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miércoles, 9 de diciembre de 2015

UNIÓN


Un país vivo
quiere volver a latir
sin sentir miedo.

No permitamos
sabotaje, corrupción
buitres malignos.

Insistamos en
borrar las diferencias
con el trabajo.

Orden en casa
saldremos adelante
siempre hermanos.

No hay otra ruta:
dignidad y respeto
son nuestras claves.


©2015 PSR


miércoles, 10 de abril de 2013

UN SOLO HIMNO



Tengo un país roto
destrozada su confianza
la dignidad hecha confeti
pisoteada en el fango
después de una concentración política
obligada.

Tengo una nación amnésica
le agrietaron la historia
a latigazos
arrancando su frágil memoria
sustituyeron héroes
por ídolos de plástico barato.

Tengo a mi pueblo enfermo
en terapia intensiva
con el pulso casi nulo
un catéter cardíaco
le inocula en directo
veneno destilado
del más puro resentimiento.

Tengo una patria seca
desangrada entre muchos
por la riqueza individual
zanjas insalvables cruzan su árida piel
en ellas busco tercamente
el maná perdido.

Tengo un solo suelo
hecho añicos
fragmentos amputados
que no saben cicatrizar
inmersos en la basura
y el abandono.

Pero entre tantas miserias
más que nada
(testaruda yo)
tengo un sueño recurrente
que me impide claudicar:
soy parte del alma grande
ciega de razas y procedencia
ajena a posiciones sociales
daltónica de colores políticos.
Demasiados pechos abiertos
regados por el mundo
corazones encarnados
en nuestra tierra bella.
Unidos todos
respirando futuro
armonizando las diferencias
con respeto y honor
tenemos una sola meta.
No necesitamos símbolos
sólo latimos al unísono
tarareando el mismo himno
con acordes de esperanza
por una Venezuela mejor.


©2013 PSR


miércoles, 27 de marzo de 2013

ESTUDIANTES



Entre el gran pueblo
bulle una masa unida
de almas puras.

Solos al frente
no temen a las armas
van adelante.

Tozudos luchan
por su patria hermosa
…la de nosotros.

Universales
siempre democráticos
sus ideales.

Dignos y libres
defensores de la paz
en plena guerra.

Imaginación
y más creatividad
que no termina.

Alegres sueñan
con un futuro pleno
de cosas buenas.

Nada los para
debemos apoyarlos
como uno solo.

Tristeza a un lado
cerrarán las heridas
todos ganarán.

Exigen verdad
respeto y educación
para la gente.

Sigan la senda
del doce de febrero
¡a La Victoria!

  
©2013 PSR


miércoles, 20 de marzo de 2013

IRRESPETO


Ilegítimo
es quien te ha vendido
por su perversión.

Ríe, se burla
siempre fuiste su esclava
obedeciendo.

Roba tu esencia
cada día un poco más
hasta secarte.

Existes sola
con los recuerdos dulces
que imaginaste.

Sabes que eres tú
quien lo ha dado todo
sin nada a cambio.

Partida en dos
entre tantos escombros
te pisotea.

En medio de ti
negándose a morir
sonríe el alma.

Tragas tu orgullo
siempre por el qué dirán
aquellos otros.

Otra mentira:
dice ser quien te ama
sin respetarte.


©2013 PSR


miércoles, 6 de febrero de 2013

LA EXPERTA




Cada mañana abre los ojos, y con ellos, se abren las puertas a un día especial. Se levanta temprano, con el ánimo siempre puesto en el objetivo. Se trata de una gran empresa. Sin lugar a dudas, la más importante de todas. Mientras se asea, piensa en los desafíos que enfrentará de manera inevitable durante la jornada laboral. La invaden una serie de sentimientos encontrados porque, a pesar de ser una optimista infalible, sabe que el ambiente en que se mueve no es fácil; nunca lo ha sido y nunca lo será. Escoge la ropa perfecta para darse su puesto, infundir respeto y lograr sus metas. La vida le ha dado un profundo conocimiento de la naturaleza humana, que ella combina con una gran dosis de psicología para llevar a cabo su estrategia. Bebe un café y desayuna, revisando en la mente los pasos que seguirá. Su trabajo está lleno de proyectos provocativos que requieren de mucha experiencia y sabiduría para llevarlos a cabo. Toma su maletín y su bolso, y sale de su casa a dominar el día con lo que venga. Saber negociar a todos los niveles se ha convertido en su mejor instrumento de conquista. Al fin llega. El portero la saluda con una gran sonrisa y la misma expresión de asombro diario ante su caminar vigoroso. Por su carácter resuelto, ha desarrollado una fuente de energía inagotable que la hace sentir casi invencible. Ella le corresponde siempre amable, pero sin detenerse. Sabe que la esperan. A medida que avanza por los pasillos, va regalándoles sonrisas encantadoras a todos los compañeros de trabajo, repitiendo para sí el plan que tiene y comprobando de nuevo que la creatividad es una cualidad imprescindible en su carrera. Se acerca a su puerta. Sabe que llegó el momento de encarar el reto y triunfar. Toma el pomo. Cierra los ojos. Respira profundo. Abre dando un paso al frente y enseguida escucha el coro del saludo matutino: “¡Buenos días, maestra!”.


©2013 PSR


miércoles, 12 de diciembre de 2012

U N I D A D



Una sola alma
vibra al compás del cuatro
arpa y maracas.

Nada puede ser
más fuerte que la unidad
entre nosotros.

Intrigas sucias
odio y rencores viejos
no nos tocarán.

Dentro del vientre
de esta tierra hermosa
fuimos gestados.

Aires de cambio
dignidad y respeto
sin distinciones.

Daremos todo:
amor, trabajo y tesón
¡por Venezuela!


©2012 PSR


miércoles, 5 de diciembre de 2012

R E S P E T O



Radiante brillas
digna de admiración
mujer completa.

Especial siempre
entre todos los seres
de la creación.

Señora, dama
no dejes que te humillen
fingiendo amor.

Pides cariño
quien ama reverencia
no te esclaviza.

Eres esencia  
del sentimiento limpio
¡no más insultos!

Toda la vida
obedeciendo ciega
es demasiado…

Oye tu instinto
quiérete tú primero
hazte respetar.



©2012 PSR


miércoles, 28 de noviembre de 2012

D I G N I D A D



Duele la vida
con la mirada fija
en velos grises.

Impresa llevas
la injusticia en la piel
humillándote.

Gran atrocidad
intentan mellar tu alma
presa y violada.

No caerás más
la lucha es tu esencia
corazón noble.

Integridad, sí
eres flor del desierto
recia y valiente.

Dales lecciones
profundas de humanidad
como hizo Brito.

Ante la historia
te mostrarás entera
correcta y digna.

Donde hay honor
y un gran respeto propio
está tu fuerza.


©2012 PSR


jueves, 22 de noviembre de 2012

GRACIAS...



Hoy doy gracias por mis bienes más preciados; los que más valen y no tienen precio.

Doy gracias por el tiempo que he tenido hasta ahora y por el que me queda; por mi respiración y por este cuerpo sano que acompaña a mi espíritu.

Estoy agradecida por la pasión que me llena, impulsándome a lograr mis metas y por el instinto que me hace buscar nuevas oportunidades. Por todo lo que he alcanzado, por los buenos recuerdos que pintan una sonrisa en mis labios y en mi alma. Por mis sueños y esperanzas, que son las semillas de mis proyectos futuros. Por despertar cada día con ideas nuevas, por las ganas de llevarlas a cabo y por la seguridad de lograrlo. Doy gracias por tener la suerte de poder trabajar en lo que tanto me gusta y disfruto.

Hoy y siempre, agradezco a los ángeles que me protegen y no se apartan de mí. Doy gracias por tener un esposo que me ama de verdad y me respeta profundamente; por mis hijos y su amor total, desinteresado e incondicional; por mis hermanas que me apoyan y por los familiares que aún me acompañan.

De corazón, doy gracias por tener amigas que me quieren y se dejan querer, que están de mi lado, que me animan y no me abandonan. Agradezco a todos los que me aceptan y me aprecian como soy, permitiéndome relacionarme con ellos e intercambiar ideas y opiniones.

Estoy agradecida de poseer este cariño puro que llevo dentro y que pongo en todo cuanto hago. Doy gracias por ser capaz de vivir el amor real, que me eleva, me hace desear ser mejor cada día y buscar nuevas formas de ayudar a los demás.

Gracias a aquellos que me regalan una sonrisa y a las almas brillantes que iluminan todo a su alrededor. A quienes me enseñan y me ayudan, y a aquellos que se dejan enseñar; y sobre todo, a la gente agradecida que me permite ayudar.

Agradezco inmensamente a mis padres por la constancia y la tenacidad que aprendí de ellos. Por los valores reales que me inculcaron, llenando mi corazón de amor, respeto, honestidad, aceptación y solidaridad; sin espacio alguno para el rechazo, los resentimientos, los rencores ni el odio. Les doy las gracias por haberme dado alas para alcanzar la libertad total de pensamiento y obra que me permite realizarme como ser humano y vivir mi vida a plenitud.

Hoy y siempre, doy gracias por poseer el raciocinio que me proporcionó una educación objetiva, amplia y sin prejuicios; esta capacidad que me hace respetarme a mí misma y me permite ver las cosas con claridad para tomar mis propias decisiones, sin tener que obedecer órdenes a ciegas impuestas por cualquier persona, organización, cultura o tradición, y que a la vez me deja ser tolerante sin que nada me escandalice.

Estoy agradecida por mi sensibilidad y por la dicha de tener sentimientos profundos y poder vivirlos intensamente; por la alegría y los suspiros, y por aquellos instantes que me hacen cerrar los ojos, dejándome sin aliento.

Agradezco tener la capacidad de asombro que llevo tatuada en mi alma, cual mancha de acero. Doy gracias por poder usar mis sentidos para disfrutar el rocío salado con aroma marino que me envuelve en su murmullo y ver las estrellas fugaces saltando en el cielo oscuro. Por saber valorar el sol, la lluvia y el aire limpio, espejos de la belleza de la naturaleza todos los días de mi vida.

Así, doy gracias por la felicidad y la paz que viven dentro de mí, recordándome siempre que la vida es bella y me acompañan a dormir cada noche con la conciencia tranquila, teniendo la certeza contundente de que todo estará bien.


©2012 PSR



miércoles, 25 de enero de 2012

W A N D A


Wanda, llegaste 
para quedarte fija
en mi corazón.

Alma brillante
me inspiras gran respeto
y paz a la vez.

Nunca abandonas
tu espíritu al destino
…la vida es tuya.

Dama hermosa
nos conquistas a todos
con tu sonrisa.

Amiga noble
te deseo lo bueno
eternamente.



©2012 PSR



miércoles, 9 de marzo de 2011

LA MUJER

El Día Internacional de la Mujer. Cien años de luchas organizadas, y tanto que queda por hacer. Hay tantas cosas que se han dicho sobre las mujeres y sus maravillas, tantos clichés inundan las mentes de la gente, tantos sentimientos evoca un rostro femenino. El triste hecho es que todos conocemos a las mujeres como seres fascinantes desde cualquier ángulo: mezclas de misterio, ternura, sensualidad, fortaleza, heroísmo, terquedad, nobleza, pasión e instinto de supervivencia; pero en el fondo no nos gusta recordar que generalmente tienen todas las de perder. Sin embargo, estoy orgullosa de saberme parte de ellas, que en su afán de perdurar e imponerse dignamente, siguen desafiando la realidad despótica que les tocó vivir. Me cuesta creer que miles de millones de mujeres maltratadas en todo el mundo celebren este día “internacional”. A pesar de tantos esfuerzos, no han llegado a ellas los avances de las campañas por la reivindicación femenina; en la práctica ni siquiera las ha alcanzado el movimiento de los derechos humanos por el respeto o la igualdad como individuos.

Tanto camino recorrido por la humanidad, tanta historia, tantos siglos y tantos supuestos avances de las civilizaciones, y aún hoy en día las mujeres siguen siendo víctimas de sociedades, religiones, sistemas y hombres que las dominan y abusan de ellas de todas las maneras posibles. A mis ojos, todavía no hemos terminado de salir de las cavernas, y realmente nos falta bastante para acercarnos a la luz.

No voy a convertir esto en una descarga feminista contra los hombres, es solo que la realidad femenina de cada día me intranquiliza, llenándome de coraje y tristeza a la vez. Aunque compartimos la naturaleza humana desde el punto de vista biológico, evolutivo y espiritual, las mujeres y los hombres son diferentes en su esencia. Es cierto que hay buenas y malas personas independientemente de su género, pero lamentablemente, los hombres que de verdad respetan a las mujeres son pocos. De hecho, son demasiado pocos. Y como el mundo sigue casi en su totalidad en manos de la gran mayoría de los hombres, las mujeres no tienen mucha oportunidad de mejorar su situación de manera significativa. Las mujeres siguen sometidas a leyes discriminatorias hechas por hombres que en su momento estaban totalmente convencidos de su superioridad frente a ellas, y aunque hoy en día se percibe un ligero avance en las legislaciones de ciertos países, demasiadas veces los cambios no van mucho más allá del papel.

Aunque hay sociedades más primitivas y otras supuestamente más avanzadas, en todas, las mujeres son vejadas. No existe justificación para el maltrato físico y emocional que soportan las mujeres en cada rincón del planeta. Hay momentos en los que percibo sobre mi piel el odio enfermizo que sienten algunos hombres hacia las mujeres únicamente por su género. Un odio inmenso al que solo le encuentro explicación en el miedo a lo desconocido y en la intimidación que se experimenta frente a quienes resisten tantas afrentas estoica y dignamente.

Las mujeres constituyen una minoría social, y como tal, están marginadas en distintos aspectos que muchas veces les impiden desarrollarse a plenitud. Todavía hay demasiados pueblos que violan los derechos humanos de las mujeres, anulándolas con la excusa de la tradición cultural o la religión, sobre todo entre los grupos fundamentalistas. Se les acusa de ser el motivo de perdición de los hombres, lo que justifica vejarlas mediante diversas prohibiciones de comportamiento o vestimenta; a veces incluso a punta de insultos o castigos corporales. Es inconcebible que todavía haya mujeres condenadas a lapidación a consecuencia de la puesta en práctica de leyes anacrónicas, machistas e injustificablemente crueles. De la misma forma, la peligrosa circuncisión y mutilación femenina con la excusa de ritual cultural, solamente existe para mantener a la mujer en total sumisión frente al marido. Y no olvidemos el aborto de las hijas hembras por preferencias culturales y sociales… Esta misoginia cultural y religiosa, junto con la diferencia en sus derechos comparados con los de los hombres, mella irremediablemente el espíritu de las mujeres, que continúan siendo vistas como una simple propiedad y todavía hoy se saben menos valiosas para sus maridos que un animal de carga. Como mujer, no puedo evitar sentirme ofendida cada vez que me topo con un escenario aberrado como esos.

Si bien a lo largo del tiempo han surgido mujeres importantes que influyeron de manera decisiva en diferentes episodios de la historia de la humanidad, ellas constituyen casos aislados, ya que la inmensa mayoría no ha podido levantar cabeza desde el mismo instante que les dieron por primera vez con el garrote. Entre tantas otras cosas, se les ha condenado a muerte con la excusa de ejercer la hechicería, son vendidas y esclavizadas con fines sexuales, son víctimas de crímenes de odio únicamente por su condición femenina y han sido convertidas en objetos con la excusa de hacerlas deseables para los hombres, con el solo fin de complacerlos. Por eso mismo ha surgido la exigencia irracional de una gran parte de las mujeres, de ajustarse a ciertos cánones de belleza que les impone la población masculina. Ciertamente, es delicioso sentirse deseada, pero debo reconocer que me desconcierta el hecho de que a tantas mujeres les importe más lo que piensen los hombres que lo que ellas mismas puedan querer o pensar a la hora de escoger la ropa que se pondrán. Tiendo a ver un problema de autoestima aquí, tal vez porque siempre he sido de la opinión que cada quien debería cuidar su aspecto para sentirse bien consigo mismo; al fin y al cabo, nosotros somos las personas más importantes en nuestras vidas.

Las mujeres tienen una voluntad y una fuerza interna tremendas. Son quienes gestan y paren los hijos, los cuidan y se ocupan del resto de la familia. Para la inmensa mayoría de la gente, este hecho hace suponer que ellas son responsables del mantenimiento del hogar, con la obligación innata de servir al marido y la familia. Del mismo modo que la crianza de los hijos, el trabajo del hogar es uno de los más arduos y poco reconocidos, y nunca se da por terminado. Así que, con el paso del tiempo, muchas mujeres perciben una presión excesiva por parte de la familia, el trabajo y la sociedad, que las hace sentir utilizadas. Al no recibir a cambio el respeto y agradecimiento de los demás, se ven abandonadas y con la autoestima lastimada. Entonces corren el riesgo de deprimirse y recurrir a alguna gratificación externa como el alcohol o los fármacos. Me duele tanto saber de casos como estos con demasiada frecuencia.

La percepción tergiversada de una misma actitud por parte de los hombres o las mujeres resulta injusta como mínimo. Si un hombre tiene varias relaciones al mismo tiempo, la sociedad sonríe y lo llama mujeriego, mientras que si una mujer hace lo mismo, la condenan y la llaman prostituta. En realidad, ambos solo son promiscuos, pero la mujer se gana los insultos con la excusa de que es o será madre, y por lo tanto, es distinta del hombre.

Para cualquier mujer, ser madre es una opción, no una obligación. En general, los instintos más primordiales llevan a las mujeres a cuidar de los demás, pero esto no significa que necesariamente deban tener hijos o casarse; estas son decisiones muy personales en las que no debería influir la cultura, la religión ni la familia. Tener hijos es algo muy hermoso y muy serio; son el compromiso más grande en que se incurre a lo largo de la vida. Hay mujeres que aparte de ser madres desean realizarse en los estudios o laboralmente; hay otras que necesitan trabajar para vivir. Me desalienta comprobar que aún existen demasiados obstáculos en cuanto al avance profesional y laboral con la excusa de que los hijos puedan distraer o impedir el rendimiento de estas mujeres en el trabajo. En general, las mujeres reciben una menor remuneración que los hombres por llevar a cabo la misma tarea, y en demasiados casos la mano de obra femenina es abusada con malas condiciones laborales, algunas incluso esclavizadoras. No, las mujeres no disfrutan de los mismos derechos que los hombres. Igual pasa con la educación escolar y universitaria, a la cual demasiados millones de mujeres en todo el globo todavía no tienen acceso.

Me extraña un tanto cuando escucho a diferentes personas afirmar que en ciertos países desarrollados la situación de la mujer es buena. Tal vez en esos países no existan presiones culturales o religiosas que justifiquen algunos tipos de maltrato, pero se sabe que lamentablemente la violencia y los crímenes de género van en aumento en todo el mundo. Parece que en lugar de desarrollarnos como sociedad humana, más bien vamos retrocediendo. ¿Acaso es tan difícil entender que debemos respetarnos, tolerarnos y aceptarnos los unos a los otros? A todos los niveles, la falta de respeto hacia la mujer por parte del hombre y la sociedad es algo tan común que comienza a levantarme ronchas; me estoy volviendo alérgica a tanta desfachatez. Simplemente se da por sentado que el mundo siempre ha sido así, y que por lo tanto es algo natural. De lo que mucha gente no se percata, es que decir eso es confirmar que el ser humano no ha dejado de comportarse como un animal y todavía no hemos decidido bajar de los árboles. Igual que en muchas otras especies, en la humana por lo general el hombre es más grande y tiene una mayor fuerza física que la mujer; esto le permite dominarla como una manera de reafirmar su hombría. Al saberse superior, el hombre se siente cómodo amedrentando y maltratando a la mujer, que generalmente no encuentra otra salida sino aceptar las reglas y dejarse someter. Hay casos de hombres que de alguna manera se sienten amenazados por la valentía y la fortaleza de las mujeres, y su instinto es agredirlas cobardemente. En otros casos más, los hombres vierten sus propios complejos en las mujeres y por eso las maltratan. Estos comportamientos primitivos tienen que ver con la ventaja que para el macho representa la intimidación ocasionada por la diferencia en talla. Vemos que sucede lo mismo entre otros animales; generalmente los grandes dominan a los pequeños. Otro ejemplo más cercano lo vivimos todos días en las ciudades, cuando mujeres y hombres que conducen autos grandes se creen dueños de la vía y hacen caso omiso de los vehículos pequeños, muchas veces lanzándose imprudentemente sobre ellos. Claro que siempre hay excepciones; en la naturaleza están los animales pequeños y muy peligrosos que advierten a los demás del riesgo mediante señales externas como ciertos colores, sonidos o formas. En los hombres pequeños equivale a la amenaza, el uso de armas y la dominación psicológica.

Muchos hombres sencillamente odian a las mujeres, entre otras cosas, porque tal vez nunca nadie les enseñó a respetarlas y quererlas. Lamentablemente, la educación que reciben en casa es la razón por la que el machismo y el maltrato siguen perdurando a través del tiempo. En general, el machismo lo fomentan las propias mujeres; madres, hermanas y parejas ven este comportamiento como el más natural y enérgico, digno de todo un hombre. Si en las sociedades machistas la violencia física y el abuso psicológico contra la mujer son bien vistos, ¿qué les depara el futuro a tantas mujeres?

Se supone que la mujer está mejor en los países que tradicionalmente no son machistas. Por desgracia, hay demasiados casos en los que, a pesar de la ausencia del maltrato físico, es la actitud del hombre la que golpea espiritualmente a la mujer. La falta de respeto, comprensión y apoyo la van destruyendo poco a poco. El chantaje financiero y emocional, sentir que el marido no tiene interés en ellas, saberse rechazadas, tratadas con indiferencia y el solo hecho de tener que pedir permiso para salir, son cosas que nunca he podido entender.

En general, las relaciones de maltrato físico giran alrededor de la falsa percepción de que él la quiere pero es muy temperamental, por eso ella tolera el hecho de que la degrade. El hombre le pega a la mujer pero luego le pide perdón, le dice que la ama y que no lo volverá a hacer. Con chantajes de toda clase se va desarrollando una relación sadomasoquista en la que la mujer se vuelve dependiente del hombre que la humilla y la agrede, siempre con la esperanza de que él cambie por amor a ella. Hay demasiadas muertes por relaciones de este tipo cada día en todo el mundo, todas ellas injustificadas, todas ellas por falta de amor… de amor propio. Me da temor recordar que todavía hay demasiadas culturas en las que es común escuchar tanto a mujeres como a hombres, decir frases como: “si tu marido no te pega es porque no le importas”, “si no te cela es porque no te quiere”, “hay que pegarle a la mujer para que aprenda” y “le pego para que sepa quién es el que manda”. Sé que los mensajes en pro de la mujer están avanzando, pero mientras se continúe sembrando y cultivando el atraso en las mentes de las personas, los esfuerzos por darle dignidad a la mujer requerirán cada vez de más tiempo y energía.

Finalmente quiero mencionar que me siento profundamente insultada cada vez que presencio cualquier expresión artística en la que se justifica o embellece la violencia hacia la mujer. Me parece indignante que se produzca música con mensajes misóginos, y más aún, que las mujeres la apoyen por pensar que de alguna manera se trata de algo romántico. Esto es una muestra alarmante de la poca autoestima de aquellas mujeres que participan en la difusión de esos mensajes. Lo mismo sucede con la publicidad, que por el mero afán de atraer al consumidor, cada vez convierte más a la mujer en un trozo de carne que está a la disposición del que la pueda pagar.

Definitivamente, nuestra especie todavía no ha aprendido a andar erguida.


©2011 PSR

miércoles, 9 de febrero de 2011

ABUELA

Se fue la abuela. Tenía 92 años. La abuela fue una de esas mujeres fuertes en todos los aspectos, que me inspiran un gran respeto y una profunda admiración. Una perfecta representante de aquella generación europea nacida después de la Primera Guerra Mundial que tuvo que hacer valer su instinto de supervivencia desde el mismo instante en que sus pulmones se llenaron de aire. Esa generación produjo mucha gente valiosa; gente tenaz, luchadora, sin miedo al trabajo o a pasar penurias, con la mirada siempre puesta en la meta de un mejor provenir.

La abuela nació en un pueblo de España donde la conocían como La Lecherina y murió en una ciudad de Venezuela, donde la conocieron como La Reina de la Química. Como tantos otros, tuvo que trabajar desde muy joven para sostenerse. Así fue diseñando su propio destino, sopesando cuidadosamente cada paso que daba. Conoció al abuelo, se casaron en medio de la Guerra Civil Española y tuvieron un único hijo. Tenían un puesto de frutas en el mercado, pero sabían que con trabajo y esfuerzo podían mejorar su calidad de vida. Un día decidieron que sería conveniente emigrar de la destrozada España. La idea inicial era irse a los Estados Unidos, porque la abuela tenía una amiga que le contaba lo bien que podía vivir allí y le ofreció brindarle ayuda si la necesitaba. Pero el destino tuvo otros planes y decidieron ir a Venezuela, un país suramericano joven y en esa época desconocido, en el que había un programa de inmigración selectiva por parte del gobierno, que apoyaba a trabajadores europeos, principalmente de España, Portugal e Italia (aunque también llegaron franceses, alemanes —como mis padres— y otros más), ayudándolos a ir allá para trabajar, levantar y echar adelante esa Tierra de Gracia.

La abuela y el abuelo llegaron a Venezuela trayendo solo el polvo de su patria en los zapatos. Fueron pobres durante un tiempo, solo el que les tomó aprender seriamente un nuevo oficio para volverse tan buenos en él que pudieran vivir de eso. El abuelo incursionó en la ebanistería y la abuela comenzó de manera sencilla a cortar cabello. Respondiendo a su ímpetu innato de avanzar sin importar las circunstancias, fue ensayando diferentes técnicas de estilismo y luego se enfocó en los tratamientos químicos para el cabello. La abuela se hizo peluquera por iniciativa y empeño propios, trabajando sin descanso, aprendiendo sin cesar y practicando las últimas novedades estilísticas que la mantenían siempre al día.

Además de eso, la abuela se estaba desenvolviendo como una mujer de negocios. Instintivamente comenzó a ahorrar e invertir, logrando establecer una peluquería propia. Allí, ella enseñaba a mujeres y hombres jóvenes que querían aprender estilismo, entrenándolos en su salón de belleza hasta convertirlos en excelentes profesionales. Después de un tiempo, vendió esa primera peluquería y abrió otra con nuevo personal, al que también instruyó en las artes de la belleza. Esto lo repitió varias veces, llenando la ciudad entera de salones de belleza fundados por ella.

La abuela, como tantos otros inmigrantes, ayudó a desarrollar esa tierra que ella había elegido para vivir y de la que se enamoró inevitablemente, igual que le sucedió a todo aquel que por razones del destino puso los pies y el alma en ella. De no tener nada, trabajando sin parar, logró convertirse en una fuente de buen empleo para muchos otros que la querían y respetaban por lo que ella era: un ejemplo de supervivencia y crecimiento en todos los sentidos.

Así, la abuela se convirtió en una leyenda viviente. Recibió varios homenajes en Nueva York y en otras ciudades por su larga trayectoria profesional en el área de la belleza, pero tal vez lo que más orgullo le daba era saber que había enseñado a tantos otros aquello que ella misma había aprendido, dándoles la oportunidad de desempeñar un oficio decente del cual poder subsistir.

No hay duda de que la abuela fue una mujer excepcional. Fuerte y luchadora por naturaleza, nunca se dejó doblegar. Vivió como quiso, sin que nadie le dijera lo que debía o no debía hacer; así mismo fue hasta el final…

Hoy, la abuela se marchó. Seguro comenzará algo nuevo allá donde vaya. Hasta luego Abuela, te quiero mucho.


©2011 PSR

miércoles, 22 de septiembre de 2010

FRENTE AL FUTURO

Sentada en el malecón mirando el mar me tranquilizo. Ver su inmensidad, sentir su fuerza imbatible conteniendo tanta vida, saber que nos proporciona mucho del oxígeno que respiramos y del alimento que nos nutre, y ver las olas que nunca dejan de moverse me hace comprobar que el tiempo no se detiene, el camino siempre continúa y que al final todo estará bien.

Todos nacemos con el mismo potencial para ser dichosos, aunque las circunstancias en que nos desarrollemos sean infinitamente variadas. Sea cual fuere la nuestra, siempre queremos y buscamos que todo esté bien, porque así es como debería ser, ¿no? Lamentablemente, de tanto en tanto comprobamos que no es así. A pesar de que pongamos mucho de nuestra parte para ser felices, a veces suceden cosas que, como enormes barricadas, se van amontonando dentro y fuera de nosotros, impidiendo que alcancemos la tan anhelada dicha. Es entonces que debemos reaccionar y actuar con más ánimo y energía para deshacernos de las cosas negativas que se interponen en nuestro camino.

Concibo la felicidad como un estado espiritual; todos la llevamos dentro, tan sólo debemos activarla para que se muestre en su máximo esplendor. Somos felices cuando nos sentimos satisfechos por algún logro, cuando nos complace poseer o disfrutar alguna cosa o situación. La tranquilidad es uno de los elementos que más contribuye a nuestra felicidad. La salud es otro, igual que el amor. Si nos sentimos sanos, en paz y contentos, muy probablemente no nos haga falta mucho más para percatarnos de que somos felices. Entonces, pasamos el interruptor y dejamos que la felicidad nos inunde y se desborde por nuestros ojos, boca, piel, cabello, músculos, voz y alma.

Cuando somos felices de pronto nos damos cuenta de la existencia de tantas cosas bellas que nos rodean e instintivamente suspiramos. Comenzamos a respirar muy hondo para incorporar en nosotros todo aquello que disfrutamos y nos hace bien, lo dejamos dentro por unos momentos para que nos llene e impregne nuestra alma y luego lo dejamos salir de golpe para que regrese donde estaba y nos siga envolviendo y abrigando. Al recordar un sueño bonito también suspiramos y muchas veces sonreímos. En todo caso, cuando somos felices se nos nota, y eso es bueno porque podemos contagiar a los demás, aunque sea por un rato.

Me siento feliz cuando hago sonreír a alguien; más aún si logro hacerlo reír. Y si ese alguien es un desconocido, mi felicidad se multiplica. Aquí en Puerto Rico es fácil hacer reír a la gente, tal vez porque los boricuas son más tranquilos y tienen buen humor. En las calles se siente la buena disposición y la alegría de la gran mayoría, cosa que en otros países lamentablemente se ha perdido. Los puertorriqueños son educados y tienen esa paciencia isleña que tanto bien les hace para sobrellevar la rutina del diario vivir con sus altos y bajos.

Me encanta comprobar que la gente se respeta entre sí a pesar de cualquier diferencia que pueda existir, dirigiéndose al otro sin odios ni rencores infundados. Poder hablar con alguien y que no me respondan de mala manera es algo muy agradable; y que las conversaciones sean a un volumen bajo es extremadamente cómodo, lo admito. Todo es apacible aquí, incluso el tono de voz del boricua. Definitivamente, es fácil acostumbrarse a las cosas buenas que no encontramos en otras partes.

Muy cerca de Venezuela, en pleno Mar Caribe, Puerto Rico tiene una naturaleza, unos paisajes y una raza muy parecidos a los de mi país. Me he enamorado de esta bella isla y de su gente; lo encuentro todo tan similar a lo que solía ser Venezuela antes de irme, hace no muchos años atrás, cuando éramos felices y no lo sabíamos. El puertorriqueño es tolerante y no discrimina; vive y deja vivir a los otros. Es amistoso y buen anfitrión, quiere que los demás se sientan bien en su tierra. No concibe la injusticia y se compadece de los demás. Tiene esa picardía que hace que sus ojos brillen cuando sonríe, porque afortunadamente, aún tiene motivos para sonreír. Y una de las cosas más importantes: aquí todavía se puede disfrutar de la vida y ser feliz.

Vivir en este bello país que me ha abierto sus puertas para seguir creciendo como persona es un regalo invaluable que aprecio profundamente. Aquí me siento arropada, libre y dueña de mis derechos; no temo por mi vida por el sólo hecho de salir a la calle o de poseer algo de valor que lleve conmigo; puedo opinar sin pensar que me echarán de mi empleo o sufriré alguna otra represalia; los servicios públicos funcionan; la calidad de vida le permite a la gente salir adelante y trabajar para convertir sus sueños en realidad; existe la solidaridad porque todos aquí están conscientes de que comparten el mismo suelo y la misma historia, con sus aciertos y sus fallas.

Llegué a Puerto Rico con mi familia hace algunos años ya, por razones laborales. Mis hijos han pasado más de la mitad de sus vidas aquí, disfrutando de la tranquilidad que brinda este trocito de tierra antillana. Como madre que soy, cuido a mis hijos y velo por ellos. Trabajo para darles una buena educación y un futuro sólido en el que crezcan como ciudadanos de bien en un país libre, de la misma manera que lo hicieron mis padres conmigo en aquella Venezuela bella y próspera donde tuve la suerte de nacer. Al igual que tantos otros, mis padres emigraron de su país en busca de un mejor porvenir y llegaron a esa tierra de gracia con mil sueños y dos maletas. Mi caso fue diferente; fui a hacer una especialización profesional en el exterior para luego regresar a casa y poner en práctica lo que hubiese aprendido, pero en el camino mi vida cambió y me mudé a otro país. Eso fue ya hace 16 años. En todo ese tiempo he vivido en diferentes sitios sin dejar nunca de sentirme venezolana; eso no es algo que se borre por el simple hecho de pisar otro suelo. El amor es un sentimiento profundo que llevamos dentro y no depende de cuán cerca o lejos nos encontremos de aquello que amamos.

Hoy aquí, tan cerca de mi tierra natal, y viviendo en paz y con libertad, puedo ver a mis hijos a los ojos con la tranquilidad de saber que, con los valores morales y éticos que les enseño, serán responsables de hacer realidad sus propios sueños sin tener que seguir forzosamente un guión ideológico preconcebido, sin dejarse llevar por odios ni rencores prestados ni discriminaciones artificiales, tan sólo haciendo lo que les dicte la conciencia y la razón. Tendrán el poder para buscar y encontrar su propia felicidad; y eso solamente se puede lograr en libertad. Yo he tenido la fortuna de entender todo eso que me inculcaron mis padres y ahora se lo transmito a mis hijos como algo imprescindible, impostergable e imperativo en la vida. De nosotros y de nadie más depende lo que resulte de ellos; nuestro presente es la semilla de su futuro. Tan sólo debemos dar el ejemplo demostrándole a la siguiente generación que de verdad aprendimos las cosas importantes que nos enseñó la anterior.

Estamos claros; cada quien sabe exactamente lo que debe hacer.



©2010 PSR

miércoles, 9 de junio de 2010

MUJER

Obra maestra
de la vida
creación original
completa
encantadora.
Un sinnúmero de sueños
deseos
anhelos
expectativas genuinas
te adornan entera
por dentro
y por fuera.

Manojo de sentimientos
universo de ideas
fantasías
nuevas
propias.
Curiosa descubres
tu existencia.
Paso a paso
la imaginas
brillante
a todo color
y con la mejor música de fondo.

El destino te va llevando
a veces de la mano
otras con indicaciones
y algunas a leves empujoncitos
…o no tan suaves.
Cumples
con tu parte.
Cada día
llenas los requisitos
que exige el personaje
que encarnas hoy
mientras te preparas
para el rol que te tocará
mañana
y pasado mañana también.
Lo que aún no sabes
es que los papeles en tu obra
se crean pero no se destruyen
ni se transforman
tampoco se sustituyen
sólo se acumulan
incesantemente.

Eres mujer
inigualable
insustituible
todos lo saben.
Tesoro preciado
por muchos
que temen admitirlo
por envidia
por vergüenza
o para no perder
su puesto
…o su poder.

Personaje único
eternamente femenina
siempre tú
como tantas
cientos de roles
máscaras
trajes.
Debes estar lista
para responder
en todo momento
aunque tal vez
nadie te lo pregunte
¿a quién amas?
¿a quién quieres?
¿qué tanto?
¿de qué manera?
¿cuándo?
¿dónde?
¿por qué?
Todos se sienten dueños
de ti.
Todos se saben tus dueños
simplemente es así.

Entonces
cada tanto
en medio de tu rutina
entre los niños y la cena
a medio preparar
te asaltan impertinentes
las dudas
implacables
intolerantes
¿quién te quiere
realmente?
¿quién te ama a ti?
Piensas
intentas responder…
mas no siempre lo logras.
Suena el teléfono
alguien te necesita
de nuevo.
Otro alguien se molesta
por esa llamada entrépita
a una mala hora.
¿Quién te entiende?
¿quién te ignora?
¿quién te usa?
¿quién te abusa?
Lo sabes, sí
te duele
aunque no quieras admitirlo…
Apasionada por naturaleza
romántica sin remedio
con qué facilidad
te dejas chantajear…
¿Quién te contrata?
¿quién te paga?
No siempre valoran
recompensan
respetan
el esfuerzo diario
por mantener el orden
cualquiera que sea éste
el tiempo
invertido en la educación
de tus hijos
y el amor…
el amor.
¿Quién espera qué cosa
de ti
constantemente?
Todos…
todos lo esperan todo
¡por supuesto!
¿Quién sabe qué puede lograr
contigo
naturalmente?
¿Quién te pone a prueba
una y otra vez
para demostrar
hasta dónde puede llegar
impertinente?
Ellos, ellas
el grupo entero
¡…y alguien más!
¿Qué tanto haces?
¿cuáles esperanzas le confiesas
a quién?
A veces es mejor confiar en un extraño…
¿Cuánto trabajas
para quién?
Demasiado haces
por los demás.
¿Qué tanto más debes producir?
¿cuándo?
cuándo…
¿Cuándo te das un tiempo
para detenerte
a respirar
tranquila
profundamente
a plena luz del día?
Tómate un momento
para ver las nubes
mirar a la gente
sus rostros
los ojos de otros
con calma
detallar los verdes
todos distintos
de las plantas
en la calle
en el parque
tocar una flor
sus pétalos
y sus espinas.
Sabes que te lo mereces
inténtalo hoy
recuerda qué se siente
disfrútalo
y luego llámame
para contármelo.

Mujer
alma bella
infinitamente hermosa
desde cualquier ángulo.
Fascinante
ser humano
de mil responsabilidades
simultáneas.
Eres hija, hermana
madre, abuela
esposa, amante
trabajadora
cabeza de familia
compañera
amiga.
Eres tú
lo sabes
pero ante todo
y sobre todo
eres mujer
siempre
…eternamente.



©2010 PSR

miércoles, 23 de diciembre de 2009

ALMA GEMELA

“…Alma gemela, no sabía que existías. Eras un concepto extraño, etéreo, totalmente ajeno a mi realidad. A pesar de que soy sensible a tantas cosas intangibles, ignoraba que pudieras ser. Pero hoy, sin buscarnos siquiera, nos encontramos y de inmediato lo supe: hemos estado revoloteando por cada lado, vibrando en sintonía sin percatarnos, rozando nuestra energía levemente en algún cruce fortuito y siguiendo nuestros espacios por separado, cuando en realidad todo eso no era sino una danza en gran espiral loco que nos acercaba cada vez más al inevitable encuentro.

Nunca te busqué; no me hacía falta nadie más. Andaba contenta por la vida coleccionando almas bellas que aparecían solas, a las que abría las puertas para que entraran a vivir en mí, y que llevaba conmigo como parte de mi existir. Incluso hace tiempo te dejé entrar a ti también, sin saber que luego te descubriría como mi espejo. El destino hizo lo suyo; detalles casi imperceptibles se fueron acumulando modestamente en un rincón del ser, hasta que de repente, un buen día de sol y brisa, mi alma se tropezó con ellos y te descubrí a su lado, cuidándolos como quien quiere impedir que el viento revuelva las hojas recién barridas del otoño.

Vivimos en dos mundos paralelos sin puente conector. Sin embargo, siento tu presencia como algo palpable y totalmente real, a pesar de las dimensiones que nos separan. Cada vez te vuelves más imprescindible para mí; imaginar que en cierta medida es recíproco me llena de felicidad y desasosiego a la vez, ¡qué ironía! Nunca me había pasado algo tan fuerte y bello en la vida; sentimientos que se vuelven físicos de la manera más intensa que haya podido registrar mi cuerpo. Un calor perenne en la cabeza que se concentra hacia los lados y la nuca. Una sensación de ardor, vacío y llenura en el estómago, en las entrañas, en el pecho encogido. Una tibieza repentina en el torso y una taquicardia suave pero inminente. Un estar todo el día con tu recuerdo en la mente y el corazón, sin poder registrar hambre ni sueño. En fin, todo mi sistema está trastornado. Esta situación lo está desequilibrando y no puedo hacer nada al respecto. Y sin embargo, de algún modo un tanto masoquista, disfruto a plenitud este sacudón de emociones que trajiste para recordarme que aún estoy viva y que soy capaz de sentir de la manera más sublime. La sonrisa se volvió dueña de mi cara de tanto recordarte. Se me hace prioritario saber de ti; lo necesito para estar en paz conmigo misma y con el mundo. ¿Qué te puedo decir? Contigo me siento arropada; me transmites tranquilidad, me llenas de tu paz y eso me hace bien. Nuestras conversaciones nutren mi alma y me elevan vertiginosamente. A pesar de que me sé una persona espiritual, le has dado un significado aún más profundo a esa espiritualidad; un alcance universal e insospechado que me libera plenamente. No puedo evitar querer verte a cada instante; escuchar tu voz y sentir tu abrazo cálido en una muestra del más puro sentimiento de amistad incondicional. Sabes que estoy a tu lado para acompañarte en cualquier circunstancia que te depare el destino. Nuestras almas se reconocieron y desde ese instante crecen juntas, aunque nuestras realidades sean diametralmente opuestas. Es una verdad contundente que perdurará por toda nuestra existencia; algo que nadie nos quitará jamás.

Además del gran afecto que crece veloz y fuerte, siento un enorme y profundo respeto hacia ti, tus ideas y tu manera de vivir. Me parece que eres un ser humano excepcional y me siento muy orgullosa de poder compartir momentos contigo, con todo lo que eso implica; sueños, gustos, vivencias, opiniones. Y sobre todo, me siento verdaderamente honrada al recibir de ti tantas manifestaciones de cariño, junto al inmenso regalo de tiempo de tu parte; lo más preciado y escaso que hay. No te imaginas lo importante que todo esto es para mí; haber encontrado una persona como tú, en la que además puedo ver el reflejo de mi alma.

Me siento extremadamente cómoda contigo. No tengo que usar ninguna máscara ni esconderme detrás de un disfraz; puedo ser yo misma, y eso me da una libertad incalculable, total. No tienes una idea del gran bien que me haces. Los momentos que compartimos son un respiro, a la vez que me llenan de vida, de alegría y de optimismo. Me he vuelto adicta a tus poemas, tus sueños, tus palabras bellas, las imágenes y las expresiones fuertes y emotivas con las que me cuentas de tus amores y tu vida. Por favor, no dejes de hacerlo nunca. Es para mí un honor saberme lo suficientemente importante como para que me confíes algunas de tus cosas, y te lo agradezco de corazón, no sabes cuánto.

Eres un alma de luz que ilumina todo a su alrededor, sin final a la vista. Tu historia me inspira y me intriga; eres una de las personas más generosas y apasionadas que he conocido jamás, y me da una alegría indescriptible poder confiarte esto con todo el cariño y la admiración que te mereces. Deseo que seas inmensamente feliz, como lo soy yo por habernos reencontrado. Anhelo que todos tus sueños se hagan realidad; que encuentres a la persona indicada para compartir tu vida, sin que ello signifique excluirme de tu ahora continuo e infinito. No podría resistir tu ausencia deliberada; enfermaría de tristeza sin antídoto alguno para mi mal, y eventual y calamitosamente sucumbiría ante tan enorme pena. Me da miedo extrañarte porque sería una prueba de que no te tengo. Sin embargo, sé que estás conmigo de una manera mucho más profunda, y eso me llena de dicha. Espero que lo que tenemos ahora no se acabe jamás, para que siempre estemos presentes en el corazón, la mente y la realidad mutua.

Sabes que te quiero. Por favor, nunca lo olvides…”.


©2005 PSR
fragmento tomado de un trabajo en proceso

miércoles, 30 de septiembre de 2009

ESTUDIANTES

ejército de sueños
armado de flores
se acerca sin tregua
aniquilando al paso
desesperaciones
posiciones grises
extremos absurdos
inalcanzables

cardumen de sonrisas
aparece repentino
suavizando la tormenta
que el destino impuso
groseramente en la vereda

sumatoria del ímpetu invencible
sumatoria al infinito
sumatoria lógica
sumatoria desafiante
del odio
la resignación
la injusticia
siempre sumar y multiplicar
paz
libertad
siempre, por siempre
y nunca, nunca
dividir o restar
¡jamás!

miles de ojos gritan
haciendo añicos las estructuras
del pensamiento opresor
miles de bocas callan
dejando un espacio abierto
para expresar otra opinión
nueva
fresca
genuina
limpia
miles de manos caminan
manos creadoras
pulgares enganchados
como aves libres
manos que vuelan
vuelan lejos
en loca bandada
desbandada natural
del ser inquieto

caravana de ideales
que exige respeto
y tolerancia
sembrando esperanza
multicolor
multiforma
multipensamiento
multirealidad
multiplicando la felicidad
contagiando aquellos
que se veían perdidos
¡pero ya no más!


©2007 PSR