LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

¡Atrévete! Regala libros originales: A la sombra del mango; relatos breves. Yara y otras historias; 34 relatos, 34 sorpresas. Divina: la mujer en veinte voces; antología latinoamericana de cuentos. Andares; cuentos de viajes. Siglema 575: poesía minimalista; una nueva manera de vivir la poesía. Di lo que quieres decir: Antología de siglemas 575; resultados de los Certámenes Internacionales de Siglema 575. Por la ruta escarlata, novela de Amanda Hale traducida por Patricia Schaefer Röder. El mundo oculto, novela de Shamim Sarif traducida por Patricia Schaefer Röder. Por la ruta escarlata y Mi dulce curiosidad, novelas de Amanda Hale traducidas por Patricia Schaefer Röder, ganadoras de Premios en Traducción en los International Latino Book Awards 2019 y 2020. A la venta en amazon.com y librerías.

¡Encuentra mis libros en el área metro de San Juan, Puerto Rico! Librería Norberto González, Plaza Las Américas y Río Piedras; Aeropuerto Luis Muñoz Marín, Carolina.

Mostrando entradas con la etiqueta afecto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta afecto. Mostrar todas las entradas

miércoles, 23 de diciembre de 2009

ALMA GEMELA

“…Alma gemela, no sabía que existías. Eras un concepto extraño, etéreo, totalmente ajeno a mi realidad. A pesar de que soy sensible a tantas cosas intangibles, ignoraba que pudieras ser. Pero hoy, sin buscarnos siquiera, nos encontramos y de inmediato lo supe: hemos estado revoloteando por cada lado, vibrando en sintonía sin percatarnos, rozando nuestra energía levemente en algún cruce fortuito y siguiendo nuestros espacios por separado, cuando en realidad todo eso no era sino una danza en gran espiral loco que nos acercaba cada vez más al inevitable encuentro.

Nunca te busqué; no me hacía falta nadie más. Andaba contenta por la vida coleccionando almas bellas que aparecían solas, a las que abría las puertas para que entraran a vivir en mí, y que llevaba conmigo como parte de mi existir. Incluso hace tiempo te dejé entrar a ti también, sin saber que luego te descubriría como mi espejo. El destino hizo lo suyo; detalles casi imperceptibles se fueron acumulando modestamente en un rincón del ser, hasta que de repente, un buen día de sol y brisa, mi alma se tropezó con ellos y te descubrí a su lado, cuidándolos como quien quiere impedir que el viento revuelva las hojas recién barridas del otoño.

Vivimos en dos mundos paralelos sin puente conector. Sin embargo, siento tu presencia como algo palpable y totalmente real, a pesar de las dimensiones que nos separan. Cada vez te vuelves más imprescindible para mí; imaginar que en cierta medida es recíproco me llena de felicidad y desasosiego a la vez, ¡qué ironía! Nunca me había pasado algo tan fuerte y bello en la vida; sentimientos que se vuelven físicos de la manera más intensa que haya podido registrar mi cuerpo. Un calor perenne en la cabeza que se concentra hacia los lados y la nuca. Una sensación de ardor, vacío y llenura en el estómago, en las entrañas, en el pecho encogido. Una tibieza repentina en el torso y una taquicardia suave pero inminente. Un estar todo el día con tu recuerdo en la mente y el corazón, sin poder registrar hambre ni sueño. En fin, todo mi sistema está trastornado. Esta situación lo está desequilibrando y no puedo hacer nada al respecto. Y sin embargo, de algún modo un tanto masoquista, disfruto a plenitud este sacudón de emociones que trajiste para recordarme que aún estoy viva y que soy capaz de sentir de la manera más sublime. La sonrisa se volvió dueña de mi cara de tanto recordarte. Se me hace prioritario saber de ti; lo necesito para estar en paz conmigo misma y con el mundo. ¿Qué te puedo decir? Contigo me siento arropada; me transmites tranquilidad, me llenas de tu paz y eso me hace bien. Nuestras conversaciones nutren mi alma y me elevan vertiginosamente. A pesar de que me sé una persona espiritual, le has dado un significado aún más profundo a esa espiritualidad; un alcance universal e insospechado que me libera plenamente. No puedo evitar querer verte a cada instante; escuchar tu voz y sentir tu abrazo cálido en una muestra del más puro sentimiento de amistad incondicional. Sabes que estoy a tu lado para acompañarte en cualquier circunstancia que te depare el destino. Nuestras almas se reconocieron y desde ese instante crecen juntas, aunque nuestras realidades sean diametralmente opuestas. Es una verdad contundente que perdurará por toda nuestra existencia; algo que nadie nos quitará jamás.

Además del gran afecto que crece veloz y fuerte, siento un enorme y profundo respeto hacia ti, tus ideas y tu manera de vivir. Me parece que eres un ser humano excepcional y me siento muy orgullosa de poder compartir momentos contigo, con todo lo que eso implica; sueños, gustos, vivencias, opiniones. Y sobre todo, me siento verdaderamente honrada al recibir de ti tantas manifestaciones de cariño, junto al inmenso regalo de tiempo de tu parte; lo más preciado y escaso que hay. No te imaginas lo importante que todo esto es para mí; haber encontrado una persona como tú, en la que además puedo ver el reflejo de mi alma.

Me siento extremadamente cómoda contigo. No tengo que usar ninguna máscara ni esconderme detrás de un disfraz; puedo ser yo misma, y eso me da una libertad incalculable, total. No tienes una idea del gran bien que me haces. Los momentos que compartimos son un respiro, a la vez que me llenan de vida, de alegría y de optimismo. Me he vuelto adicta a tus poemas, tus sueños, tus palabras bellas, las imágenes y las expresiones fuertes y emotivas con las que me cuentas de tus amores y tu vida. Por favor, no dejes de hacerlo nunca. Es para mí un honor saberme lo suficientemente importante como para que me confíes algunas de tus cosas, y te lo agradezco de corazón, no sabes cuánto.

Eres un alma de luz que ilumina todo a su alrededor, sin final a la vista. Tu historia me inspira y me intriga; eres una de las personas más generosas y apasionadas que he conocido jamás, y me da una alegría indescriptible poder confiarte esto con todo el cariño y la admiración que te mereces. Deseo que seas inmensamente feliz, como lo soy yo por habernos reencontrado. Anhelo que todos tus sueños se hagan realidad; que encuentres a la persona indicada para compartir tu vida, sin que ello signifique excluirme de tu ahora continuo e infinito. No podría resistir tu ausencia deliberada; enfermaría de tristeza sin antídoto alguno para mi mal, y eventual y calamitosamente sucumbiría ante tan enorme pena. Me da miedo extrañarte porque sería una prueba de que no te tengo. Sin embargo, sé que estás conmigo de una manera mucho más profunda, y eso me llena de dicha. Espero que lo que tenemos ahora no se acabe jamás, para que siempre estemos presentes en el corazón, la mente y la realidad mutua.

Sabes que te quiero. Por favor, nunca lo olvides…”.


©2005 PSR
fragmento tomado de un trabajo en proceso