LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 9 de diciembre de 2015

UNIÓN


Un país vivo
quiere volver a latir
sin sentir miedo.

No permitamos
sabotaje, corrupción
buitres malignos.

Insistamos en
borrar las diferencias
con el trabajo.

Orden en casa
saldremos adelante
siempre hermanos.

No hay otra ruta:
dignidad y respeto
son nuestras claves.


©2015 PSR


jueves, 26 de febrero de 2015

R U T I N A


Ruedas que engranan
mecánica del tiempo
que te encadena.

Un ala rota
el albedrío muere
entre mandados.

Te pueden cegar
responsabilidades
propias y ajenas.

Inamovible
lo urgente va primero
no hay excusas.

Nunca termina
tu labor de la vida
¿la mereciste?

Abre los ojos
libertad o hastío
dependen de ti.


©2015 PSR


miércoles, 22 de octubre de 2014

JUSTICIA

Jóvenes sanos
en busca de la igualdad
de corazones.

Unidos todos
no habrá obstáculos
muros ni abismos.

Saben de siempre
que hormigas y abejas
trabajan juntas.

Todo el tiempo
energía y empeño
rendirán frutos.

Inacabada
la historia contaremos
sigue adelante.

Corrupción y odio
producen desatino
en celdas frías.

Ideas limpias
guían por sendas de luz
a la dignidad

Amanecerá
vencerá la justicia
del Bravo Pueblo.


©2014 PSR

miércoles, 25 de junio de 2014

BLANCANIEVES

Viviendo encerrada en una casa, sin permiso para recibir visitas ni hablar con nadie, atendiendo a siete hombres –cocinando, limpiando, recogiendo, haciendo camas y lavando la ropa– y teniendo que mostrar siempre dulzura y buen humor, Blancanieves sufría de depresiones que la hicieron querer dormir para nunca más despertar. Lo de la manzana es otro cuento.



©2014 PSR


 

miércoles, 21 de mayo de 2014

EL PAYASO


El payaso lloraba amargamente. No lloraba por el golpe que le acababa de propinar su compañero, sino por la noticia que recibió antes de la función. El payaso lloraba porque el dueño del circo lo había despedido, efectivo a partir del día siguiente. Ya no tendría trabajo, ya no haría reír a los niños. Había sido payaso toda su vida, desde los 14 años. No sabía hacer otra cosa sino el tonto y el ridículo para que los demás gozaran burlándose de él. Era su vida hacer reír a los otros y de pronto se vio sin nada. Mientras seguían en la última función, el payaso se dejaba empujar, golpear, mojar y bromear por sus compañeros mientras pensaba en algún trabajo que pudiera hacer a partir del siguiente día. En medio de las risas del público caviló y caviló hasta que dio con el empleo perfecto, donde usaría toda la experiencia acumulada a lo largo de su carrera. Entonces, por la mañana fue al Congreso, presentó sus credenciales y automáticamente lo emplearon como vocero del gobierno.


©2013 PSR


miércoles, 26 de febrero de 2014

5 MICRORRELATOS (VII)


JORNADA LABORAL

Silenciosa, se levantó. En la penumbra se alisó el cabello y la falda. Sacó la billetera del pantalón y regresó a casa.



NEGACIÓN

Él le puso punto final a su historia. Ella, terca, lo convirtió en coma.



CAPERUCITA

Cuando la Caperucita llegó a la casa de la abuela, el Lobo yacía tieso en el suelo, atragantado con los lentes de la anciana.



POLÍTICA

Costó trabajo y tiempo, pero al final se pusieron todos de acuerdo. Entonces, juntos, lograron destruir el país.



JUBILACIÓN

La Muerte se retiró el día que la Vida vino por ella.



©2014 PSR


miércoles, 3 de julio de 2013

U N I V E R S I D A D



Universales
son los conocimientos
que de ti brotan.

Nadie más nunca
andará en tinieblas
en tu presencia.

Imaginación
trabajo y excelencia
van por tus venas.

Victoria le das
a quien de tu semilla
cultiva frutos.

Eco fuerte eres
de la luz y la moral
indispensables.

Razón y pasión
se juntan en tu lucha
por la justicia.

Sabiduría
en tus aulas y plazas
deliberantes.

Ideas nuevas
mueven las almas limpias
que quieren crear.

Docentes nobles
abren miles de mentes
para aprender más.

Auxilio prestas
lanzándote de lleno
al duro ruedo.

Deslumbra la paz
en la casa que vence
todas las sombras.


©2013 PSR


miércoles, 6 de febrero de 2013

LA EXPERTA




Cada mañana abre los ojos, y con ellos, se abren las puertas a un día especial. Se levanta temprano, con el ánimo siempre puesto en el objetivo. Se trata de una gran empresa. Sin lugar a dudas, la más importante de todas. Mientras se asea, piensa en los desafíos que enfrentará de manera inevitable durante la jornada laboral. La invaden una serie de sentimientos encontrados porque, a pesar de ser una optimista infalible, sabe que el ambiente en que se mueve no es fácil; nunca lo ha sido y nunca lo será. Escoge la ropa perfecta para darse su puesto, infundir respeto y lograr sus metas. La vida le ha dado un profundo conocimiento de la naturaleza humana, que ella combina con una gran dosis de psicología para llevar a cabo su estrategia. Bebe un café y desayuna, revisando en la mente los pasos que seguirá. Su trabajo está lleno de proyectos provocativos que requieren de mucha experiencia y sabiduría para llevarlos a cabo. Toma su maletín y su bolso, y sale de su casa a dominar el día con lo que venga. Saber negociar a todos los niveles se ha convertido en su mejor instrumento de conquista. Al fin llega. El portero la saluda con una gran sonrisa y la misma expresión de asombro diario ante su caminar vigoroso. Por su carácter resuelto, ha desarrollado una fuente de energía inagotable que la hace sentir casi invencible. Ella le corresponde siempre amable, pero sin detenerse. Sabe que la esperan. A medida que avanza por los pasillos, va regalándoles sonrisas encantadoras a todos los compañeros de trabajo, repitiendo para sí el plan que tiene y comprobando de nuevo que la creatividad es una cualidad imprescindible en su carrera. Se acerca a su puerta. Sabe que llegó el momento de encarar el reto y triunfar. Toma el pomo. Cierra los ojos. Respira profundo. Abre dando un paso al frente y enseguida escucha el coro del saludo matutino: “¡Buenos días, maestra!”.


©2013 PSR


miércoles, 12 de diciembre de 2012

U N I D A D



Una sola alma
vibra al compás del cuatro
arpa y maracas.

Nada puede ser
más fuerte que la unidad
entre nosotros.

Intrigas sucias
odio y rencores viejos
no nos tocarán.

Dentro del vientre
de esta tierra hermosa
fuimos gestados.

Aires de cambio
dignidad y respeto
sin distinciones.

Daremos todo:
amor, trabajo y tesón
¡por Venezuela!


©2012 PSR


miércoles, 16 de mayo de 2012

APÓSTROFE


¡Qué día! Al levantarme, tuve que convencer a mi sombra para que se saliera de las sábanas. Una vez en el baño, el reflejo en el espejo me miró burlonamente y me preguntó que quién me creía yo para arreglarme tanto, que igual no tenía remedio. Ya en la cocina, mi estómago me regañaba por no alimentarme con algo saludable. En el carro, el inquilino de mi pecho criticaba cada una de las maniobras que hacía casi en modo de piloto automático: que no acelerara tanto, que tuviera cuidado al burlar los semáforos y que no les tocara la bocina a quienes insistían en bloquearme el camino a paso de tortuga. Luego, en el trabajo, la voz en mi cabeza se reía a carcajadas cada vez que tomaba una decisión y me espetaba que cualquiera podía hacer el mismo trabajo que yo, solo que mil veces mejor. Mi estómago estaba por recordarme que debía tirarle algo, el corazón latía aburrido y la voz en mi cabeza no paraba de transmitir sandeces. Sin más, entré en el baño, donde mi sombra cansada se multiplicó por las luces en diferentes posiciones y los espejos en ángulo potenciaban mi reflejo hasta el infinito. Así, los presenté unos a otros y se pusieron a criticarme a sus anchas hasta que pronto comenzaron a pelearse. Entonces, los dejé encerrados a todos y me fui a tomar un café.


©2011 PSR 


miércoles, 17 de febrero de 2010

LA MÁSCARA

Se levantó a la misma hora de siempre, se aseó y se puso su versátil disfraz de todos los días, escogió la máscara del momento para que sus hijos supieran quién era, se ocupó del desayuno, los llevó a la escuela y luego se dirigió al trabajo; en el auto se cambió la máscara por aquella que le permitiría entrar a la oficina y tratar con los empleados y los clientes; en la hora del almuerzo se puso la máscara de la amistad y la camaradería y de regreso en la oficina la volvió a colocar en el mismo lugar donde la tiene guardada para esos casos especiales; al final de la jornada recogió a los niños con la máscara pertinente, llegó a casa y rápidamente se la cambió por otra para que su pareja se sintiera feliz de verle; antes de la cena se colocó la máscara de la vida familiar, luego llevó a los niños a la cama y se volvió a poner la máscara complementaria de su pareja, compartieron el mismo rato de siempre, el conocido beso de buenas noches y se comenzó a preparar para dormir; se cepilló los dientes, se peinó, se salió del disfraz, se quitó la máscara y al mirar al espejo se percató de que no había nadie.


Copyright ©2009 PSR



* "La máscara" fue llevado a las tablas como un ejercicio de teatro, requisito para la graduación de las modelos en la academia SModeling Studio en Arecibo, Puerto Rico, a cargo de la Prof. Helena Colome el viernes 10 de junio de 2011.
 
"La máscara" aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder.
Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-0-0







miércoles, 9 de septiembre de 2009

DEMASIADO REAL

4:30 a.m.
tu cuerpo despierta solo
a la rutina del día
se levanta, despereza
aseas tu yo de pies a cabeza
hay que trabajar
como siempre

calendarios que juegan sucio
congelando el tiempo
en un eterno tormento
ocupada la mente
olvidas tu vida
para sobrevivirla
un día a la vez

trabajo, trabajo, trabajo
niños, escuela, deberes
casa, trabajo, marido
el día lleno de quehaceres
¿y la vida, dónde queda?
allá colgada con la ropa
decolorándose al sol
reseca en el tendedero
de tus miserias

“es tan real y fuerte”
pensaste al verlo
“apasionado, impetuoso”
al conocerlo
enamorándote
hace una eternidad
mariposa flotando alegre
hacia el relámpago
demasiado real
distraída recordando
sueñas con tu pasado
mientras los gritos te empujan
a refugiarte en el trabajo

ya tus labios no sonríen
no saben cómo hacerlo
año tras año
jugando al escondite
contigo misma
ocultando la herida
de los insultos

vejada te aíslas
del resto del mundo
lágrima a lágrima
crece la represa
enfermando
decayendo
creyéndolo todo
marchitándote
lentamente muriendo

9:00 p.m.
al fin
tu alma despertó
sacudida por el jarrón
que lograste esquivar

después de tanto tiempo
la moneda cayó en su lugar
la máquina aún funciona
sabe qué hacer
siempre lo supo
sólo que no lo sabía

tranquila
resiste un poco más
el espíritu toma impulso
para lanzarse
a volar

3:30 a.m.
los sentidos alertas
el corazón preparado
duerme la borrachera
te mueves rápida y ligera
recoges tu vida
en jirones de polvo
pero tuya

libre y soberana
dueña de tu destino
ríe tu alma junto a los niños
serena, madura
amanece temprano
en la carretera
de tu existencia
los naranjas más hermosos
te hinchan de ilusiones
loca por vivir de nuevo
tú y tus hijos
no falta nada
nunca más.


©2008 PSR

jueves, 7 de mayo de 2009

LAS MADRES TAMBIÉN SOMOS SERES HUMANOS

(Sí, ya sé; no sólo las madres somos seres humanos, también los padres lo son. Pero en esta oportunidad me ocuparé sólo de las madres, en vista de que soy una de ellas).

En realidad, casi todas las mujeres tenemos algo de madres. Está en nuestra naturaleza cuidar de alguna manera de alguien o de algo. No hay que tener hijos para poseer este instinto y desarrollarlo. Vaya entonces este escrito a todas aquellas mujeres que son madres en el sentido más amplio de la palabra.

Antes que nada, las madres somos mujeres. La gran mayoría de nosotras fuimos mujeres antes de ser madres. Teníamos una vida propia con metas personales, sueños y anhelos, entre los que también figuraba, en muchos casos, formar una familia. Aquellas mujeres que tenemos una familia sabemos lo difícil que puede resultar encontrar unos minutos de tranquilidad para una misma, en una etapa de la vida en la que todas las responsabilidades parecieran girar alrededor de nosotras como una espiral descendente, cayendo al final con todo su peso justo encima de nuestras cabezas ya embotadas por las preocupaciones diarias.

Somos madres y queremos a nuestras familias. Los hijos, la pareja, los familiares –padres, hermanos, abuelos, tíos y otros– forman parte de nuestras vidas y son importantes para nosotras. Tenemos el deber de atender a sus necesidades y de estar allí para ellos, y generalmente lo hacemos con gusto. Sentimos la obligación de ayudarles en todo lo que se proponen, criamos a nuestros hijos de la mejor manera que podemos y cuidamos de niños y ancianos con el mismo esmero. Además de todo eso, generalmente nos toca mantener el orden en la casa y la familia. Y como todo el mundo sabe, el trabajo de la casa no termina nunca; ni siquiera cuando se tiene ayuda para ello. Siempre hay mil cosas de las cuales debemos estar pendientes: las necesidades básicas de alimentación y vestido, el orden de la casa, la salud, las cuentas, la escuela, las tareas, el ocio sano, el esparcimiento y los compromisos de todo tipo. Obviamente, para que todo esto funcione se requiere una buena organización del tiempo. Ah, el tiempo… El tiempo es el recurso que por lo general tiende a escasear más en la vida diaria de cualquier persona citadina como yo.

Somos muchas las mujeres que aparte del trabajo del hogar también desempeñamos un trabajo profesional. En estos casos la distribución del tiempo resulta vital si queremos mantener algún rastro de cordura en nuestras vidas. Tenemos que estar bien organizadas para poder hacerle frente al día a día de manera eficaz. Todas sabemos que no es fácil; si no tenemos cuidado, la calidad de nuestra labor puede verse afectada, ya sea en el hogar o en el trabajo. Y como esto no nos gusta, hacemos de tripas corazón para que nos rinda el valioso tiempo, el recurso no renovable más importante que tenemos. Resulta importante entonces definir nuestras prioridades para decidir qué cantidad de tiempo podemos concederle a los diferentes aspectos de nuestras vidas: la familia, la pareja, el trabajo y la casa. Así, organizamos las horas de que disponemos en la forma más justa que encontramos, y vivimos de esa manera y a ese ritmo por una temporada que puede ser más o menos larga, hasta que nos damos cuenta de que hay un problema con la ecuación anterior: ¡no nos incluimos a nosotras a la hora de repartir el tiempo!
Es muy fácil olvidarse de una misma cuando se tienen mil obligaciones diarias y sólo se dispone de 24 horas cada día para resolverlas. Generalmente se tiende a dar mayor prioridad a las cosas de los demás y a dejar las de una para “cuando tenga más tiempo”. Ésa es la trampa más frecuente del ritmo de vida acelerado que llevamos las mujeres de las ciudades: creer que más tarde tendremos tiempo para nosotras. Resulta que ‘más tarde’ suceden otras cosas que requieren nuestra atención, y así volvemos a perder la oportunidad de hacer lo que teníamos pensado inicialmente.

Necesitamos tener un tiempo para respirar en paz. La falta de tiempo causa estrés, ansiedad y angustia. Cuando sentimos que aumenta la presión, nos ponemos más nerviosas y perdemos la paciencia con mayor facilidad, pudiendo incluso llegar a experimentar una sensación de hastío. Admito que esto me sucede de vez en cuando, sobre todo cuando tengo mucho trabajo y me tengo que trasnochar varias veces seguidas. Estoy consciente de que me encuentro lejos de ser la madre perfecta, pero también sé que intento hacer todo de la mejor manera que puedo. Al igual que el resto de la gente, las madres necesitamos aire. Tenemos que poder disfrutar de ratos libres para hacer catarsis, o para utilizarlos en actividades creativas o de esparcimiento. Nosotras también nos merecemos un tiempo propio en el que podamos decidir simplemente no hacer nada, si eso es lo que se nos antoja. Tenemos el derecho a realizarnos y a ser felices sin necesidad de sentirnos culpables. No por esto dejaremos de querer y de cuidar a nuestras familias. Al fin y al cabo, las madres también somos seres humanos.


©2005 PSR