LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 29 de octubre de 2014

5 MICRORRELATOS (VIII)



CONTUNDENCIA

Al amargado sólo le gustó un chiste en toda su vida. Cuando se lo contaron, murió de risa.



SERVICIO POSTAL

El sobre con las malas noticias nunca llegó a su destino. Y así, todos vivieron felices por siempre.



TESORO

Cuando llegó al final del arco iris, descubrió toda la vida concentrada en cada gota de lluvia.



ELECCIONES

Una vez más, al terminar las jornadas electorales, la cuadrilla del aseo se encargó de disponer de las urnas.



DESTINO

Al fin, la cabeza había logrado convencer a las piernas de no saltar al vacío. Entonces, el corazón se emocionó tanto, que se salió del pecho.



©2014 PSR


miércoles, 27 de agosto de 2014

VACÍO


una montaña insorteable
se mueve delante de mí
antecediéndome en todo momento
no puedo escapar de ella
ni siquiera puedo dejar de mirarla
descarada, se burla
aplastándome en sus abismos
la montaña es hueca
me grita que salte
caigo en el espejismo
siento la ausencia de calor
también la ausencia de frío
sucumbo en un volumen que no es
no hay luz ni oscuridad
a ratos me invade el temor
todo está repleto de piezas viejas
sin instrucciones para armar el rompecabezas
quinientos mil colores se posan sobre el gris
intentando definir alguna silueta peregrina
que huye a medio terminar
un millón de acordes se cuelgan de las cuerdas del pentagrama
es inútil, la montaña los absorbe sin dejarlos salir
pareciera hecha de corcho
el silencio me comprime
novecientas dieciocho formas geométricas
llenan las páginas en blanco de mi memoria
sin poder llegar a ser un dibujo
la montaña se tragó el cuaderno
setecientos aromas en coloridos tonos
inundan aquel aire que me apresa sin dejarme respirar
estoy presa en el espacio
la montaña no me permite avanzar
no me abandona
ni se desintegra en mi mente
es un titán omnipresente
los recuerdos se derraman sin remedio por la habitación
inundan la casa
salen hacia la calle
buscando inútilmente una red que los atrape
entre fragmentos de desechos
que flotan río abajo
a mis pies
el manantial está en la montaña
ella cuida fantasmas
suelta demonios
nutre miedos
inseguridades
no puedo ver más allá
es contundente
refractaria
se carcajea de mis sueños
haciendo trizas el ímpetu
las oportunidades
la montaña está delante de mí
no me dará paso
implacable, se mete en mi cabeza
haciendo confeti de mis planes
quiere invadir mi espíritu
y estrujar cuanto deseo quede
la montaña se cree invencible
dueña de mi destino
pero olvida que soy cantera
y mi paciencia es infinita…


©2014 PSR

miércoles, 16 de mayo de 2012

APÓSTROFE


¡Qué día! Al levantarme, tuve que convencer a mi sombra para que se saliera de las sábanas. Una vez en el baño, el reflejo en el espejo me miró burlonamente y me preguntó que quién me creía yo para arreglarme tanto, que igual no tenía remedio. Ya en la cocina, mi estómago me regañaba por no alimentarme con algo saludable. En el carro, el inquilino de mi pecho criticaba cada una de las maniobras que hacía casi en modo de piloto automático: que no acelerara tanto, que tuviera cuidado al burlar los semáforos y que no les tocara la bocina a quienes insistían en bloquearme el camino a paso de tortuga. Luego, en el trabajo, la voz en mi cabeza se reía a carcajadas cada vez que tomaba una decisión y me espetaba que cualquiera podía hacer el mismo trabajo que yo, solo que mil veces mejor. Mi estómago estaba por recordarme que debía tirarle algo, el corazón latía aburrido y la voz en mi cabeza no paraba de transmitir sandeces. Sin más, entré en el baño, donde mi sombra cansada se multiplicó por las luces en diferentes posiciones y los espejos en ángulo potenciaban mi reflejo hasta el infinito. Así, los presenté unos a otros y se pusieron a criticarme a sus anchas hasta que pronto comenzaron a pelearse. Entonces, los dejé encerrados a todos y me fui a tomar un café.


©2011 PSR