LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 11 de mayo de 2016

SER (II)


Siempre atentos
sentidos fieles a mí
muestran el mundo.

Éxtasis total
mis fibras estremecen
en lluvia y viento.

Risa y ternura
llenan mi respiración
dándome la paz.


© 2016 PSR


jueves, 28 de abril de 2016

TIEMPO


Tranquilo avanzas
por todas direcciones
sin un sentido.
 
Impetuoso eres
cuando no lo requiero
en mí te encoges.
 
Entre mil mares
asida al segundero
floto náufraga.
 
Me angustia saber
que nunca más volverás
a ser inicio.
 
Presionas vidas
traes contigo muerte
eres destino.
 
Ondeas libre
como mancha de viento
me disuelvo en ti.


© 2016 PSR

miércoles, 24 de febrero de 2016

PRIMA-VERA

La sonrisa del sol
entre miles de hojas nuevas
despierta fibra a fibra
aquellas raíces profundas
de mis primeros sueños.

Destellos amables
nacen al albor
en cada suspiro de rocío
refrescándome el alma.

Un pétalo a la vez
universos silvestres conquistan
grietas en el cemento
...en algunos corazones también.

En árboles y trinitarias
inmensas o minúsculas
los oscuros botones buscan aire
sol, viento
quieren respirar
la primera orilla de calor
que recibe la tierra
la primera franja de vida
que se despereza
la primera luz
la primera
parida en primavera.


© PSR 2016


miércoles, 8 de abril de 2015

M A D E L I N E


Mujer y encanto
de trato fino y cortés
sonrisa abierta.

Apláudete hoy
invita a ver más lejos
del horizonte.

Dama genuina
esparces melodías
adonde llegas.

Eterno brillo
en tus cuencas castañas
tan picarescas.

Limpia mirada
desnuda de prejuicios
respira libre.

Íntegra y recta
avanzas con paciencia
¡nunca claudiques!

Niebla pasada
no opaca, no enfría
se desvaneció.

Eres música
tu océano es viento
tu puerto, luna.


©2015 PSR

miércoles, 21 de enero de 2015

P A S O S


Para adelantar
tengo que levantarme
aunque no pueda.

Apoyo mis pies
en terreno inestable
…me quiere tragar.

Soy la única
que rompe el aire inquieto
domo la brisa.

Olas contra mí
marejadas salvajes
burlo nadando.

Sé que lo haré
el futuro me espera
paso a paso.


©2014 PSR

miércoles, 15 de octubre de 2014

S I G L E M A


Soy un poema
que respira palabras
en cien mil voces.

Imagen viva
se mueve entre líneas
y me levanta.

Grandes conceptos
crecen en mis estrofas
limpias, sencillas.

Luz de las letras
desdóblame en el papel
ve por el viento.

Espárcete en mí
minúsculo núcleo
potente idea.

Me invitas a ir
al final del gran mundo
y descubrirlo.

Adentro y fuera
soy pequeño e inmenso
en mil respuestas.


©2014 PSR


miércoles, 18 de junio de 2014

B R U M A


Brisa, ¿dónde estás?
la bruma cubre todo
con su manto gris.

Rocío seco
mi alma queda aplastada
por aire sucio.
 
Una gran presión
amarra al espíritu
carente de sol.
 
Mares flotantes
sobre esta bella tierra
grueso algodón.
 
Abriré el cielo
lluvia, viento, sol y yo
libres seremos.


©2014 PSR



SIGLEMA 575

Un siglema 575 es un poema que se escribe en base a las letras de la palabra o palabras que definen su tema y que constituyen su título. El tema es libre y las palabras que lo definen forman el título, el cual queda representado como una especie de acrónimo, con las siglas separadas entre ellas por un espacio. Cada estrofa posee tres versos, de los cuales la primera palabra del primero debe comenzar con la letra correspondiente a la sigla que le toca. La métrica es 5-7-5, con rima libre. Por su naturaleza acrónima, las estrofas deben poder funcionar independientemente como un poema autónomo, y en conjunto, como parte de un poema de varias estrofas que gire alrededor del mismo tema. En un siglema 575 hay tantas estrofas como letras posea el título.

© Patricia Schaefer Röder, 15 de agosto de 2011.


miércoles, 9 de abril de 2014

CAPÍTULO 47



No sé si será el último
nunca se sabe.
¿Tal vez el primero?
No estoy segura.
En verdad
es el único capítulo
que tengo
el de ahora
no es el 46 ni el 48.
Siempre seguí el libreto
que escribieron otros
…este capítulo es mío.
Dibujo un velero
pequeño
yo en la vela
la vela es mía.
Hoy la izo contra el viento
en medio del tifón.
La bajaré sólo cuando sienta
que he llegado al puerto
mas no en este capítulo.
Quiero perderme diez mil veces
buscándome.
Quiero deshacerme en el salitre
y renacer en una gota que cae.
Tal vez me encuentre al fin
en el fondo del arrecife
nadando entre tortugas y corales.
Ahora
me sujeto con fuerza
a las cuerdas
al timón.
No me esperes, amor
puede que no regrese.


©2014 PSR


miércoles, 12 de marzo de 2014

EN LA OFICINA...


“…La rutina diaria en la oficina me aburre. Dentro de todo, prefiero los viajes para cerrar contratos. Al menos conozco lugares nuevos y salgo un poco de la claustrofobia que me produce este laberinto de hormigón y acero. Aquí, entre intrigas y resentimientos camuflados hábilmente con la fingida amabilidad que impone la etiqueta empresarial, lo único que florece son las plantas de plástico que adornan la recepción y el cubículo de la contabilista. Pero cuando estoy fuera, ocupándome de un contrato, me siento más real, más tangible que en el día a día del piso 13 de aquel rascacielos, rodeada de marionetas chupatintas sin libre albedrío, como la que me lanza el espejo en el baño de damas. Irónicamente, los dos lugares más acogedores en la empresa son mi oficina, con su gran ventana, y el baño de damas. Siempre he necesitado poder ver hacia afuera; los espacios cerrados me ahogan. Pero lo que pasa con el baño no lo termino de entender. Tal vez sea por aquella fuentecita eléctrica adornada con piedras que mantiene el agua corriendo eternamente. Lo cierto es que cuando entro en ese sitio, me invade un cierto sosiego que por momentos me hace olvidar incluso la mezcla pestilente de cloro y amoníaco que se asoma insistente a través del “bouquet” industrial y barato. Definitivamente, tengo que comprar una fuentecita de ésas para mi oficina. El sonido del agua que corre por las piedras me tranquiliza y me relaja; hace que pueda sobrellevar las presiones del trabajo y me mejora el humor. Recuerdo que cuando niña, el agua me producía una sensación indescriptible. Era como si invadiera mis sentidos por dentro y por fuera. Igual me pasaba con la lluvia y el viento; eran parte de mi esencia natural. Nadie entendía cuando lo trataba de explicar en la escuela; mis amigas me miraban como si estuviera loca. Pero de eso hace mucho. Tantos años han pasado desde la última vez que fui a nadar, que temo que el agua me rechace…”.


Fragmento de "Yara" ©2006 PSR 
"Yara" aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder.
Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-0-0

miércoles, 21 de agosto de 2013

YARACUY

"...Caminé. Caminé sin parar por horas, y de pronto la vi a lo lejos. Una mano enorme que salía erguida de la tierra. Era una mano vieja a la que le habían amputado el pulgar. A pesar de esto, los demás dedos subían enérgicos señalando el cielo, dirigiéndose seguros y fuertes hacia el azul intenso e infinito. En la base, la muñeca mostraba el paso del tiempo reflejado en los profundos surcos de la corteza que quería descascararse pero aún no había encontrado el momento oportuno. El muñón del pulgar estaba astillado y oscuro, mostrando la cicatriz de una herida mal sanada. Sobre la palma cóncava alguna vez se dieron cita distintas semillas de orquídeas y helechos, que luego abrieron paso a enormes plantas, minúsculas sin embargo, en comparación con la gigantesca mano noble que les daba apoyo, abrigo, sustento. Tronco y ramas surcados por un sinfín de estrías diferentes que los recorrían en todas direcciones. La copa de esta maravilla se extendía generosa y abierta para cobijar toda clase de insectos, ranas, pájaros, lagartijas y pequeños ratoncitos de monte. Era una cornucopia vibrante, noble y silente; llena de vida que la hacía palpitar, clavada inevitablemente en la tierra. El viento que pasaba entre las hojas arrullaba el paisaje verde intenso, moviendo el calor de un lado a otro, envolviendo en su rumor a toda la mano y lo que contenía, calmando el grito excitado de pájaros, ranas y grillos.
 
Al fin llegué, envuelta en la cálida luz de la mañana. Había visto la mano miles de veces en mis sueños ya desteñidos y tuve la fuerte necesidad de conocerla de cerca; de sentirla, de abrazarme a ella; de palpar una a una todas las irregularidades de su tronco. Quise oler el musgo que la cubre por tramos y mojarme con el rocío guardado debajo de los helechos. Curiosa, probé el néctar silvestre y dulce de las orquídeas. Necesitaba escuchar el concierto desenfrenado de los animales que buscan pareja para entender mi propio llamado inquietante y dejarlo salir del vacío en que se ahogaba; del vacío que yo misma sobrevivía a duras penas. Me propuse llenar mis pupilas de todas las formas que me rodeaban; de todos los tonos de verde existentes, de los pardos, de los amarillos. De todos los colores del arco iris, intensos, que están de fiesta perenne en esa mano viva. Mi alma se ensanchó más y más, rompiendo una a una todas las costuras que la encerraban y dejando en libertad al espíritu femenino que hasta ese instante no había aprendido a volar...". 

 
Fragmento de "Yara" ©2006 PSR 
"Yara" aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder.
Ediciones Scriba NYC 
ISBN 978-0-9845727-0-0

miércoles, 24 de abril de 2013

TEMPORAL (...todo en la vida lo es)

Despierto de golpe, con el corazón en la boca y bañada en sudor. ¿Qué me pasa? Bebo un gran sorbo de agua. Mi piel empapada se seca despacio bajo una fina escarcha salada, dejando en el lecho el mapa de mi cuerpo. Tengo frío; lo único que me cubre es un lienzo de hilo. No suelo necesitar más; las noches aquí son cálidas y el contacto directo del yo vulnerable con las sábanas me consiente en una sensualidad liberadora. Pero hoy es diferente; el aire se siente pesado y gélido.

La luna blanca y redonda entrando por la ventana tampoco me ayuda a encontrar la paz. Los coquíes, que normalmente me acunan en un delicioso sueño con su canto amoroso, hoy parecen más exaltados que nunca. Las sombras de las palmeras agitadas en la pared de mi habitación y el barrido de las ramas sobre los muros de la casa me dicen que se avecina una borrasca. En un acto premonitorio, el perro ladra y entra por el acceso de la cocina.

Entonces, sucede. El cielo cae con todo su peso sobre el mundo que encuentra a su paso, subyugándolo, envolviéndolo en un manto líquido, grueso y limpio. Las enormes gotas chocan contundentes contra árboles, techos, paredes, suelo. Contra el espíritu atrapado en la armadura aquella. Contra el alma que teme marchitarse. El viento sopla cada vez con más fuerza, como queriendo arrasar la rutina acumulada en mil años de una existencia corriente. Agua, viento. Más agua. Más viento. Las ventanas se comban, estremeciéndose ante la presión de las ráfagas que se vuelven casi continuas e impredecibles en la penumbra. Los vidrios parecen de goma, tan elásticos resultaron ser. El golpeteo creciente de la lluvia se mezcla con el atropello de las plantas, zarandeadas en todas direcciones por rachas enloquecidas que parecieran buscar una salida en medio de lo abierto. El agua se escurre brillante por techos, muros y ventanas. Por árboles, palmeras y trinitarias. Por los objetos que forman parte de mi vida y la de mi familia, que se quedaron a la intemperie, indefensos, aquella noche que no debía llover. Por las pendientes del jardín y el patio. Por mi mente, que no quiere darme un respiro. Como tantas otras cosas en la vida, lo que comenzó como un concierto grandioso, se transformó en un ruido asonante; una manifestación iracunda de la hostilidad de Huracán, el Dios del Mal en el Caribe, en su insistente afán de arrasar con lo que no le pertenece.

Así, con tanta furia contenida en su naturaleza, va destrozando sin clemencia cuanto descubre a su paso. Árboles, postes de luz, cosechas, casas, industrias. Todo cae. Al desmoronarse el mundo, los restos quedan esparcidos en un gran charco universal, reducidos a su mínima expresión. El pánico se apodera de quienes no estaban preparados para tal suceso, pero en medio del desastre, reciben el apoyo de desconocidos que les tienden la mano.

Al fin, después de un tiempo que parece interminable, el estruendo se debilita. El viento cede. El agua cesa. Una vez más, el infierno resultó ser momentáneo. Poco a poco sobreviene la calma, con la esperanza que trae la nueva mañana. La experiencia me dice que el arco iris está a punto de aparecer. Volveremos a edificar nuestras vidas, lo sé. Mientras tanto, nos ayudaremos como hermanos, recogiendo los escombros para allanar el camino al futuro.   

miércoles, 22 de agosto de 2012

J A V I E R


 
Joyero del mar 
en coronas de espumas
tuviste que irte.
 
Alegre estabas
jugando en las olas
con tus chiquillas.
 
Vibrabas pleno
de amor a los tuyos
profundo y limpio.
 
Importante eres
en los recuerdos vivos
entre nosotros.
 
Estás presente
como la luz brillante
del mes de abril.
 
Remonta alturas
en mil ondas perfectas
de sal y viento.
 
 
©2012 PSR 
 


miércoles, 24 de noviembre de 2010

ECOS DEL MAR

Mira la tenue línea
que separa al cielo del agua.
Escucha el rumor marino
que llega del horizonte.
Siente el suave viento
deslizarse cálido
sobre tu piel.
Todo está allí
porque tú lo has deseado.
Es tuyo.


©1993 PSR

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CLAROSCUROS

En la lejanía estás
eternamente lejos
allá donde los sueños
se convierten en realidad.

El resplandor me quema la vista
no encuentro nitidez.
Mis pupilas están lisiadas
tanta luz me confunde
todo brillante, luminoso
intrincadamente confuso...

No distingo tu silueta
en medio del destello
el sol me oculta tu faz
todo refulge
demasiado
estoy ciega de albor
es el día de noche
un eclipse al revés
porque a pesar de todo
no te puedo ver.

Mis ojos son dos manantiales
rotundamente inundados
no logran definirte
es imposible
ninguna línea
ni forma
color
veo todo y no veo nada
la luz baña el vacío
y no puedo divisarte.
Son demasiados los reflejos
en la claridad total
no alcanzo a ver tu rostro.

Es imposible, no puedo mirarte
será tal vez
porque aún no llegas
porque estás allá
donde el cielo y el mar
se funden con el viento...


©1993 PSR

miércoles, 14 de julio de 2010

SERENATA

“muñequita linda”
me llamaste cantando
una bella serenata
hace tantos años.
hoy
la serenata cambió de forma
acunada por las olas
suaves
de un mar tranquilo
lleno de detalles
importantes
elocuentes
determinantes
como mis rasgos.
al fin nadó la tortuga
con sus iguales
viéndolas a los ojos
dejándose mirar
respirando el mismo aire
danzando en hermoso vuelo
en medio de un cielo turquesa
marino.
varios encuentros
intensos
distintos
tuvo la celta
con la naturaleza
todas las dimensiones
aromas, sabores
cada color
mil tonos
armonías
melodías
…todos.
la madre tierra
resoplaba sin cesar
disfrutando un puro
de lava, azufre y sal.
preciosos árboles tropicales
saludaron mi visita
regalando sombra
frescura
quinientos matices
de joyas florales
y dulces frutas
en un jardín con aguas termales.
caribe, tienes un sabor único
a sol, salitre, ron y coco
mezcla de culturas y de razas
trasplantadas
emigradas
mirando al horizonte
arco iris vibrante
y relajado a la vez.
de pronto
a lo largo de la costa
en medio de la playa
aparece sin avisar
un enredo mayúsculo
con miles de nudos
…y nudas
embrollo sereno
desinhibido
sin preocupaciones.
vuelvo a comprobarlo
una y otra vez
no me canso de descubrirlo
el mundo es bello
la vida, una maravilla
los pueblos insustituibles
imprescindibles
en la delicada ecología humana
donde tan sólo unos cuantos insisten
en echarlo todo a perder
mas siempre hay esperanza…
regresamos al navío
enorme
construido en alemania
capitaneado por una mujer
y cuyo capitán de tripulación
orgullosamente venezolano es.
inmenso hotel flotante
pleno de gente
con mil rasgos diferentes
gente bella
viviendo sus verdades
y fantasías
gente que al fin
libera la alegría
desde dentro
ese goce tan amigo de la felicidad
a veces demasiado escurridiza
aunque siempre la llevemos
con nosotros
¡cualquier recurso es válido
para encontrarla!
teatro, música
silencio, solaz
literatura, banquetes
diversión y paz
cuidados por un personal
de calidad excelente
venido de infinidad de países
hablando con bellos acentos
todos comprometidos
con hacer felices a los huéspedes
de mil maneras distintas.
“¡aquí hay de todo
para todos!”
escuché a mi mente percatarse
de repente
entonces
la rockera dormida
despertó
para cantar una melodía
de Elton John.
sol y dos azules
divididos por una línea
exacta
definida
inexistente
viento salado
que revuelve mis cabellos
tu presencia
tan cercana
compartiendo
respirando
soñando
viviendo
renovando
nuestro amor
en medio del mar
arrullados
por una eterna serenata.



©2010 PSR