Niño, quédate tranquilo. No te muevas tanto. ¡Que te quedes tranquilo te digo! Mira que si no, te puedo sacar un tajo de piel sin querer. A este chiquito le crece el pelo como si fuera maleza. Cada mes y medio se lo tengo que rebajar. Me estaba costando una fortuna mantener al niño con una apariencia decente, llamando a la peluquera o llevándolo al barbero. Pero ese dinero me lo voy a ahorrar. Esta máquina la anunciaban como la maravilla con corriente o a baterías. “Con ella, cualquiera lo puede cortar en casa”, decía el cartel. Al fin me decidí y la estoy probando hoy por primera vez.
Espera un poco, que algo pasa con la potencia. Será que las baterías no están suficientemente cargadas todavía. Un momento, que pongo el cable. Bien, todo resuelto; ahora sí podemos seguir. Pero quédate tranquilo, que esta es mi primera vez. No te quiero trasquilar, mira que luego los demás niños se burlan de ti. Y no me hables tanto, que no me dejas concentrarme en el corte. A ver, creo que debo usar un peine más grande aquí arriba, uno mediano sobre las orejas y uno bien corto para la parte de abajo. Será que primero te rebajo todo el coco con el peine grande, luego te hago la franja del medio y al final te recorto de las orejas para abajo con el más pequeño. Sí, eso mismo voy a hacer. Te digo que no te muevas tanto; pareces un canguro con un ataque de epilepsia. ¡Cuidado te digo, niño!
A ver, a ver; voy a empezar por aquí adelante y me voy a ir hacia atrás. Una carrera en el centro, una a la derecha, otra a la izquierda. Déjame ir por la derecha primero. Muchacho, tú sí que tienes pelo; eso como que lo sacaste de tu papá, que tiene una mata de pelo enorme y grueso. Porque yo, nada que ver. Tengo poco y demasiado fino. Menos mal que algo bueno sacaste de él; ja, ja, ja. Déjate la batica, no te la toques tanto, que se te va a meter el pelo por la camisa y luego te pica todo. Escucha lo que te digo. ¡Uf! Es inútil; estos niños no hacen caso. Ya verás, cuando te levantes de la silla vas a tener una piquiña por la espalda y por toda la barriga. Te vas a tener que bañar, aunque tú dijiste que hoy no te ibas a bañar en protesta porque no te querías cortar el pelo. Bueno, pues te salió igual. Y si no me haces caso, también te vas a tener que bañar para quitarte la comezón. A ver, quédate calladito, que me desconcentras. Hoy la que habla soy yo, ¿oíste? Al fin; la capa de la derecha está lista. Quedó bastante bien para ser la primera vez. Déjame cortar por aquí atrás, que todavía no había llegado a este punto. Un poquito por aquí, otro poquito por acá. Muy bien. Ahora el otro lado.
Un momento, que creo que se trancó el mecanismo. Pero cómo no se va a trancar, con ese pelo macho que tienes, mijo. Parecen cerdas de brocha de afeitar. A ver, déjame leer las instrucciones. Dice que si se llegara a trancar puede ser por exceso de pelo en el mecanismo. Espera un momentico, que lo voy a limpiar.
Ahora sí. Nos toca el lado izquierdo. Huy, este cable se queda enganchado en el apoyabrazos de la silla. Menos mal que es largo; así puedo moverme bien alrededor tuyo. Mejor lo levanto un poco. Creo que estoy aprendiendo, pareciera que me sale más fácil este lado. Será porque soy zurda, no sé. A ver, voy para atrás de nuevo. Voy a retocar un poco la derecha, mira que no quiero que andes por ahí con el pelo todo desigual. El corte será casero, pero tiene que quedar pro-fe-sio-nal. Y mira, si me sigues hablando y te sigues moviendo, lo menos que va a quedar es profesional. Ya verás como todos los niños se van a reír de ti en la escuela. Si me sigues desconcentrando con tu cháchara te voy a castigar. Te voy a dejar con el pelo cortado a medias, ¿oíste? Ahí sí es verdad que vas a parecer un loquito por la calle. Así que te me quedas tranquilito y con la boca cerrada, por favor. No quiero escuchar más nada, ¿entendido? ¡Y no te vuelvas a mover!
Bueno, déjame cambiar el peine para hacerte la segunda capa. Baja la cabeza para que pueda ver mejor. A ver por dónde comienzo. Será por la derecha, como antes. A ver, déjame dar la vuelta para ponerme en posición. Este peine es más pequeño, así que el pelo te va a quedar un poco más corto aquí. Es increíble lo fácil que resulta usar estas maquinitas; nada de medir las capas con los dedos y usar las tijeras como hacen los estilistas. Bueno, tal vez tenga que usar las tijeras al final, para retocar algo que no haya quedado perfecto. Pero la verdad es que no creo que haga falta; los peines estos tienen el tamaño ideal y puedo cortar el pelo en todas direcciones. Creo que se está viendo cada vez mejor. No te muevas, por favor, que si no te voy a tener que dejar como Kojak pero sin la chupeta. Si supieras quién era Kojak, no te moverías tanto. Ahora la izquierda. Otra vez me parece como más fácil, mijo. ¿Será que tienes la cabeza torcida hacia ese lado? Bueno, todos tenemos el cuerpo disparejo, así que no te culpo. Déjame pasar por aquí atrás para retocar la derecha. Muy bien. Atrás, adelante y de nuevo hacia atrás para repasar encima de la nuca. Mira que quiero verte más bello que antes.
Deja la cabeza bien abajo, mijo, que ahora te voy a hacer la tercera capa. Al menos ya no me desconcentras; si llega a quedar torcido será por culpa mía y lo voy a admitir. Yo prefiero eso a tener que explicarle a todo el mundo que el corte quedó mal porque el niño no me dejaba trabajar con tranquilidad. Vamos de nuevo por la derecha, damos la vuelta aquí atrás, regresamos por la izquierda y repetimos desde el frente una franja más abajo. Las patillas y la nuca deben quedar inmaculadas, déjame ver cómo le hago. No te vayas a mover ahora, mijo, que estoy justo al lado de tu oreja. Y no quieres quedarte desorejado, ¿verdad? Así mismo, tranquilito, sin moverte ni un ápice. Muy bien; parece que te estás portando mejor. Mira que a partir de ahora te voy a recortar siempre en casa, así que más te vale aprender a portarte bien desde hoy. Creo que al fin lo estás entendiendo. Menos mal. A ver, la primera patilla quedó decente; ahora la segunda. Déjame dar la vuelta por aquí. Te la voy a emparejar con la otra.
Déjame volver a retocar todo tu coco con el primer peine; cualquier cosa antes de tener que usar las tijeras esas. Arriba, abajo. Derecha, izquierda. Delante, detrás. Parezco un trompo loco, ja, ja, ja. Pero vas a quedar perfecto, mijo. Pro-fe-sio-nal, como quien dice. Un momento, que aquí quedó un mechoncito que se escapó de la cortadora de grama esta. Ya está. Perfecto.
Al fin terminé, mijo. Me tomó casi una hora, pero quedaste guapísimo. A ver, sube la cabeza para verte la cara. Dale pues. Vamos, no te hagas de rogar y sube la cabeza, mijo. ¿Qué no oyes lo que te digo? Primero tuve que amenazarte para que te quedaras tranquilo y ahora no quieres moverte para nada. ¿Qué fue, te estás vengando? ¡Que subas la cabeza te digo! ¡Que te quiero ver la cara! Bueno, te la subo yo. ¡Huy qué pesada! ¡Y qué tiesa! Tienes los labios azules. ¿Qué te pasa? ¡Mijo, háblame! ¡¿Cómo te enredaste el cable en el cuello?! Déjame aflojártelo. No puedo; está duro y no resbala. ¡Mijo! ¿Qué hiciste esta vez? No me escuchaste, ¡te dije que te quedaras quieto! ¿Y ahora qué? ¡Vamos mijo, respira! ¡Respira! ¡Respira, que te lo ordeno yo! ¡Respira, por favor…!
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EL AGUA NOS DA VIDA, NOS CALMA, NOS NUTRE, NOS ENVUELVE, NOS PURIFICA Y NOS LIBERA ...Y A VECES CAE SOBRE NOSOTROS COMO GOTAS DE SOL Y LUNA
acabo de leer tu relato sobre el corte de pelo y me dejaste sentada en el sitio, inmovil y consternada!!! en serio!!!
ResponderEliminarjugando con los miedos?
me gustó en tanto en cuanto me produjo sensaciones intensas, lo conseguiste
pero claro, sensaciones no agradables, toca ese miedo ancestral de las madres
bueno, eso es parte de mi lado oscuro
ResponderEliminarexactamente, trabajo los miedos venciendolos mas bien; descomponiendolos, estrujandolos y aniquilandolos como puedo
Ay no Paty! Que cruel!
ResponderEliminaray caray !! que final tan funesto, eso está muy triste, me gusta mas tu lado "amable" porque lo que escribes usando tu lado "iluminado" me produce sentimientos agradables y al leer este, se siente algo feito.. de todas maneras, la descripción es bastante grafica, podía imaginar todo. Un abrazo fuerte querida amiga.
ResponderEliminarEsta es la historia mas cruel de Pati
ResponderEliminarhuyy si, es cierto, es muy cruel, lo que me gusta de esto es que Paty escribe lo que se propone de una manera decisiva y que mueve diferentes sentimientos. Felicidades querida Paty.
ResponderEliminarAl principio me veia ami misma cortandole el pelo a Diego (el otro dia lo hice y me costo otro mechon de canas...). El final te deja en shock!!
ResponderEliminarImpredecible,me imaginaba muchas cosas menos eso,me mantuviste en vilo,durante toda la narracion ,saludos.
ResponderEliminarTe confieso que el corte me dejó sin habla, muy fuerte.............no es que quiera leer todo rosa, pero la verdad que me quede como con la empalizada en el piso, como dicen aqui los criollos..............Bueno Patty, la realidad no es rosé, pero siempre trato de darle un toque colorido para que sea mas llevadera............
ResponderEliminarI read El corte yesterday. It was so horrific that it became hilarious. Perfect reading for the Halloween season!
ResponderEliminar(I could totally relate to the mom, I have been cutting these boys' hair for almost two decades).
el corte es para la vispera del halloween? uff !! de nuevo, al leer "el corte" me hace sentir desde la desesperación hasta la angustia... paty, que fuerte.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado este texto, lo he leido varias veces, y tiene asi un poquito de humor ingles. Y lo de kojak me fascina!!! Habra alguien que no sepa quien era ????... El, si que llevava un buen corte de pelo :)))
ResponderEliminarGracias mi estimada y preciosa amiga Patricia, muy buen relato, es como si estuviera escuchándote o mirando una historia en televisión...logras captar nuestra atención desde el principio. Tu eres muy buena felicitaciones.
ResponderEliminarGracias mi estimada y preciosa amiga Patricia, muy buen relato, es como si estuviera escuchándote o mirando una historia en televisión...logras captar nuestra atención desde el principio. Tu eres muy buena felicitaciones.
ResponderEliminarGracias por tu excelente historia amiga patricia, desde que empece a leer captaste toda mi atenciòn y afloraste algunos recuerdos y sentimientos. Eres muy buena amiga preciosa, felicitaciones y que Dios te Colme de Bendiciones.
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