 
pequeños robots. 
 
Óbitos, miles 
se desangra la patria 
y el jefe ríe. 
 
Nadie escapa ya 
libertad y progreso 
descansan sin paz. 
 
 
©2013 PSR 
 
 

"PERVERSIÓN" aparece en Siglema 575: poesía minimalista, de Patricia Schaefer Röder 
© PSR 2014 
Ediciones Scriba NYC, 2014 
ISBN 9780984572717 
 
 
 
 
SIGLEMA 575
 
Un siglema 575 es un poema que se escribe en base a las letras de la palabra o palabras que definen su tema y que constituyen su título. El tema es libre y las palabras que lo definen forman el título, el cual queda representado como una especie de acrónimo, con las siglas separadas entre ellas por un espacio. Cada estrofa posee tres versos, de los cuales la primera palabra del primero debe comenzar con la letra correspondiente a la sigla que le toca. La métrica es 5-7-5, con rima libre. Por su naturaleza acrónima, las estrofas deben poder funcionar independientemente como un poema autónomo, y en conjunto, como parte de un poema de varias estrofas que gire alrededor del mismo tema. En un siglema 575 hay tantas estrofas como letras posea el título.
 
© Patricia Schaefer Röder, 15 de agosto de 2011.