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miércoles, 23 de septiembre de 2015

FRIDA


Flores y color
envuelven lo que tocas
pura y genuina.

Rocío fresco
de tus labios sonrientes
calmará la sed.

Independiente
eres aurora boreal
nadie te ata.

Dulce te entregas
desnuda de prejuicios
sin etiquetas.

Abres los brazos
dispuesta a recibirme
en un suspiro.


©2015 PSR


miércoles, 18 de febrero de 2015

S E N T I R


Suave es tu aroma
de mieles, sal y sudor
entre mis brazos.

Enciende el ansia
tantas caricias nuestras
germinan amor.

Nutre mi cuerpo
tu aliento es música
baila conmigo.

Tibia es tu piel
inmersa en suspiros
que se desdoblan.

Invades mi alma
al fin veo el mundo
fundida en ti.

Rocío vivo
despide en mí tu boca
ven, calma mi sed.


©2015 PSR


miércoles, 31 de diciembre de 2014

H O Y (II)

 
Hay en el aire
un tiempo interminable
en un suspiro.

Orden divino
regalo de la vida
hecho de instantes.

Y nunca muere
crepúsculo a aurora
el hoy se queda.


©2014 PSR


viernes, 12 de diciembre de 2014

A M O R



Alegras mi alma
llenándome de dicha
por toda la piel.

Maravillado
mi espíritu vuela alto
ida y regreso.

Ostra perlada
el premio está dentro
de mi corazón.

Risueña estoy
respiro suspirando
aroma y color.


©2014 PSR


 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

TAN CERCA



tan cerca
si extiendo la mano
puedo tocarte
sentir el dulce remolino de tus cabellos
entre mis dedos
tan cerca
puedo ver
cada poro de tu piel
convertido en fuente marina
desbocada
tan cerca
percibo divino el aroma
en las ondas húmedas
de tu pecho henchido
tan cerca
tu aliento sobre mi tez inquieta
enciende mis sentidos
estremeciéndolos en olas cruzadas
cual vorágine loca
de afuera hacia dentro
y de vuelta mil veces
tan cerca
tu calor me envuelve gentil
seduciéndome
poco a poco
tu espíritu abrasa el aire en que vuelo
derritiendo mi voluntad
no deseo escapar de ti
tan cerca
tus pupilas son compuertas al infinito
que dan paso franco
para perderme a gusto
dentro de tu alma
tan cerca
el ritmo del corazón
acompaña la melodía de tu suspiro
que será nuestro
al unísono
…lo presiento
tan cerca
te miro
sonrío
me acerco aún más
despacio
tus ojos me llaman
mis labios se separan
esperando ansiosos
los tuyos.


©2013 PSR


miércoles, 24 de julio de 2013

TIEMPO


el sonido que separa
los tiempos de las vidas
es un murmullo que se cuela
ingrávido
lejano
por los resquicios de los recuerdos

en el vacío no pasa el tiempo
solo yace, oscuro y frío
la distancia entre tu cuerpo y el mío
es una era insalvable
de mil tiempos desconocidos

cuarenta suspiros no hacen un minuto
a veces son más
otras tantas son menos
y aquel suspiro efímero me esclaviza
al intento de robarlo
de nuevo

todo está movido de sitio
tantos lugares fuera del tiempo
el caos destroza los momentos de paz
no conseguimos respirar
la entropía nos deshilvana
diligente
nos empuja al odio
en medio de rencores inútiles
se diluye nuestro tiempo
inexorable
hasta acabarse

tanta vida invertida en ganar tiempo
cuando sólo lo llenamos de cosas inútiles
es hora de sanar el espíritu
hace demasiadas lunas ya
que no alza el vuelo
los grilletes pesan en el viento
ahora
es el instante justo de recuperar la libertad
no podemos perderla más
ni un solo momento.


©2013 PSR


miércoles, 13 de febrero de 2013

SIN PRISA



sin prisa
ahora
en medio del vacío
oscuro y frío
miras alrededor
buscando tu vida.

paso a paso
continuarás
siempre hacia delante
haciendo caminos
donde nunca los hubo
con pisadas firmes
enfrentando vientos y temblores
venciéndolos.

una vez más
brotará el agua salada
desde tus cuencas cristalinas
rodando sin detenerse
hasta los labios tristes
entonces
la beberás presta
calmando todas las tristezas
y volverás a descubrir
en el espejo
tu bella imagen.

un momento a la vez
en la catástrofe
te harás más fuerte
cuando sientas que no puedes más
alzarás la vista
percibiendo de nuevo los colores
las formas perfectas.

en cada instante
de esta noche que parece no acabar
te moverás por las sombras
iluminando el sendero
con el destello inmortal
que emana de tu alma.

un día tras otro
lamerás pacientemente tus heridas
limpiándolas por completo
hasta sanarlas
para seguir avanzando
viviendo
amando.

más pronto que tarde
recordarás quién fuiste
quién sigues siendo…
respirando libremente
latirás al ritmo de tu propia melodía
sintiendo los aromas más dulces
cuan profundos suspiros
para al fin dejarte atrapar
en el anhelado abrazo.

sin prisa
enciende tus ojos bellos
con la claridad prístina del cielo
entre tanta maravilla
encontrarás la paz
que mucho anhelas
naciendo plena en tu sonrisa.


©2013 PSR


miércoles, 2 de enero de 2013

RENACER



soy una mota de polvo de ciudad
ese polvo gris y algodonado por el tiempo
soy una hebra fina y delicada
artísticamente diseñada
que adorna la esquina más recóndita
de tu morada
soy la taza cascada
de donde bebes a sorbos
el café de tus mañanas
yo soy aquella hecha de rutinas
y entre los trastos, renazco.

soy una partícula de luz
en la mañana de mis recuerdos
soy la cúspide dulce
de la fragancia conocida
soy la melodía que arrulla
los sueños pasados y futuros
soy un simple suspiro
y dentro de mí, renazco.

soy la sonrisa que te regalo
en cada encuentro
soy el canto del coquí
que trae la brisa de la tarde
soy la sal que respiro en la playa
cuando mi espíritu se libera
soy una ola más en medio del mar
y arropándome de vida, renazco.

soy un grano de polen
desprendido de la flor abierta
soy el sudor que se secó en tu pecho
cual veta de perfectos cristales
soy una gota de sangre
que resbala por la piel
desde la herida pulsante
soy un fragmento líquido, ámbar
bajando por un tronco centenario
soy casi imperceptible
y en la inmensidad, renazco.

soy las nubes que abrazan a la luna
sobre la luz nocturna del mar profundo
soy un arco iris entre los tonos grises
brillando sobre mis propias sombras
soy arenilla fina de estrellas
y en otros mundos, renazco.


©2013 PSR


miércoles, 1 de agosto de 2012

MUSA (II)



vestida de mil acordes
flotando en armonía
una tarde imprecisa
te colaste tímida
por mis pupilas.

pasión es tu esencia
libertad el nombre
desnuda de prejuicios
te reconocí en mi espejo
y sin poner resistencia alguna
me dejé atrapar por tu alma transparente
quedando enganchada con cien anzuelos
al tono prístino de esa paz
que tan inmensa me seduce.

eres tú en tantos rostros
tú en mi aire
este que respiro ahora
el que suspiro
el que me envuelve plácida
sublime
suelto las amarras
una por una
echo el lastre lejos
para volar alto
soltándolo todo
desprendiéndome de mí misma
dejando la jaula abierta de par en par
al libre albedrío
a los instintos más genuinos
al germen de la vida
que despierta en una gota de agua
sacudida por el viento.

me dejo arrastrar corriente arriba
subo por encima del abismo
de los picos ancianos
de las estrellas perdidas
subo…
subo cada vez más
liberándome de mí
olvidando el resto entero
en medio de la brisa
te suelto
tiernamente te suelto
mariposa refulgente
sabes que eres libre
siempre lo has sido
siempre lo serás
eres libre y vives en mí
al mismo tiempo
azul eléctrica
indeleble
abro las manos y te suelto
y sin embargo
sé que no te pierdo
porque somos una.

entre miles te escondes
jugando alegre como una niña
sonríes pícara al verme
compruebas que sigo buscándote
eternamente en los minutos
en los momentos perfectos
en mis días deslucidos
en las mañanas de mis ansias
en las eras de mis sueños.

una vez más
escurridiza y poderosa
como agua rápida
me refrescas y me azotas
en tu caudal impoluto
ahogándome
empujándome
obligándome a respirar
me aferro tercamente a la balsa
para no perecer
en tu torbellino blanco.

entonces, sin aviso, te conviertes
en un rayo de luz pura
pariendo miles de tonos
de este arco iris cálido
que se adueña del espacio en mi pecho.

sola te encuentro
en un paraje del pensamiento
envuelta en pétalos suaves
esperándome.

mi alma se acerca despacio
no quiere que huyas de miedo…
dulcemente
una por una
voy quitando hojas de colores
descubriendo en su fragancia
la pasión que me deja sin aliento.

llegó el momento esperado
cada instante de mi vida
tu alma y la mía
tomadas de la mano
se elevan en un suspiro
intenso
más allá de la nada
llenas de sentimiento
tú y yo por siempre
musa eterna de mis letras.


©2012 PSR


miércoles, 11 de abril de 2012

10 ABRIL 2012


 
Ya son diez años
se sienten eternos
…aunque a veces parezcan solo un suspiro.
Tanto tiempo atrás
toqué tu mejilla
por última vez
intentando aliviar
con ternura
el dolor aplastante
de la última despedida
la definitiva. 
Hoy, aquí
rodeada de mi nostalgia
sigo posando mi mano
sobre tu rostro
dulce
en una caricia eterna
llena del más puro amor.
Diez años extrañando nuestros contrastes
tan evidentes para ti
para mí
mas no para el resto
que nos sigue viendo parecidos.
Esos rasgos del ser
que definen a cada hermano
dentro del mismo nido
recordándonos que somos
únicos
irrepetibles
inmensamente importantes.
Una década entera
percibiendo tu presencia
entre los minutos de mi vida
en miles de instantes
puntuales
precisos
cuando, por cualquier detalle
de pronto
desde adentro
siento que me dibujas una sonrisa pícara
alargando suavemente mi boca
entre las mejillas.
Hace diez años ya
mis sueños son nuestro lugar de encuentro
momentos felices
entonces te veo
hablamos
y me ilumina tu mirada
una vez más.
Hermano querido
diez años después
sigues presente
en el corazón
de quien te recuerda.
Y aunque sé que conoces
este sentimiento indeleble
me gusta repetirlo siempre:
te amo.


©2012 PSR


miércoles, 28 de diciembre de 2011

F E L I C I D A D


Fiel solo a ti
es tu misión de vida
buscas la dicha.

En tu ser unes
mil hebras de colores
luces brillantes.

Limpias el alma
de mentiras, rencores
quedando pura.

Inquieta y libre
nos contagias a todos
bella plenitud.

Corazón amplio
henchido de emociones
sonrisa inmensa.

Invitas a andar
por este mundo grande
ayudándonos.

Dudas, nunca más
armonía divina
das tranquilidad.

Artista innata
rima mis versos nuevos
con tu música.

Dime que vienes
y respiraré libre
suspirando hondo…



©2011 PSR



miércoles, 16 de marzo de 2011

VIDA

La vida es un suspiro divino que nos deja sin habla. Es lo más importante que tenemos; inusitadamente frágil y enormemente compleja. El instante de tiempo en que transcurre nuestra vida es tan breve pero tan intenso que bien vale la pena defenderla hasta las últimas consecuencias.

Es la propia vida lo que nos define en este mundo. Somos porque vivimos, y al mismo tiempo, la vida es un regalo que recibimos. El más importante, porque es lo que nos constituye; aquello de lo que estamos hechos. La vida es eso absolutamente invaluable que generalmente consideramos obvio, quizá tan solo porque no podemos imaginamos el mundo sin nosotros. Pero la vida nos fue dada, no la adquirimos. Alguien más nos engendró; no fue nuestra idea y mucho menos consecuencia de algo en lo que pudiéramos influir, ni de nada que hayamos hecho; no es nuestra por mérito propio. Nadie pide venir al mundo, mas una vez aquí, luchamos por mantenernos bien y ser dichosos. Así, deberíamos estar agradecidos por tal precioso don y concentrarnos en buscar la felicidad, el estado anímico que mejor le va a ese estado físico que llamamos “vida”. Somos los únicos responsables de nuestra felicidad y, al mismo tiempo, debemos aprovechar todas las oportunidades que tenemos para hacer felices a quienes nos rodean.

Sin lugar a dudas, la vida es bella. Es maravilloso estar conscientes de que podemos ir en pos de la justicia, de la paz y la dicha, de nuestra salud, prosperidad, tranquilidad, de aquello que necesitamos, que deseamos, que soñamos. Sabemos que aunque la situación se vuelva difícil, cuando pareciera que se acaban el camino o las opciones, siempre podremos luchar más y más por las cosas que nos mueven, por lo que es realmente importante. Somos vencedores en cuanto nos enfrentamos a nuestros miedos y decidimos dar la batalla, cuando damos el primer paso que nos llevará al desenlace. La vida seguirá siendo bella, a pesar de que siempre aparezcan quienes quieran arruinárnosla. De nosotros depende que no lo logren; debemos ser más inteligentes y más perseverantes que ellos. El odio, la intolerancia, la envidia, el rencor y la codicia son fuerzas humanas capaces de destruir pueblos completos, naciones enteras, y si no les hacemos frente, a la larga sufrimos las consecuencias a menor o mayor escala. Esos sentimientos negativos nos hacen más salvajes que cualquier animal de rapiña, cuando se supone que la especie humana posee raciocinio y conciencia de sí misma, que deberían ayudarla a vivir en armonía con sus congéneres en el ambiente que la rodea. Pero no es así. Lamentablemente, las características humanas como la espiritualidad, el amor, el perdón, la misericordia, el respeto, la solidaridad y la caridad no se han desarrollado al mismo ritmo que la ciencia y la técnica, quedando rezagadas al principio del camino. La tecnología avanza veloz en todas direcciones, pero los resultados no siempre son seguros ni positivos; en demasiadas ocasiones son extremadamente perjudiciales. El mundo está llegando al límite de su capacidad de carga y aún no se nos ocurre siquiera buscar la palanca del freno. A veces parecemos olvidar que nuestro planeta está vivo y debemos cuidarlo porque, al igual que nuestra vida, es uno solo y no tiene repuesto…

En los últimos años, la Tierra pareciera estar incómoda. Es como si quisiera encontrar una posición más confortable al estirarse en todas direcciones. Cuando lo hace, nos muestra la enorme fuerza que duerme en su interior, haciendo que recordemos lo infinitamente minúsculos que somos. Ciertamente, no podemos hacer nada por impedir las catástrofes naturales, pero sí podemos comportarnos de manera más consciente y respetuosa con el mundo y nuestros semejantes. Podemos dejar actuar a nuestro lado humano, que aún necesita ejercitarse y crecer. Cada quien sabe cómo ayudar, o al menos, a quién preguntarle de qué forma puede ser útil a la hora de mostrar solidaridad y caridad a sus semejantes.

Peores aún son los desastres humanos ocasionados por la implacable intolerancia de las ideologías extremistas y fundamentalistas, que solo traen consigo dolor y pesar. El ser humano es egoísta y nunca falta quien se aproveche de los momentos de debilidad espiritual de los demás para beneficiarse o imponer sus ideas. Debemos combatir y hacer todo por erradicar aquellos sentimientos de maldad, avaricia y violencia que llevan a la desmoralización y la destrucción de los pueblos. Como sociedad que quiere llamarse “civilizada”, se hace necesario ser abiertos y aceptar que existen miles de opiniones y más de una manera de hacer las cosas. Todos tenemos el mismo derecho a ser felices; nadie nos lo puede quitar porque sí. No hay quien pueda encadenarnos el espíritu sin nuestro consentimiento; nosotros somos los responsables de nuestra libertad y los autores de nuestra dicha.

Así como la vida es hermosa, el mundo también lo es. Saber que podemos disfrutar de ambos a lo largo de nuestro tiempo es algo maravilloso y por eso los protegemos instintivamente, para mantenernos felices. Al fin y al cabo, vinimos al mundo con la única misión de encontrar la felicidad y vivir en ella.

Sentirnos vivos y plenos es algo inmensamente hermoso, y sucede cuando somos dichosos. Las emociones fuertes de cualquier naturaleza nos hacen recordar que estamos aquí ahora. No sabemos cuándo cambiaremos de dimensión, pero mientras estemos en este mundo, con todas sus imperfecciones, sus bondades, sus defectos y virtudes, estamos en la obligación de buscar aquello que nos llene de satisfacción y sosiego, que nos siembre una sonrisa en el rostro que sea imposible de borrar. Ese nirvana sólo lo podemos encontrar en nosotros mismos, cuando nuestro espíritu nos eleva por encima de los problemas, los objetos y las situaciones terrenales.

En medio de cualquier circunstancia plácida o extrema, comprobamos que cada mañana sigue saliendo el sol, iluminando a todos por igual. De noche, la luna y las estrellas están en el firmamento para quien desee admirarlas, tomándose un respiro nocturno. Lo mismo sucede con la lluvia, el viento y los demás elementos; no son propiedad de nadie, y al mismo tiempo, son de todos los seres que habitamos este planeta. Cuánta perfección hay en las alas de una mariposa, en los pétalos de una flor silvestre, en las miles de hojas de aquel árbol que nos brinda su sombra al mediodía, en el perro sin dueño que va cojeando sin darse por vencido y agradece los huesos que sobran de una parrilla en el parque. Cuánta paz hay cuando encontramos un momento para adueñarnos del tiempo y sentarnos junto al mar, escuchando tan solo el arrullo de las olas y dejando que el viento acaricie nuestro rostro, despeinándonos. Cuánta belleza hay en las piedras pulidas que encontramos a la orilla de un río, en las conchas marinas, en las piñas de las secuoyas, en el diseño de una ballena, en las sombras que vamos haciendo al caer la tarde. Cuánta energía hay en el fuego, en un tornado, en un terremoto… A veces la Tierra nos llama la atención para recordarnos que sigue siendo inmensamente más fuerte y poderosa que nosotros, para que no dejemos de ser humildes.

Nadie sabe con certeza cuánto tiempo tiene, pero durante el mío, seguiré amando la vida y el mundo de la única manera que conozco: con todas mis fuerzas. Siento la vida presente en cada célula de mi cuerpo, haciéndome quien soy y permitiéndome disfrutar de la dicha que habita dentro de mí. Me deleito ante los animales fantásticos que se esconden en las nubes del cielo azul intenso mientras saboreo el mango más delicioso y rozagante en una tarde fresca de mayo. Cuando lo deseo, encuentro el momento de tranquilidad para sentarme a escuchar el rumor del riachuelo que está cerca de mi casa. Me dejo envolver por el olor de la tierra después de la lluvia, del café recién colado, de las palabras ancladas en el papel de un libro nuevo. Soy feliz cada vez que tengo la oportunidad de pintar una sonrisa en el rostro de alguien, aunque sea por unos instantes. Me llena el alma recibir el abrazo perfecto en el instante justo, cuando más lo necesito. Poder compartir mis inquietudes y escuchar las de otros es algo muy especial que me mueve por dentro. Llenar mis pulmones ante un paisaje majestuoso, asombrarme una y otra vez al descubrir la perfección del cuerpo humano, de los animales y las plantas, y maravillarme frente a la energía y belleza de un rayo en una tormenta son cosas que nadie puede hacer por mí. Me encanta lo que siento cuando suspiro; respiro hondo para dejar entrar en mí todo lo hermoso que me rodea, lo guardo adentro un instante para llenarme de ello y luego lo dejo salir de golpe, haciendo que regrese donde estaba para que me siga envolviendo. Así mismo es la vida, un suspiro…



©2011 PSR

miércoles, 2 de febrero de 2011

REGÁLAME...

regálame una sonrisa de libertad
al amarnos
regálame tu paz
total
verdadera
regálame tu misterio
y te entregaré mis sueños
regálame el tremor más genuino
que se esconde en tu alma
regálame tu ternura
y mis dedos
dibujarán tu rostro
dulcemente
regálame tu aliento tibio
enlazado con el mío
respirándonos
regálame el deseo que guardas
convertido en lengua y manos
insaciables
regálame tu fragancia
de perfume y sudor
regálame el anhelo
de una caricia interminable
tuya
regálame tus cabellos
y deja que mis dedos
se pierdan en su espesura
regálame la pasión
de un encuentro esperado
desde siempre
regálame tu pecho
para cobijarme en él
arrullada en tus latidos
rendida por completo
a ti
regálame tu fuerza
ímpetu indomable
te mostraré la mía
plena de emoción
regálame tu tiempo
valioso tesoro
a cambio
yo te daré entera
mi vida
regálame tu voz
tus gemidos
tu silencio
te recompensaré rebosante
de puro cariño
regálame tu mirada limpia
sin dudas
ni temores
regálame un abrazo perfecto
que me arrope
me guarde
me seduzca profundamente
para no querer soltarme
nunca más
regálame tu cuerpo
hambriento de mis labios
húmedos
regálame tu boca
manantial divino
quiero saciar la sed eterna
que de ti tengo
regálame tu piel ardiente
erguida alerta
en infinitas puntas
ansiosas
regálame tu oído
para hablarte quedo
susurrando mil secretos
regálame tu risa fácil
que hincha mi espíritu
hasta reventar
regálame tu amor
colócalo en mis alas
para volar alto
contigo
hacia la inmensidad
siempre mirando al frente
brillante
regálame un suspiro tuyo
uno mío
al unísono
regálame todas tus noches
para no dormir contigo.


© 2011 PSR

miércoles, 12 de enero de 2011

RITMOS

Vibraciones
música añorada
espíritus danzantes
me guían seguros
por las intrincadas veredas
de los sentimientos.

Rumores
música del alma
sueños secretos
sensaciones divinas
me invaden
por completo.

Sonidos
música pura
sinfonía natural
orquesta de agua, palos y rocas
fluyendo sin fin
apoderándose de mí
dejándome atrapada
por voluntad propia
me rindo en su lecho
deliciosamente.

Susurros
música íntima
tan esperada…
Tu voz y el viento
en mis oídos
en la piel
mil suspiros
tu aliento y el mío
fundidos en un acorde
espontáneo
inseparable.

Armonía
música soñada
perfección en su esencia
prístina como la nieve nueva
cristalina
completa presencia.

Melodía
música vivida
dulces anhelos
deseos prohibidos
nos seducen
arrastran
haciéndonos volar
muy alto…
pasando cualquier límite
deshaciendo los controles
en nuestra vida
continua
real
preciosos recuerdos
ansiado futuro
toda una existencia
más allá del tiempo
sin final.

Música
infinitos acordes
universo de colores
palpitan en mis entrañas
estimulando
provocando
desbocando mi corazón
liberando mi espíritu
calmando mi alma…


©1993 PSR

miércoles, 5 de enero de 2011

MOMENTOS

Un parpadeo fugaz
relámpago que me ciega
brevemente
estremeciéndome
de nuevo
recordándome que la vida
está hecha de momentos.
Ese suspiro breve
delicioso
tan suave e inminente
sigiloso, escondido
me hincha el corazón
exaltado
con cada mirada furtiva.
Instantes eternos
recuerdos que una vez fueron
tangibles, físicos
intensos
ahora son los sueños
del mañana
deseos interminables
tan reales
invencibles.
Todos los segundos juntos
formando un continuo
aquí, siempre...
¿o tal vez nunca?
Nadie lo sabe
ni tendrá la certeza jamás
ninguno adivinará
no se puede procesar
razonar
no hay teorías complicadas
o sencillas
que lo puedan explicar
ahora ni después.
Es así
los momentos quedan
el tiempo se va...


©2011 PSR

miércoles, 22 de septiembre de 2010

FRENTE AL FUTURO

Sentada en el malecón mirando el mar me tranquilizo. Ver su inmensidad, sentir su fuerza imbatible conteniendo tanta vida, saber que nos proporciona mucho del oxígeno que respiramos y del alimento que nos nutre, y ver las olas que nunca dejan de moverse me hace comprobar que el tiempo no se detiene, el camino siempre continúa y que al final todo estará bien.

Todos nacemos con el mismo potencial para ser dichosos, aunque las circunstancias en que nos desarrollemos sean infinitamente variadas. Sea cual fuere la nuestra, siempre queremos y buscamos que todo esté bien, porque así es como debería ser, ¿no? Lamentablemente, de tanto en tanto comprobamos que no es así. A pesar de que pongamos mucho de nuestra parte para ser felices, a veces suceden cosas que, como enormes barricadas, se van amontonando dentro y fuera de nosotros, impidiendo que alcancemos la tan anhelada dicha. Es entonces que debemos reaccionar y actuar con más ánimo y energía para deshacernos de las cosas negativas que se interponen en nuestro camino.

Concibo la felicidad como un estado espiritual; todos la llevamos dentro, tan sólo debemos activarla para que se muestre en su máximo esplendor. Somos felices cuando nos sentimos satisfechos por algún logro, cuando nos complace poseer o disfrutar alguna cosa o situación. La tranquilidad es uno de los elementos que más contribuye a nuestra felicidad. La salud es otro, igual que el amor. Si nos sentimos sanos, en paz y contentos, muy probablemente no nos haga falta mucho más para percatarnos de que somos felices. Entonces, pasamos el interruptor y dejamos que la felicidad nos inunde y se desborde por nuestros ojos, boca, piel, cabello, músculos, voz y alma.

Cuando somos felices de pronto nos damos cuenta de la existencia de tantas cosas bellas que nos rodean e instintivamente suspiramos. Comenzamos a respirar muy hondo para incorporar en nosotros todo aquello que disfrutamos y nos hace bien, lo dejamos dentro por unos momentos para que nos llene e impregne nuestra alma y luego lo dejamos salir de golpe para que regrese donde estaba y nos siga envolviendo y abrigando. Al recordar un sueño bonito también suspiramos y muchas veces sonreímos. En todo caso, cuando somos felices se nos nota, y eso es bueno porque podemos contagiar a los demás, aunque sea por un rato.

Me siento feliz cuando hago sonreír a alguien; más aún si logro hacerlo reír. Y si ese alguien es un desconocido, mi felicidad se multiplica. Aquí en Puerto Rico es fácil hacer reír a la gente, tal vez porque los boricuas son más tranquilos y tienen buen humor. En las calles se siente la buena disposición y la alegría de la gran mayoría, cosa que en otros países lamentablemente se ha perdido. Los puertorriqueños son educados y tienen esa paciencia isleña que tanto bien les hace para sobrellevar la rutina del diario vivir con sus altos y bajos.

Me encanta comprobar que la gente se respeta entre sí a pesar de cualquier diferencia que pueda existir, dirigiéndose al otro sin odios ni rencores infundados. Poder hablar con alguien y que no me respondan de mala manera es algo muy agradable; y que las conversaciones sean a un volumen bajo es extremadamente cómodo, lo admito. Todo es apacible aquí, incluso el tono de voz del boricua. Definitivamente, es fácil acostumbrarse a las cosas buenas que no encontramos en otras partes.

Muy cerca de Venezuela, en pleno Mar Caribe, Puerto Rico tiene una naturaleza, unos paisajes y una raza muy parecidos a los de mi país. Me he enamorado de esta bella isla y de su gente; lo encuentro todo tan similar a lo que solía ser Venezuela antes de irme, hace no muchos años atrás, cuando éramos felices y no lo sabíamos. El puertorriqueño es tolerante y no discrimina; vive y deja vivir a los otros. Es amistoso y buen anfitrión, quiere que los demás se sientan bien en su tierra. No concibe la injusticia y se compadece de los demás. Tiene esa picardía que hace que sus ojos brillen cuando sonríe, porque afortunadamente, aún tiene motivos para sonreír. Y una de las cosas más importantes: aquí todavía se puede disfrutar de la vida y ser feliz.

Vivir en este bello país que me ha abierto sus puertas para seguir creciendo como persona es un regalo invaluable que aprecio profundamente. Aquí me siento arropada, libre y dueña de mis derechos; no temo por mi vida por el sólo hecho de salir a la calle o de poseer algo de valor que lleve conmigo; puedo opinar sin pensar que me echarán de mi empleo o sufriré alguna otra represalia; los servicios públicos funcionan; la calidad de vida le permite a la gente salir adelante y trabajar para convertir sus sueños en realidad; existe la solidaridad porque todos aquí están conscientes de que comparten el mismo suelo y la misma historia, con sus aciertos y sus fallas.

Llegué a Puerto Rico con mi familia hace algunos años ya, por razones laborales. Mis hijos han pasado más de la mitad de sus vidas aquí, disfrutando de la tranquilidad que brinda este trocito de tierra antillana. Como madre que soy, cuido a mis hijos y velo por ellos. Trabajo para darles una buena educación y un futuro sólido en el que crezcan como ciudadanos de bien en un país libre, de la misma manera que lo hicieron mis padres conmigo en aquella Venezuela bella y próspera donde tuve la suerte de nacer. Al igual que tantos otros, mis padres emigraron de su país en busca de un mejor porvenir y llegaron a esa tierra de gracia con mil sueños y dos maletas. Mi caso fue diferente; fui a hacer una especialización profesional en el exterior para luego regresar a casa y poner en práctica lo que hubiese aprendido, pero en el camino mi vida cambió y me mudé a otro país. Eso fue ya hace 16 años. En todo ese tiempo he vivido en diferentes sitios sin dejar nunca de sentirme venezolana; eso no es algo que se borre por el simple hecho de pisar otro suelo. El amor es un sentimiento profundo que llevamos dentro y no depende de cuán cerca o lejos nos encontremos de aquello que amamos.

Hoy aquí, tan cerca de mi tierra natal, y viviendo en paz y con libertad, puedo ver a mis hijos a los ojos con la tranquilidad de saber que, con los valores morales y éticos que les enseño, serán responsables de hacer realidad sus propios sueños sin tener que seguir forzosamente un guión ideológico preconcebido, sin dejarse llevar por odios ni rencores prestados ni discriminaciones artificiales, tan sólo haciendo lo que les dicte la conciencia y la razón. Tendrán el poder para buscar y encontrar su propia felicidad; y eso solamente se puede lograr en libertad. Yo he tenido la fortuna de entender todo eso que me inculcaron mis padres y ahora se lo transmito a mis hijos como algo imprescindible, impostergable e imperativo en la vida. De nosotros y de nadie más depende lo que resulte de ellos; nuestro presente es la semilla de su futuro. Tan sólo debemos dar el ejemplo demostrándole a la siguiente generación que de verdad aprendimos las cosas importantes que nos enseñó la anterior.

Estamos claros; cada quien sabe exactamente lo que debe hacer.



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