el sonido que separa
los tiempos de las vidas
es un murmullo que se cuela
ingrávido
lejano
por los resquicios de los recuerdos
en el vacío no pasa el tiempo
solo yace, oscuro y frío
la distancia entre tu cuerpo y el mío
es una era insalvable
de mil tiempos desconocidos
cuarenta suspiros no hacen un minuto
a veces son más
otras tantas son menos
y aquel suspiro efímero me esclaviza
al intento de robarlo
de nuevo
todo está movido de sitio
tantos lugares fuera del tiempo
el caos destroza los momentos de paz
no conseguimos respirar
la entropía nos deshilvana
diligente
nos empuja al odio
en medio de rencores inútiles
se diluye nuestro tiempo
inexorable
hasta acabarse
tanta vida invertida en ganar tiempo
cuando sólo lo llenamos de cosas inútiles
es hora de sanar el espíritu
hace demasiadas lunas ya
que no alza el vuelo
los grilletes pesan en el viento
ahora
es el instante justo de recuperar la
libertad
no podemos perderla más
ni un solo momento.
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