Tengo un país roto
destrozada su confianza
la dignidad hecha confeti
pisoteada en el fango
después de una concentración política
obligada.
Tengo una nación amnésica
le agrietaron la historia
a latigazos
arrancando su frágil memoria
sustituyeron héroes
por ídolos de plástico barato.
Tengo a mi pueblo enfermo
en terapia intensiva
con el pulso casi nulo
un catéter cardíaco
le inocula en directo
veneno destilado
del más puro resentimiento.
Tengo una patria seca
desangrada entre muchos
por la riqueza individual
zanjas insalvables cruzan su árida piel
en ellas busco tercamente
el maná perdido.
Tengo un solo suelo
hecho añicos
fragmentos amputados
que no saben cicatrizar
inmersos en la basura
y el abandono.
Pero entre tantas miserias
más que nada
(testaruda yo)
tengo un sueño recurrente
que me impide claudicar:
soy parte del alma grande
ciega de razas y procedencia
ajena a posiciones sociales
daltónica de colores políticos.
Demasiados pechos abiertos
regados por el mundo
corazones encarnados
en nuestra tierra bella.
Unidos todos
respirando futuro
armonizando las diferencias
con respeto y honor
tenemos una sola meta.
No necesitamos símbolos
sólo latimos al unísono
tarareando el mismo himno
con acordes de esperanza
por una Venezuela mejor.
©2013 PSR