LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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domingo, 1 de enero de 2017

EN CASA


Sentirse en casa es el trayecto.
Estar en casa es la meta.

Sentirse en casa es descubrir el idioma de tus padres en la televisión.
Estar en casa es salir a la calle y escuchar el acento de la infancia en boca de toda la gente.

Sentirse en casa es oír gaitas en diciembre.
Estar en casa es ir a los amaneceres gaiteros.

Sentirse en casa es preparar un plato tradicional.
Estar en casa es comer ese mismo plato preparado por tu mamá. 

Sentirse en casa es ver una película con paisajes de tu terruño.
Estar en casa es caminar por los senderos de esos paisajes.

Sentirse en casa es hablar con tus amigos por videollamada.
Estar en casa es tocar a la puerta de tus amigos y darles un abrazo.

Sentirse en casa es charlar con la luna.
Estar en casa es ver los atardeceres de la adolescencia.

Sentirse en casa es gozar un día de playa.
Estar en casa es volver a Morrocoy y a Choroní. 

Sentirse en casa es comer lechón y pasteles de plátano.
Estar en casa es comer hallacas, pernil, pan de jamón y ensalada de gallina.

Sentirse en casa es brindar con coquito en Navidades.
Estar en casa es tomarse un Ponche Crema.

Sentirse en casa es hablar español universal para que te entiendan.
Estar en casa es hablar venezolano y saber que te entienden.

Sentirse en casa es oír el “Burrito sabanero” en una tienda.
Estar en casa es cantar en familia “Si la Virgen fuera andina”. 

Sentirse en casa es dejarse deslumbrar por la luz y los colores del Caribe.
Estar en casa es saberse parte de la luz que produce el colorido.

Sentirse en casa es disfrutar un maví en la playa.
Estar en casa es saborear una chicha con hielo.

Sentirse en casa es comer un pastelillo salado.
Estar en casa es desayunarse un cachito de jamón con un café con leche en la panadería.

Sentirse en casa es tomar cursos de Educación Continua en la IUPI.
Estar en casa es visitar a mis profesores en la Facultad de Ciencias de la UCV.

Sentirse en casa es una foto.
Estar en casa es el álbum entero.

Sentirse en casa es ir y venir.
Estar en casa es pertenecer.

Sentirse en casa es maravilloso y placentero.
Estar en casa es divino e inigualable.

Sentirse en casa es el momento.
Estar en casa es la eternidad.

El corazón se siente en casa.  
El alma vive en ella.

Sentirse en casa es crecer y hacer una su propia vida con lo que tiene a mano. 
Estar en casa es regresar con el alma a un pasado que sabemos no será más.

De pronto, nos damos cuenta de que nunca nos hemos alejado de la casa, porque ella habita en nosotros al igual que nosotros dentro de ella. La verdadera casa es única, está hecha sobre los cimientos de nuestro pasado y lleva en sus muros las piedras de la historia de cada uno. Como tortugas, la casa crece con nosotros, la llevamos a todas partes y en todas partes estamos en casa. Cada quien es su casa; esa es la verdad.


© PSR 2016


miércoles, 15 de abril de 2015

C A M B I O


Concentrada en mí
siento, existo y amo
nazco hoy otra vez.

Altos y bajos
encuentro en el camino
nueva dirección.

Miradas blancas
llenas de mil ausencias
golpe de timón.

Buenas noticias:
a la vuelta hay música
perfume y color.

Intento subir
la jornada comienza
sí, lo lograré.

Obituarios hoy
del ayer y el pasado.
Al frente, la paz.


©2015 PSR

miércoles, 3 de septiembre de 2014

F U T U R O (II)



Fortuna y vida
no quieren detenerse
aunque lo intenten.

Un instante más
se convierte en confeti
entre mil nubes.

Todo refulge
en colores brillantes
delante de mí.

Urge encontrarme
hoy se acaba sin más
y nunca vuelve.

Romperé el tiempo
regalos de futuro
presente en trozos.

Organízome
mirando adelante
horizonte y mar.


©2014 PSR

miércoles, 14 de mayo de 2014

EL EVENTO, Patricia Schaefer Röder



        Lo había planeado todo con el mayor de los cuidados. Tuvo la idea un miércoles por la noche, cuando todos dormían cansados la rutina de la media semana. Antes había visto el anuncio en Internet, pero en aquel entonces no se atrevía a soñar algo tan audaz. Sin embargo, esa noche del miércoles, la envolvió un halo dulce y luminoso que ella identificó como el alma de la libertad, olvidada hacía demasiado tiempo. Esa caricia tibia, infinitamente placentera, le hizo abrir los ojos como nunca antes. En medio de la oscuridad de su estrecha vida, de pronto lo veía todo; podía discernir entre las cosas verdaderas y las apariencias, y el espíritu preso se percató de que aquel cerrojo tenía llave…y la llave la esperaba encima de la repisa, junto a todas las demás. Embelesada, disfrutó aquella sensación emancipadora en lo que quedaba de noche, y a la mañana siguiente se sintió más viva que nunca. Con una sonrisa amplia y brillante, se vistió y se arregló, soñando con el evento. Sabía que sería grandioso, que si asistía, sería una experiencia inolvidable. El ánimo la tenía flotando muy por encima de los cúmulos y nimbos, más allá aun de los cirros. Sintiendo sobre su piel ese sueño divino, la mente se le despejó y comenzó a analizar la situación. Serían sólo tres noches. Tres noches y cuatro días en los que le pediría a la niñera que durmiera en casa para acompañar a los chicos. Les dejaría varias comidas preparadas para facilitarles su ausencia. Un taxi la llevaría y la recogería del aeropuerto. Ella se quedaría con una amiga; aún le quedaban varias buenas amistades de la época en que vivió en aquella ciudad, más de diez años atrás. Entre varias líneas aéreas buscó la mejor tarifa en pasajes a Nueva York, hasta que encontró los que se ajustaban a su horario y su bolsillo. Así se fue acercando poco a poco a la meta. Resolvió todas las diligencias que tenía en lista desde hacía tiempo, escogió la ropa perfecta para el viaje, alistó todo en casa y dejó a los niños preparados. Llegado el momento de abordar el avión, suspiró pensando en sus hijos, pero al mismo tiempo tranquila de saber que ellos estaban bien y que se alegraban de que su madre al fin se decidiera a hacer algo solamente para ella. Aprovechó el vuelo para descansar su emoción de niña con juguete nuevo y al llegar a la Gran Manzana estaba llena de energía como cuando era adolescente. Aprovechó el tiempo al máximo; sólo hacía lo que quisiera. Estuvo consigo misma, disfrutando de su propia compañía. Recordó viejos tiempos y se aventuró a pensar en el futuro. Las ideas burbujeaban en su cabeza como la última sopa que había preparado tan sólo unos días atrás en casa. En medio del peor frío invernal, caminó por las amplias aceras de aquella ciudad que, a pesar del tiempo y la distancia, seguía siendo suya. Una por una fue encontrándose con sus amigas, reviviendo anécdotas, poniéndose al día con sus vidas, escuchando atenta y contando episodios de la suya. Probó algunos restaurantes nuevos y repitió en otros conocidos mientras se acercaba el instante que tanto había esperado. Una ansiedad primordial la embargaba; no recordaba haberse sentido así en demasiados años. Se dirigió al lugar con bastante antelación, hizo la fila junto a muchos más que tenían la misma meta esa noche. Después de pasar un rato observando en detalle todo cuanto la rodeaba, los porteros indicaron que la espera había llegado a su fin y la dejaron entrar al recinto en medio de la vaguada humana en la que casi se ahogaba. Llegó hasta su asiento, se quitó el abrigo, acomodó sus cosas de la mejor manera y se entregó a la butaca que la recibía amable. Miró todo; no quería perderse de nada. Deseaba que cada segundo, aquellas formas y colores quedaran impresos en sus retinas. Sentada allí, se dio cuenta de que los años no la habían cambiado, que su naturaleza era más fuerte que las circunstancias y que su esencia seguía intacta. Esos momentos la hicieron descubrirse de nuevo como la mujer apasionada que siempre le había caído tan bien; aquella a la que le brillaban los ojos tan solo por la emoción de vivir cada día. En medio de tantas sensaciones juntas, el corazón se estremeció con suavidad mientras el alma sonreía, satisfecha. De pronto, todo oscureció. Unos acordes triunfales inundaron la sala cubriendo todas las superficies, entrando por ranuras, pliegues y poros, haciendo temblar todos los músculos de su cuerpo. Entonces, el evento comenzó.
 
 
©2014 PSR
 
 
"El evento" aparece en A la sombra del mango, relatos de Patricia Schaefer Röder
 
A la sombra del mango, Patricia Schaefer Röder  
Ediciones Scriba NYC – Colección Tinglar 
ISBN: 9781732676756 
 
 
Mención de Honor en los ILBA 2020 
 
 

miércoles, 8 de enero de 2014

DESNUDA


al llegar
el caos me recibe
me encuentro desnuda
un vacío mudo llena el espacio.

recién nacida
mi alma busca calor
hace tanto frío
en este mundo
de quinientas dimensiones.

desnuda me presento
recién parida por aquella luz tímida
habito un universo limpio
pleno de sensaciones nuevas.

desnuda de recuerdos
adorno mi corazón
con mil sentimientos por estrenar
sonrisas impecables
armoniosas
como la tuya, amiga divina.

desnuda de odios y amores
me visto de esperanzas
en tonos de mares y bosques
sé que puedo lograrlo todo
confiando sólo en mi espíritu.

desnuda de pasado
de futuro
me siento capaz de volar entre las olas
descansar sobre una nube
y desaparecer en el horizonte.

desnuda de miedos
me arropo
apasionada
en proyectos hermosos
que inundan de aromas dulces
los resquicios de mi respiración.

desnuda de mí misma
busco la paz
para aprender a vivir
otra vez
desnuda de tiempo
la hallaré.


©2014 PSR


miércoles, 28 de agosto de 2013

TENGO

 
Tengo una buena noticia por contar.
Tengo que decidir cuándo decírtela.

Tengo una nueva ilusión en el alma.
Y tengo todo el derecho a vivirla.

Tengo las manos abiertas.
Tengo deseos de acariciar las tuyas.

Tengo los brazos extendidos con la esperanza de estrecharte en ellos.
Tengo seiscientos años de esperas desatendidas.

Tengo tres mil anhelos que me rompen el pecho.
Tengo toda la intención de hacerlos realidad.

Tengo un amor eterno.
Tengo a quién dárselo.

Tengo el brillo de tu esencia.
Tengo el eco de tu voz llamándome.

Tengo tu sonrisa perfecta.
Tengo la forma de hacerte reír.

Tengo cincuenta canas de experiencias.
Tengo la vida para hacerme más sabia.

Tengo arrugas que dibujan mi rostro.
Aún tengo motivos para sonreír.

Tengo millones de microbios benignos.
Tengo un virus que me ha puesto en cama.

Tengo acidez estomacal.
Tengo indignación ante la injusticia.

Tengo la mirada inundada de sal.
Tengo que abrir la represa.

Tengo aire en los pulmones.
Tengo las venas palpitantes.

Tengo una sorpresa en una caja.
Tengo muchas cajas más que aguardan por sorpresas.

Tengo recuerdos dulces y amargos.
Tengo la fortuna de haberlos experimentado.

Tengo un cargamento de sueños multicolores.
Tengo toda la noche para fabricar más.

Tengo una ansiedad imposible de apaciguar.
Tengo tanta necesidad de verte.

Tengo un beso en los labios.
¡Tengo que dártelo ahora!

Tengo a la luna de confidente.
Tengo el cielo estrellado que me libera.

Tengo un arco iris en el corazón.
Tengo una tormenta en la mente.

Tengo una preocupación infundada.
Tengo que encontrar la verdad.

Tengo dificultad para obedecer a ciegas.
Tengo un libre albedrío todopoderoso.

Tengo mis sentidos alertas.
Tengo mis extremidades prestas.

Tengo ángeles que me cuidan.
Tengo la sensatez de mi sano juicio.

Tengo una ventana con vista al infinito.
Tengo que abrir los ojos para disfrutarla.

Tengo la mejor voluntad hacia los demás.
Tengo veinte mil razones para ayudar.

Tengo un problema de vez en cuando.
Tengo cien soluciones aguardando.

Tengo un trecho por andar.
Tengo la oportunidad de admirar el paisaje.

Tengo un cielo azul con nubes prístinas.
Tengo la lluvia que riega las cosechas.

Tengo un sol que pica en verano.
Tengo la brisa marina a la sombra de un almendro.

Tengo familiares que son mis amigos.
Tengo amigos que siento como hermanos.

Tengo tres países y una isla.
Tengo gente bella en todo el mundo.

Tengo que seguir adelante.
Tengo una meta importante.

Tengo un pasado que fue.
Tengo un futuro que será.
Y sobre todo, tengo un presente que siempre me deja ser.


©2013 PSR

  
"Tengo" resultó destacado en el evento de septiembre 2013 de Radio Satelitevision/Americavision. El evento de premiación fue el sábado 5 de octubre a las 16:00 Chile y Argentina, 14:30 Venezuela, 14:00 México, 15:00 Puerto Rico, 21:00 España, Francia, Italia, Alemania y Austria.


miércoles, 31 de julio de 2013

SOLA


Sola soy en el tiempo
abrigando recuerdos vivos
que cimientan mi existencia.

Sola estuve y sigo estando
en medio de mil colores cambiantes.
Con besos suaves
acaricio el efímero presente
escondido en la línea
de mi propia silueta.

Sola llegué al mundo
sin percatarme de día ni hora.
Mis veinte sentidos
nacieron en un cuerpo prestado
que, terco
se afana en demostrarse dueño de sí
sabiendo en lo más profundo
que sólo es un soporte
para llenar el concepto de vivir.

Sola siempre entre los demás
una ola de brazos y pechos
han cobijado mi torso a ratos
pero libre, como todo
mi alma agradecida sabe que debe avanzar
que los instantes se perciben en la piel
en la lengua propia
nunca en manos ajenas.

Sola seguiré
yo conmigo
yo hasta el fin.
Nadie puede respirar por mí
ni ocupar el volumen
que llena mis zapatos.
No alquilo los pensamientos de otros
mis aciertos y fracasos
se vuelven parte de mi carapacho
me edifican.

Sola
no soy de nadie
nadie es de mí
el futuro está abierto ante mis ojos
percibo su aroma de madera y flores
el sabor a brisa salada
confiada me adentro en él
sólo yo… sola.


©2013 PSR


miércoles, 12 de junio de 2013

F A M I L I A



Felices vamos
buscando las raíces
casi olvidadas.

Armados de sol
iluminamos vidas
entrelazadas.

Mujeres y hombres
forman aquellas redes
de los ancestros.

Iridiscentes
brillan fuertes los tonos
puros del alma.

La sangre es gruesa
y nunca se diluye
en la memoria.
 
Iremos siempre
pisando el futuro
desde el pasado.
 
Abierta mi alma
entre brazos cálidos
respiro en paz.
 
 
©2013 PSR


miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL REGALO


La vio por primera vez cuando era niña. Tendría unos seis años el día que la descubrió en el cuarto de su madre, colocada en el lugar más especial de la repisa de sus tesoros. Era una cajita cilíndrica, un tanto chata, que asemejaba una pequeña sombrerera. Al igual que la tapa, la caja estaba hecha de una sola pieza de madera tornasolada finamente pulida, toda labrada en arabescos que, al recibir serenos el abrazo de la luz, reflejaban tonos cálidos y amables. Las dos partes calzaban a la perfección, quedando cerrada con un lazo de cuero. Su madre la llamaba con cariño “el regalo”.
Desde ese instante, quedó fascinada con el regalo. Aunque siempre había estado allí, ella se percató de su existencia esa mañana sabatina de mayo.
—Mamá, ¿qué es esta cajita? —quiso saber, curiosa.
—En esta cajita está el regalo —respondió la madre con una sonrisa.
—¿Un regalo? ¿Y quién te lo dio?
—Me lo dio la abuela hace años. Es linda, ¿verdad?
—Sí; me gusta mucho. Mamá, estos dibujos parecen hojas, ¿por qué esta cajita parece un árbol?
—Es una cajita muy vieja, de nuestros antepasados. A ellos les gustaba adornarlo todo con flores, hojas y frutas. Para ellos los árboles eran muy importantes.
—A mí también me gustan mucho los árboles, Mamá.
—Lo sé, mi amor, lo sé.
Una y otra vez, a lo largo de los años, al preguntarle a la madre por el regalo, ella le contaba sobre el material, el significado del diseño y la manera en que había llegado a sus manos.

Llegó el día en que terminó la escuela. Había decidido estudiar en la universidad, lejos de su pueblo, en el ombligo del mundo. Mientras preparaba su equipaje, caminaba por la casa fijándose muy bien en todo; formas, colores, sonidos, aromas, adornos… Quería absorber de nuevo, consciente, con fuerza, todo aquello que la hacía ser la persona que era. Necesitaba llenarse de tantos recuerdos, de las experiencias, los sentimientos y las emociones que la hacían ser única. Así, paseaba de cuarto en cuarto reviviendo escenas, diálogos, momentos irrepetibles. Al llegar a la habitación de sus padres, encontró a su madre sentada sobre la cama, esperándola.
—Te estás despidiendo, ¿cierto? —quería comprobar la madre.
—Sí. Es toda una vida…
—Acércate hija, tengo algo para ti.
—¿Para mí? ¿Qué es?
—Es hora de darte el regalo.
—¿Un regalo? ¿Cuál regalo es ese? —preguntó ella, ansiosa.
—Mi madre me dio el regalo cuando tenía tu edad y me preparaba para ser independiente, así como tú lo estás haciendo ahora —dijo la madre con suavidad mientras extendía la mano, ofreciéndole aquella cajita de madera noble.
—No sé qué decir… es tu regalo… la abuela te lo dio a ti… No puedo aceptarlo.
—Debes aceptarlo hija, ha sido la tradición por muchas generaciones. El regalo ha llegado hasta aquí desde nuestros antepasados. Hoy lo recibes tú, y deberás entregárselo a tu hija el día que ella se vuelva independiente. Ábrelo.
Ella tomó la cajita entre sus manos con especial reverencia. Mientras deshacía el lazo de cuero, la madre continuó hablando:
— El mayor regalo que se nos ha dado es la vida, y con ella, el libre albedrío. Siempre, la decisión está en nuestras manos y siempre tenemos el privilegio de actuar de la manera que queramos. Tenemos el poder de decidir qué hacer, cuándo y cómo, en dónde y con quién, y eso solo porque somos libres para ello. Del mismo modo, podemos negarnos a hacer lo que no deseemos. Solo nosotras tenemos la última palabra y solo nosotras somos responsables de nuestros actos. Nosotras corremos con las consecuencias de aquello que hagamos o dejemos de hacer. Hacemos cosas para que se nos acepte o para impedir el rechazo; a veces incluso por miedo, pero las hacemos siempre porque queremos, porque perseguimos algún fin. La decisión es nuestra, y eso nadie lo puede cambiar.
Al abrir la cajita, ella sintió la fragancia de la madera de eucalipto. Instintivamente, cerró los ojos y aspiró profundo.
—Mientras puedas respirar, sabrás que estás viva —dijo la madre—. Y mientras estés viva, serás libre para decidir por ti misma. No lo olvides nunca.

Entonces, ella abrazó a su madre y comprendió.



©2012 PSR

miércoles, 24 de agosto de 2011

A H O R A

Ayer ya se fue
con el sol de la tarde
para no volver.

Hoy estoy viva
es el mejor momento
aquí, ahora.

Orden del día 
mañana es incierto
hoy es realidad.

Rompe el tiempo
intempestivamente
la existencia.

Ahora mismo
ese instante efímero
…el más intenso.


©2011 PSR


miércoles, 10 de agosto de 2011

RE-UNIÓN

Una vez más
venzo la espera
todo está listo
para el encuentro.
Girando sobre mi eje
despego
me elevo
encima de mí misma
escucho un murmullo
nos veo a todos
juntos de nuevo.
Corazón mío
quédate tranquilo
no te salgas del pecho
aún…
Dos miradas se buscan
inquietas
indagando a fondo
escudriñándolo todo
encontrando aquel instante
cuando se interceptaron
por última vez.
Tantas sonrisas conocidas
moran en rostros amables
confiables.
Poco a poco vuelven
tus anécdotas
las mías
rodeando suavemente
hechos reales
abarcando emociones
contando
recordando
riendo
reviviendo…
Siente mi alma
la esperanza que añora
un nuevo acontecimiento
esa excusa tan válida
para compartir
el abrazo más honesto
…perfecto.
Cuatro mil vidas
entrelazadas
en aquel pasado compartido
más o menos remoto
actores de mil piezas
protagonizando escenas
en obras propias
y ajenas
momentos divergentes
de pronto se dan vuelta
sobre sí mismos
orbitándose entre sí
convergiendo
regresando
a un horizonte amplio
plácido
común
divina oportunidad del destino…
reunión.


©2011 PSR


miércoles, 23 de junio de 2010

SOY

Soy… Soy yo. Yo soy. Soy una mujer. Ante todo, una mujer. Soy madre también, pero antes de eso ya era una mujer. Soy esposa, pero desde siempre he sido una mujer. Soy hija, hermana, tía, amiga, compañera; mujer. Soy genuina, apasionada y honesta. Soy de las que quieren que todo sea correcto, como debe ser. Soy de aquellas personas que aún se maravillan y se sorprenden ante las pequeñas florecitas que crecen entre el cemento de la calle. Soy quien todavía cree en la bondad de la gente. Soy alguien que no soporta la injusticia ni el dolor ajeno. Soy una soñadora irremediable. Soy quien se estremece cuando la abrazan y siente fluir la energía del otro en un apretón de manos; aquella a quien aún le salta el corazón cuando le regalan una bella sonrisa. Soy alguien que prefiere disfrutar de un café con sus amigas en vez de enviarles mensajes de texto. Soy aquella que necesita tener el escritorio frente a la ventana para ver el cielo y las nubes. Soy alguien que honra a los ancianos, ama la naturaleza y reverencia a los árboles. Soy un tanto testaruda e insistente. Soy Patricia, a la que le gusta caminar en la lluvia para dejarse empapar por completo; quien se convierte en tortuga marina cuando las olas de la playa la seducen. Soy la única persona responsable de mis actos, sean acertados o equivocados. Soy ciudadana del mundo; resultado de una bella mezcla de historias, tradiciones y culturas. Soy yo misma, aunque a veces no sepa quién soy; aunque a veces no me reconozca. Soy quien siempre he querido ser; soy quien me estoy haciendo, construyendo día a día, palmo a palmo. Soy quien fui y soy quien voy a ser. No puedo ser igual siempre. No soy estática, cambio todos los días. Cambio a cada instante. Mi ser yo misma fluye desde el pasado hasta este presente continuo que toma prestados instantes microscópicos de futuro. Porque el futuro se me abre adelante, convirtiéndose en presente a cada instante. Fui, soy y seré siempre quien yo quiera ser y nadie más. Aún no me arrepiento de nada. Tengo el futuro todo para mí, no importa cuánto dure. El pasado está ahí; sobre él construyo mi presente y desde el presente veo hacia ese futuro abierto. Mi pasado me constituye, me forma de manera básica, íntima. Mi presente me moldea y mi futuro me espera. Soy la única dueña de mi historia, de mi hoy y de mi destino, eternamente. Soy. Aún sigo siendo. Soy yo misma. No quiero ser otra más que yo. Nunca ser como los demás. Sin embargo, soy una persona común; simplemente soy yo.


©2010 PSR

miércoles, 1 de julio de 2009

FAMILIA

Bienvenidos somos todos
al gran encuentro
a corazón abierto
sin bypass.

Mosaico de colores
mezcla estrecha
y amplia a la vez
rasgos rasgados en piel
desgarrados en el alma
mancha de acero
marca natal
innata.

Un millón de risas
resuenan estruendosas
armoniosas
disonantes en concordancia
melodías opuestas
contrapuntos
pot pourri de acentos
lenguas
emociones
y llantos.

Senderos infinitos
hacen los ríos
para llegar al mar
como la sangre
que nunca descansa
siempre corriendo
desde su origen
milenario
puntual
desdoblándose
extendiéndose
multiplicándose
combinándose infinitamente
en cada generación
que se acerca a la meta.

Todas las texturas
todas las líneas
todos los tamaños
formas y tallas.
Collage de rostros
narices, ojos
orejas y bocas
salpicados de cabello
a veces sin adornar.

Mil expresiones heredadas
del abuelo o la tía
unas saltan una generación
otras se repiten
año tras año
día tras día.

Danza al ritmo de la comparsa
en este carnaval familiar
toda emoción
toda nostalgia
convertidas en ritmo
rima y canción.

Gira presto el disco
de cuentas preciosas
en el caleidoscopio
de los sentimientos.
Recuerda tiempos pasados
felices
menos complicados
anécdotas históricas
personajes imborrables
imprescindibles
eternos
como aquel chiste
que contamos una vez más.

Fabriquemos ahora
los recuerdos del futuro
con hilos brillantes
de cuentos reales
propios
vivos.
Somos todos piezas
del rompecabezas
de nuestra historia.
Si faltara una sola
no podríamos resolverlo.

Bailemos todos
felices juntos.
Una vez más estamos aquí
para celebrar la vida.
Brindemos por el camino recorrido
por la ruta actual
interminable.
Cada reunión es un reencuentro
de antepasados
y posfuturos.
Cada encuentro es una ocasión
para el recuerdo
y la planificación.
Cada oportunidad es una gracia
de la vida y el amor
por siempre.
¡Ven hermano, tío, prima!
Quiero abrazarlos largo y fuerte
llenar de familia
corazón y piel
poros y pupilas
deseando que pronto
en otra gran fiesta
tengamos la dicha
de encontrarnos de nuevo.

Doblemos las rutas paralelas
crucemos las divergentes
dame la mano, Mamá
que hoy he venido a verte.


© 2009 PSR
16–25 mayo 2009, Caracas