LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

¡Atrévete! Regala libros originales: A la sombra del mango; relatos breves. Yara y otras historias; 34 relatos, 34 sorpresas. Divina: la mujer en veinte voces; antología latinoamericana de cuentos. Andares; cuentos de viajes. Siglema 575: poesía minimalista; una nueva manera de vivir la poesía. Di lo que quieres decir: Antología de siglemas 575; resultados de los Certámenes Internacionales de Siglema 575. Por la ruta escarlata, novela de Amanda Hale traducida por Patricia Schaefer Röder. El mundo oculto, novela de Shamim Sarif traducida por Patricia Schaefer Röder. Por la ruta escarlata y Mi dulce curiosidad, novelas de Amanda Hale traducidas por Patricia Schaefer Röder, ganadoras de Premios en Traducción en los International Latino Book Awards 2019 y 2020. A la venta en amazon.com y librerías.

¡Encuentra mis libros en el área metro de San Juan, Puerto Rico! Librería Norberto González, Plaza Las Américas y Río Piedras; Aeropuerto Luis Muñoz Marín, Carolina.

Mostrando entradas con la etiqueta supervivencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta supervivencia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 13 de noviembre de 2013

N Y C


Nadie te iguala
hogar de tanta gente
crisol de pueblos.

Y eres mágica
sobrevives estoica
toda adversidad.

Ciudad e historia
sigues siendo capital
del mundo entero.


©2013 PSR



SIGLEMA 575

Un siglema 575 es un poema que se escribe en base a las letras de la palabra o palabras que definen su tema y que constituyen su título. El tema es libre y las palabras que lo definen forman el título, el cual queda representado como una especie de acrónimo, con las siglas separadas entre ellas por un espacio. Cada estrofa posee tres versos, de los cuales la primera palabra del primero debe comenzar con la letra correspondiente a la sigla que le toca. La métrica es 5-7-5, con rima libre. Por su naturaleza acrónima, las estrofas deben poder funcionar independientemente como un poema autónomo, y en conjunto, como parte de un poema de varias estrofas que gire alrededor del mismo tema. En un siglema 575 hay tantas estrofas como letras posea el título.

© Patricia Schaefer Röder, 15 de agosto de 2011.

miércoles, 25 de abril de 2012

2012



el último año
de los mayas
este que sobrevivo ahora
lo siento en mi piel
muy adentro
avanzando palmo a palmo
lacerando mis vísceras
como un gusano carnívoro.

amaneció ya, lo sé
oigo los sonidos del día
mis ojos se niegan a abrirse
no quiero levantarme hoy
no quiero levantarme mañana
…no quiero levantarme más.

enfermedad dondequiera que miro
muerte, nuestra amiga impuesta
demasiado trabajo tienes…  
depresión, vacío
desorden
este ruido que no mengua
accidentes tontos, demasiados…
tristeza
¡qué fosa tan profunda cavas!
envidia, egoísmo
falta
mugre
el tan cobarde chantaje
maldad, nunca escasea  
¡fresca, a la orden del día!
no falla quien, destilando el odio más puro
apunta a nuestro rostro y lo escupe con saña
directamente al ojo
mientras en su cara dibuja una mueca
de placer perverso
saboreando su veneno
imaginando el daño que causará
…lo que no sabe es que no puede conmigo
no pudo, no puede y no podrá, ¡jamás!
que tanta lástima me da…
traición
decepción… decepción.
decepciones por todos los flancos
desilusiones…
este dolor en las entrañas
se ha vuelto parte de mí
…mi más íntimo amigo.

se mueve el tiempo
hacia el frente, sin cesar
en episodios abiertos
cada capítulo es un tanto más cruel
que el anterior
la realidad
esta, la mía
pareciera una película retorcida
que se desarrolla alrededor
intocable
no me siento su protagonista
tampoco una actriz de reparto
ni siquiera una extra
¡no, no, no
esto no me está pasando a mí!

primer tercio del año
como siempre
caminando hacia adelante
en cuatro meses cambió mi mundo
se terminó el que conocía
quebrándose
fracturándose en cada ámbito
cada estructura construida
con infinito amor
en tantos momentos
cada elemento
perdió sus dimensiones
color
tono… brillo
una implosión tras otra
fueron dejando tan solo
mil escombros esparcidos
entre cenizas y humo.
ahora
al disiparse la calina
después de la catástrofe
me descubro de pie
andando sin parar
sorteando ruinas y cráteres
a la vez que me maravillo ante una flor silvestre
que crece a la vera del sendero
sencilla
sin nombre.
entonces sonrío
de nuevo…
todo estará bien
lo sé.


©2012 PSR


miércoles, 7 de marzo de 2012

GRITA, MUJER


Grita, mujer
tu espíritu guerrero
te lo exige.

Grita, mujer
desconcierta a quien te apresa
él te conoce sumisa
…sabes que no se lo espera.

Grita, mujer
impídele que rompa tu esencia
o lo que queda de ti.
Grita más
no permitas que riegue
tu ser, tus vísceras
gelatinosas
tan pegajosas
por las habitaciones.

Grita, mujer
dale voz a tu alma
deja que las venas se llenen
del combustible de vida 
en tu cuello delicado.

Grita, mujer
eres toda corazón
que se impone tenaz
sobre quien te esclaviza.

Grita, mujer
tanta perversión
demasiada crueldad
de quienes te rodean
solo justifican tu existencia gris.
¡No les creas!

Grita, mujer
exige lo que siempre ha sido tuyo
tu sonrisa de sol y luna
brillante
como infinitas estrellas
tu risa limpia
llena de música
puro cariño que emana cálido de ti
en mil arco iris de flores.

Grita, mujer
demuéstrate viva. 
Respira hondo
y grita…
grita con todas tus fuerzas.


©2012 PSR



miércoles, 9 de febrero de 2011

ABUELA

Se fue la abuela. Tenía 92 años. La abuela fue una de esas mujeres fuertes en todos los aspectos, que me inspiran un gran respeto y una profunda admiración. Una perfecta representante de aquella generación europea nacida después de la Primera Guerra Mundial que tuvo que hacer valer su instinto de supervivencia desde el mismo instante en que sus pulmones se llenaron de aire. Esa generación produjo mucha gente valiosa; gente tenaz, luchadora, sin miedo al trabajo o a pasar penurias, con la mirada siempre puesta en la meta de un mejor provenir.

La abuela nació en un pueblo de España donde la conocían como La Lecherina y murió en una ciudad de Venezuela, donde la conocieron como La Reina de la Química. Como tantos otros, tuvo que trabajar desde muy joven para sostenerse. Así fue diseñando su propio destino, sopesando cuidadosamente cada paso que daba. Conoció al abuelo, se casaron en medio de la Guerra Civil Española y tuvieron un único hijo. Tenían un puesto de frutas en el mercado, pero sabían que con trabajo y esfuerzo podían mejorar su calidad de vida. Un día decidieron que sería conveniente emigrar de la destrozada España. La idea inicial era irse a los Estados Unidos, porque la abuela tenía una amiga que le contaba lo bien que podía vivir allí y le ofreció brindarle ayuda si la necesitaba. Pero el destino tuvo otros planes y decidieron ir a Venezuela, un país suramericano joven y en esa época desconocido, en el que había un programa de inmigración selectiva por parte del gobierno, que apoyaba a trabajadores europeos, principalmente de España, Portugal e Italia (aunque también llegaron franceses, alemanes —como mis padres— y otros más), ayudándolos a ir allá para trabajar, levantar y echar adelante esa Tierra de Gracia.

La abuela y el abuelo llegaron a Venezuela trayendo solo el polvo de su patria en los zapatos. Fueron pobres durante un tiempo, solo el que les tomó aprender seriamente un nuevo oficio para volverse tan buenos en él que pudieran vivir de eso. El abuelo incursionó en la ebanistería y la abuela comenzó de manera sencilla a cortar cabello. Respondiendo a su ímpetu innato de avanzar sin importar las circunstancias, fue ensayando diferentes técnicas de estilismo y luego se enfocó en los tratamientos químicos para el cabello. La abuela se hizo peluquera por iniciativa y empeño propios, trabajando sin descanso, aprendiendo sin cesar y practicando las últimas novedades estilísticas que la mantenían siempre al día.

Además de eso, la abuela se estaba desenvolviendo como una mujer de negocios. Instintivamente comenzó a ahorrar e invertir, logrando establecer una peluquería propia. Allí, ella enseñaba a mujeres y hombres jóvenes que querían aprender estilismo, entrenándolos en su salón de belleza hasta convertirlos en excelentes profesionales. Después de un tiempo, vendió esa primera peluquería y abrió otra con nuevo personal, al que también instruyó en las artes de la belleza. Esto lo repitió varias veces, llenando la ciudad entera de salones de belleza fundados por ella.

La abuela, como tantos otros inmigrantes, ayudó a desarrollar esa tierra que ella había elegido para vivir y de la que se enamoró inevitablemente, igual que le sucedió a todo aquel que por razones del destino puso los pies y el alma en ella. De no tener nada, trabajando sin parar, logró convertirse en una fuente de buen empleo para muchos otros que la querían y respetaban por lo que ella era: un ejemplo de supervivencia y crecimiento en todos los sentidos.

Así, la abuela se convirtió en una leyenda viviente. Recibió varios homenajes en Nueva York y en otras ciudades por su larga trayectoria profesional en el área de la belleza, pero tal vez lo que más orgullo le daba era saber que había enseñado a tantos otros aquello que ella misma había aprendido, dándoles la oportunidad de desempeñar un oficio decente del cual poder subsistir.

No hay duda de que la abuela fue una mujer excepcional. Fuerte y luchadora por naturaleza, nunca se dejó doblegar. Vivió como quiso, sin que nadie le dijera lo que debía o no debía hacer; así mismo fue hasta el final…

Hoy, la abuela se marchó. Seguro comenzará algo nuevo allá donde vaya. Hasta luego Abuela, te quiero mucho.


©2011 PSR