Pintor
de la vida y lo que ves
en
el cielo como en el universo
pintor
de todo aquello
que
llena el alma de estrellas
con
tu paleta mágica
de
mil matices plena
crea
la Madre de todos
píntame
una Virgen morena
india,
cual sol de la tarde
como
la noche, negra
y
al igual que la mañana
también
blanca europea.
Pintor de imágenes santas
desliza el pincel divino
revívela pura en mil cadencias.
Entre el piano y los violines
Coromoto sueña con serafines
musitando versos que amanecen
abrazados a una tonada
llanera ella, la campesina
hija del cuatro y el arpa.
María Lionza, la natural
reina mestiza en la montaña.
Más allá, selva adentro
donde el blanco es forastero
rezan con maraca y zumbador
el canto sagrado de los ancestros
aquellos de tu sangre, bendita Luna.
En el páramo imponente
armonías en flautas milenarias
tejen notas de viento y niebla
que se escurren entre las piedras
honor eterno, merecido
a la gran sabia Pachamama.
La arena de la costa
refleja clara la guarura
con el golpe de un tambor
y el azul partido en dos
inundado de latidos
por ti, Yemayá fecunda.
Artista
eterno de lo hermoso
píntame
el cielo multicolor
un
arco iris, el más grande
tachonado
de angelitos
zambos,
negros, indios, blancos
ángeles
criollos y mestizos
preciosos
querubines
que
con la Virgen protejan
en
mi tierra, a los niñitos.
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