LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

¡Atrévete! Regala libros originales: A la sombra del mango; relatos breves. Yara y otras historias; 34 relatos, 34 sorpresas. Divina: la mujer en veinte voces; antología latinoamericana de cuentos. Andares; cuentos de viajes. Siglema 575: poesía minimalista; una nueva manera de vivir la poesía. Di lo que quieres decir: Antología de siglemas 575; resultados de los Certámenes Internacionales de Siglema 575. Por la ruta escarlata, novela de Amanda Hale traducida por Patricia Schaefer Röder. El mundo oculto, novela de Shamim Sarif traducida por Patricia Schaefer Röder. Por la ruta escarlata y Mi dulce curiosidad, novelas de Amanda Hale traducidas por Patricia Schaefer Röder, ganadoras de Premios en Traducción en los International Latino Book Awards 2019 y 2020. A la venta en amazon.com y librerías.

¡Encuentra mis libros en el área metro de San Juan, Puerto Rico! Librería Norberto González, Plaza Las Américas y Río Piedras; Aeropuerto Luis Muñoz Marín, Carolina.

Mostrando entradas con la etiqueta rompecabezas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta rompecabezas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de agosto de 2014

VACÍO


una montaña insorteable
se mueve delante de mí
antecediéndome en todo momento
no puedo escapar de ella
ni siquiera puedo dejar de mirarla
descarada, se burla
aplastándome en sus abismos
la montaña es hueca
me grita que salte
caigo en el espejismo
siento la ausencia de calor
también la ausencia de frío
sucumbo en un volumen que no es
no hay luz ni oscuridad
a ratos me invade el temor
todo está repleto de piezas viejas
sin instrucciones para armar el rompecabezas
quinientos mil colores se posan sobre el gris
intentando definir alguna silueta peregrina
que huye a medio terminar
un millón de acordes se cuelgan de las cuerdas del pentagrama
es inútil, la montaña los absorbe sin dejarlos salir
pareciera hecha de corcho
el silencio me comprime
novecientas dieciocho formas geométricas
llenan las páginas en blanco de mi memoria
sin poder llegar a ser un dibujo
la montaña se tragó el cuaderno
setecientos aromas en coloridos tonos
inundan aquel aire que me apresa sin dejarme respirar
estoy presa en el espacio
la montaña no me permite avanzar
no me abandona
ni se desintegra en mi mente
es un titán omnipresente
los recuerdos se derraman sin remedio por la habitación
inundan la casa
salen hacia la calle
buscando inútilmente una red que los atrape
entre fragmentos de desechos
que flotan río abajo
a mis pies
el manantial está en la montaña
ella cuida fantasmas
suelta demonios
nutre miedos
inseguridades
no puedo ver más allá
es contundente
refractaria
se carcajea de mis sueños
haciendo trizas el ímpetu
las oportunidades
la montaña está delante de mí
no me dará paso
implacable, se mete en mi cabeza
haciendo confeti de mis planes
quiere invadir mi espíritu
y estrujar cuanto deseo quede
la montaña se cree invencible
dueña de mi destino
pero olvida que soy cantera
y mi paciencia es infinita…


©2014 PSR

miércoles, 8 de agosto de 2012

LA FUENTE

Al fin la había encontrado. Era una fuente nueva, diferente de todas las otras que había visto hasta entonces. De la más preciosa porcelana, tenía una forma hermosa; delicada, suave, y sin embargo era espaciosa. Su boca generosa tenía un borde en extremo sensual. Cual arco iris plácido y deslumbrante al mismo tiempo, su textura era una amalgama de nácar y talco fino. Era perfecta. Tantas cualidades me atrajeron sin remedio y, seducida por completo, deposité toda mi confianza en ella sin parpadear. La hice mía, la cuidaba con el más puro amor. Se convirtió en la fuente que guardaba mis sueños, mis deseos, mis sentimientos y mis metas. Así fui feliz, hasta que de pronto, y a pesar de mi esmero por evitar su deterioro por la fuerza de los elementos, tan gentil fuente se agrietó. La fractura fue contundente; miles de piezas de todos los tamaños se separaron, esparciéndose alrededor mis anhelos y mi confianza. Enamorada de mi preciosa fuente, en un intento por recuperarla y protegerla, recogí los fragmentos con el mayor de los cuidados, tomé el mejor pegamento y comencé a armarla de nuevo, cual rompecabezas elegante y desafiante que una vez listo, me daría la mayor de las recompensas. Poco a poco fui encontrando trozos grandes que, al juntarlos, ayudaban a reconocer los rasgos de la fuente. Las piezas medianas hacían lo posible por calzar entre las grandes, pero quedaban un tanto tirantes al intentar ajustarlas con las pequeñas, porque al romperse, unas partes quedaron reducidas a un sutil polvo que se esparció por todos lados, perdiéndose de vista. Una vez más, como siempre en mi vida, hice lo mejor que pude con lo que tenía a mano. Entonces, al terminar de arreglar mi preciada fuente, pude comprobar que, a pesar de que la forma y el color se parecían bastante a los de mi fuente original, ya no podría guardar más mis esperanzas en ella. Tenía demasiadas grietas imposibles de sellar. De mi fuente perfecta quedaba solo el recuerdo; sabía que esta versión reparada nunca sería igual. La había perdido.
 
©2012 PSR