LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 11 de marzo de 2015

P I E L


Plena de vida
inundas mis sentidos
vicio divino.

Íntimo placer
me regalas tu calor
en un abrazo.

Ébano y marfil
suave aroma y sabor
crema y canela.

Luz de mi tacto
escapo la rutina
envuélveme en paz.


©2015 PSR


jueves, 26 de febrero de 2015

R U T I N A


Ruedas que engranan
mecánica del tiempo
que te encadena.

Un ala rota
el albedrío muere
entre mandados.

Te pueden cegar
responsabilidades
propias y ajenas.

Inamovible
lo urgente va primero
no hay excusas.

Nunca termina
tu labor de la vida
¿la mereciste?

Abre los ojos
libertad o hastío
dependen de ti.


©2015 PSR


miércoles, 12 de marzo de 2014

EN LA OFICINA...


“…La rutina diaria en la oficina me aburre. Dentro de todo, prefiero los viajes para cerrar contratos. Al menos conozco lugares nuevos y salgo un poco de la claustrofobia que me produce este laberinto de hormigón y acero. Aquí, entre intrigas y resentimientos camuflados hábilmente con la fingida amabilidad que impone la etiqueta empresarial, lo único que florece son las plantas de plástico que adornan la recepción y el cubículo de la contabilista. Pero cuando estoy fuera, ocupándome de un contrato, me siento más real, más tangible que en el día a día del piso 13 de aquel rascacielos, rodeada de marionetas chupatintas sin libre albedrío, como la que me lanza el espejo en el baño de damas. Irónicamente, los dos lugares más acogedores en la empresa son mi oficina, con su gran ventana, y el baño de damas. Siempre he necesitado poder ver hacia afuera; los espacios cerrados me ahogan. Pero lo que pasa con el baño no lo termino de entender. Tal vez sea por aquella fuentecita eléctrica adornada con piedras que mantiene el agua corriendo eternamente. Lo cierto es que cuando entro en ese sitio, me invade un cierto sosiego que por momentos me hace olvidar incluso la mezcla pestilente de cloro y amoníaco que se asoma insistente a través del “bouquet” industrial y barato. Definitivamente, tengo que comprar una fuentecita de ésas para mi oficina. El sonido del agua que corre por las piedras me tranquiliza y me relaja; hace que pueda sobrellevar las presiones del trabajo y me mejora el humor. Recuerdo que cuando niña, el agua me producía una sensación indescriptible. Era como si invadiera mis sentidos por dentro y por fuera. Igual me pasaba con la lluvia y el viento; eran parte de mi esencia natural. Nadie entendía cuando lo trataba de explicar en la escuela; mis amigas me miraban como si estuviera loca. Pero de eso hace mucho. Tantos años han pasado desde la última vez que fui a nadar, que temo que el agua me rechace…”.


Fragmento de "Yara" ©2006 PSR 
"Yara" aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder.
Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-0-0

miércoles, 14 de marzo de 2012

PAPÁ (II)


Abro mis ojos en sueños
te busco, Papá.

Entre tantas obligaciones
en medio de la rutina
distingo tu silueta
tranquila
paciente
me acompañas en presencia
como siempre.

Cientos me rodean
esperando algo
cualquier cosa
no existe un instante sola
semana tras semana
al menos trae paz
a mi mente
tu recuerdo…

Me hablas
escucho atenta
tu risa franca
le regala una sonrisa
instantánea
plácida
tan profunda
a mi rostro.

Cuánto extraño nuestras charlas
de café y dulce por las tardes
cuando me contabas del mundo
de este y de otros más
con todas sus maravillas
miles de preguntas
saltaban a mis ojos
tan inquieta mi alma
y tú
siempre contestabas
en cualquier situación
tenías las respuestas 
¡todas ellas!
sin fallar.

Te busco, Papá
con los ojos abiertos
de par en par
en medio de mi vida.

Y ahora, al descansar
abriré los ojos de nuevo en mis sueños
para volverte a ver
una vez más.



©2012 PSR


miércoles, 29 de septiembre de 2010

RITUAL DEL BAÑO

Hay un lugar en la casa donde se pierden las dimensiones y los parámetros. Cada vez que entro en mi baño me sucede algo muy raro. Es como si el mundo cambiara súbitamente; las paredes giran entre el piso y el techo, distorsionando el espacio y torciendo el mobiliario. Me siento insegura y a veces hasta pierdo el equilibrio.

Parece un universo paralelo. Apenas cierro la puerta tras de mí, las rectas comienzan a doblarse, lentas pero seguras, derritiéndose cual obra de Dalí. Los vértices del techo pierden la continuidad, haciendo que su rígida plataforma se suavice; moviéndose como una gran bandeja invertida que oscila inclinada sobre un eje invisible. En las paredes, las baldosas vibran a un ritmo y la bañera a otro. Las plantas se estiran y encogen como si fuesen de goma. La luz encubre algunos objetos a la vez que descubre formas geométricas nuevas para mí. Hay en el espacio una calma atrapada en el aire de recambio, como un fluido en suspensión dentro de otro más pesado; alumbrado por la mezcla de neón y luz natural que se cuela por la ventana.

El tiempo va y viene en muchos sentidos. Se pierde la estructura horaria, descosiéndose en un haz infinito de instantes que se mueven al ritmo de mis párpados hacia adentro y hacia afuera, de un lado a otro, de arriba hacia abajo, al futuro y al pasado. A veces se vuelve circular, otras veces se transforma en una espiral, pero no fluye; más bien lo invade todo instantáneamente; suave e implacable.

En ese espacio y ese tiempo trastocados, las ideas entran y salen de mi cabeza, siguiendo el pulso de los objetos inmersos en el ambiente intratemporal. Mi mente se deja llevar por el tráfico desordenado de pensamientos que se agolpan en cada resquicio de materia gris para intentar ver la luz a través de mis ojos. Ni me tomo la molestia de intentar organizarlos, prefiero dejarme llevar por ellos y participar en esa suerte de malabarismo caótico que me empujará a descubrir algo inimaginado hasta ese mismo momento.

Mucho más que un refugio del pensamiento, el baño se ha convertido en mi celestina espiritual y física. Es allí donde me encuentro con mi amante. Me visita cada noche, escondido en algún lugar de la casa, donde nadie lo puede encontrar. Paciente, espera el instante en que entro al baño, siguiéndome de cerca pero sin que lo perciba. Dejo la puerta entreabierta en una invitación perenne, segura de que no me defraudará.

Mi ritual del baño es lo más importante del día. Es la oportunidad de olvidar por un rato la rutina del diario vivir; de deshacerme y volverme a hacer a mí misma. La bañera se convierte en mi pedacito de mar particular; el inverso perfecto de una isla privada, bordeada por velas que regalan la luz precisa para el descanso del espíritu. La taza de té caliente exhala su aroma a vainilla desde el saliente izquierdo, y sobre el derecho descansan dos trufas de chocolate amargo. Todo está listo. Abandono las ropas que me atrapan inclementes y, solemne, entro a la bañera, donde aguarda el elemento sanador.

El agua salada y tibia relaja mis sentidos, limpiándolos de cualquier resto de sensación que haya quedado atrapada en mi cuerpo por error. La luz tenue y el divino maná tranquilizan mi alma, desahogándose entera en un hondo suspiro.

Es entonces cuando mi amante viene a mí. La única intromisión permitida en mi nirvana. Sutil, se desviste y entra a hacerme compañía en mi paraíso acuático. Se me acerca por la espalda, despacio, recorriéndola de abajo hacia arriba con las manos abiertas en abanico. Me abraza luego por los hombros y, ceñido a mí, besa suavemente mi cuello una y otra vez. Con cada beso, la piel de todo mi cuerpo se va erizando más y más, imitando una tunera brava en flor. El placer es tal, que por un momento nos convertimos en tortugas marinas y danzamos al compás de los tímidos cirios de la noche.

Mi amante no me da tregua; me ataca y me cuida, besándome, acariciándome, abrazándome con todas sus fuerzas para después soltarme, gentil y delicado, seguro de que regresaré inmediatamente a buscar refugio en su pecho. Jugamos, reímos, sentimos, amamos. Compartimos la relación más profunda y honesta, sin condición ni préstamo de emociones. Nos volvemos energía pura en la intimidad del baño, mientras que en el resto de la casa la rutina continúa su camino, inclemente, definiendo las vidas de quienes se dejan llevar por ella. Me alivia saber que eso no me sucederá a mí. En ese rato existimos sólo dos, y nos deja sin cuidado cualquier otra cosa que pueda suceder.

Al final, extasiados y llenos de vida, mi amante secreto se despide en silencio, los ojos prometiéndome que volverá mañana. Luego se desvanece, dejando en la alfombra sólo sus huellas mojadas junto a las mías. Una vez más, he recobrado mi alma.



©2005 PSR
fragmento tomado de un trabajo en proceso

miércoles, 21 de julio de 2010

MANI-CURA

mi mano es un campo
desierto
baldío
ingenuo
tu palma anda de paseo
dominguero
cinco dedos inquietos
se acercan
sigilosos
curiosos
vienen explorando
el terreno
solitario
avanzan
descubriendo
en el camino
nudillos
surcos
piel
trazos de la vida
herramienta del alma
aquel dorso llano
se levanta
poco a poco
convirtiéndose en cueva
majestuosa caverna
lentamente
esperando
lo desconocido
dejándose descubrir
tímida
cediendo
soltando
una a una
cada hebra de la soga
que amarra implacable
mis días
a la rutina
de pronto
sereno
imparable
se revela un sismo
suave
contundente
desplomando la mano
derrumbando la gruta
galería de cinco arcos
gira pausada
tibia
pulgar afuera
transformada en cuenco
que tus dedos invadirán
gota a gota
cayendo inminentes
dulces
concéntricos
expandiéndose seguros
en un mar de ondas
que parten de ti, manantial
desde el centro de mi palma
creciendo perfectas
hacia la periferia
pentangular
de mis yemas
transmitiendo olas
energizantes
relajantes
incontenibles
sublimes
divinas
piel adentro.



©2010 PSR

miércoles, 23 de septiembre de 2009

CUÉNTAME ALGO

Cuéntame algo
algo bonito
que me sorprenda
y refresque mi vida.

Cuéntame algo
una historia mágica
que me entretenga
y me distraiga
de grilletes perennes
cadenas que día a día
aplastan al ser
inmerso en la rutina.

Olvidemos
por un momento
menos corto
más largo
el dolor
que trae la sal
en las heridas
la impotencia
por las injusticias
la angustia
que llena los vacíos
y la desesperanza
tan amiga de las tristezas.

Llévame de la mano
por la senda del sueño
los ojos vendados
con una cinta de luz.
Quiero reconocerme de nuevo
en tu relato místico
y finalmente
encontrar la paz.

Háblame
de algo bello
que me haga suspirar
sonríe alegre
recordando
esa misma anécdota
que nos hace reír.
Confía en mí
comparte tus deseos
aquellos anhelos
ésos
los más secretos
para llevarlos a cabo.

Abre el corazón
dejando escapar
mil miedos
inseguridades
angustias mutilantes.
Todo es mentira
nada existe.
Si lo cuentas
rompes el hechizo
¡no lo olvides!

Cuéntame algo
algo hermoso
que me haga soñar
liberando mi espíritu
saciando el alma
hambrienta.
Y siempre
que me cuentes algo
tómate tu tiempo
al menos
por un momento
eterno.


©2009 PSR

miércoles, 9 de septiembre de 2009

DEMASIADO REAL

4:30 a.m.
tu cuerpo despierta solo
a la rutina del día
se levanta, despereza
aseas tu yo de pies a cabeza
hay que trabajar
como siempre

calendarios que juegan sucio
congelando el tiempo
en un eterno tormento
ocupada la mente
olvidas tu vida
para sobrevivirla
un día a la vez

trabajo, trabajo, trabajo
niños, escuela, deberes
casa, trabajo, marido
el día lleno de quehaceres
¿y la vida, dónde queda?
allá colgada con la ropa
decolorándose al sol
reseca en el tendedero
de tus miserias

“es tan real y fuerte”
pensaste al verlo
“apasionado, impetuoso”
al conocerlo
enamorándote
hace una eternidad
mariposa flotando alegre
hacia el relámpago
demasiado real
distraída recordando
sueñas con tu pasado
mientras los gritos te empujan
a refugiarte en el trabajo

ya tus labios no sonríen
no saben cómo hacerlo
año tras año
jugando al escondite
contigo misma
ocultando la herida
de los insultos

vejada te aíslas
del resto del mundo
lágrima a lágrima
crece la represa
enfermando
decayendo
creyéndolo todo
marchitándote
lentamente muriendo

9:00 p.m.
al fin
tu alma despertó
sacudida por el jarrón
que lograste esquivar

después de tanto tiempo
la moneda cayó en su lugar
la máquina aún funciona
sabe qué hacer
siempre lo supo
sólo que no lo sabía

tranquila
resiste un poco más
el espíritu toma impulso
para lanzarse
a volar

3:30 a.m.
los sentidos alertas
el corazón preparado
duerme la borrachera
te mueves rápida y ligera
recoges tu vida
en jirones de polvo
pero tuya

libre y soberana
dueña de tu destino
ríe tu alma junto a los niños
serena, madura
amanece temprano
en la carretera
de tu existencia
los naranjas más hermosos
te hinchan de ilusiones
loca por vivir de nuevo
tú y tus hijos
no falta nada
nunca más.


©2008 PSR