Solo Alana lo sabía. Alegre, la saludó
abrazándola largamente. Sonia aprovechó la secuencia anunciada, lánguida,
sollozante, amargada. La sal aparecía lentamente, seca, al lado sombreado antes
luminoso. Seguido, Alana limpió sus austeras lágrimas somera, amorosa,
lúdicamente. Sonia, agradecida, le suplicó ardiente la sanara acariciándole leve
su antebrazo lampiño. “Sí”. Alana le sujetó amable las sienes al lamer su
aromático llanto supino. Aquella lengua suave, ajena, liberó súbitamente a la
Sonia amarrada, llevándola sobre alturas limítrofes; soñadas, ansiadas. Le
saboreó artísticamente líquidos salobres alrededor; lentejas selenitas
abriéndose lugar sobre abdomen, los senos agitados, la suprema axila lubricada,
serpenteando ante la satisfacción al límite. Sonia arrojaba la sal
arrebatándose libre, sumamente acalorada. Las sabias amigas llovían salsas abundantes.
Luceros sudorosos, adorados, les sembraron algodones lozanos, sensuales.
Abandonáronse laberínticamente sobre amplios lienzos sublimes, asimétricos. Lejos
se acercaba la sociedad, alarmando lívida sobre abominaciones libertinas, sórdidas,
auténticas, libidinosas; simulando acertada la selección arrastrada legalmente
sin atreverse, lacrimosa, so arder levíticamente sin alguna lenidad. Soberbia, anquilosada,
la sólida amargura las sucedía adrede, lesionando sus almas. Lastimosa,
santurrona, aparentando lustre, sancionábales abiertamente la secuestrada
aprobación, llenando sentencias aberradas, libelos. Semidormida, angelical,
leonina, Sonia auguró los sueños almibarados líricos. “Somos amantes leales”
susurró Alana levemente, sin acelerar lenguaje. Sonia asintió, llevando sus aterciopelados
labios solemnes al lago salado. A llanuras sugestivas. Al latido suspirado. A
la saliva anhelada locamente, siempre. A la senda alborotada, labrada
sutilmente. A la sombra acallada, legítima, sencilla. Al litoral sumergido. A
la seguridad apasionada, lunar, secreta. A llamaradas salitres. Al lejano
sentirse amada limpiamente.
©2012 PSR
Un tautosiglama es un tautograma compuesto en el que las palabras que lo constituyen comienzan con las letras del título escrito en forma de siglas, en el mismo orden que llevan. El título del tautosiglama representa el tema que se desarrolla en el texto. Por su naturaleza acrónima, el título queda escrito en mayúsculas.
© Patricia Schaefer Röder, 8 de mayo de
2011
Otros tautosiglamas:
http://patriciaschaeferroder.blogspot.com/2012/06/tautosiglama.html