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domingo, 1 de enero de 2017

EN CASA


Sentirse en casa es el trayecto.
Estar en casa es la meta.

Sentirse en casa es descubrir el idioma de tus padres en la televisión.
Estar en casa es salir a la calle y escuchar el acento de la infancia en boca de toda la gente.

Sentirse en casa es oír gaitas en diciembre.
Estar en casa es ir a los amaneceres gaiteros.

Sentirse en casa es preparar un plato tradicional.
Estar en casa es comer ese mismo plato preparado por tu mamá. 

Sentirse en casa es ver una película con paisajes de tu terruño.
Estar en casa es caminar por los senderos de esos paisajes.

Sentirse en casa es hablar con tus amigos por videollamada.
Estar en casa es tocar a la puerta de tus amigos y darles un abrazo.

Sentirse en casa es charlar con la luna.
Estar en casa es ver los atardeceres de la adolescencia.

Sentirse en casa es gozar un día de playa.
Estar en casa es volver a Morrocoy y a Choroní. 

Sentirse en casa es comer lechón y pasteles de plátano.
Estar en casa es comer hallacas, pernil, pan de jamón y ensalada de gallina.

Sentirse en casa es brindar con coquito en Navidades.
Estar en casa es tomarse un Ponche Crema.

Sentirse en casa es hablar español universal para que te entiendan.
Estar en casa es hablar venezolano y saber que te entienden.

Sentirse en casa es oír el “Burrito sabanero” en una tienda.
Estar en casa es cantar en familia “Si la Virgen fuera andina”. 

Sentirse en casa es dejarse deslumbrar por la luz y los colores del Caribe.
Estar en casa es saberse parte de la luz que produce el colorido.

Sentirse en casa es disfrutar un maví en la playa.
Estar en casa es saborear una chicha con hielo.

Sentirse en casa es comer un pastelillo salado.
Estar en casa es desayunarse un cachito de jamón con un café con leche en la panadería.

Sentirse en casa es tomar cursos de Educación Continua en la IUPI.
Estar en casa es visitar a mis profesores en la Facultad de Ciencias de la UCV.

Sentirse en casa es una foto.
Estar en casa es el álbum entero.

Sentirse en casa es ir y venir.
Estar en casa es pertenecer.

Sentirse en casa es maravilloso y placentero.
Estar en casa es divino e inigualable.

Sentirse en casa es el momento.
Estar en casa es la eternidad.

El corazón se siente en casa.  
El alma vive en ella.

Sentirse en casa es crecer y hacer una su propia vida con lo que tiene a mano. 
Estar en casa es regresar con el alma a un pasado que sabemos no será más.

De pronto, nos damos cuenta de que nunca nos hemos alejado de la casa, porque ella habita en nosotros al igual que nosotros dentro de ella. La verdadera casa es única, está hecha sobre los cimientos de nuestro pasado y lleva en sus muros las piedras de la historia de cada uno. Como tortugas, la casa crece con nosotros, la llevamos a todas partes y en todas partes estamos en casa. Cada quien es su casa; esa es la verdad.


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