Bendición
Todas las noches antes de irse a la cama, la madre entraba en las habitaciones de sus hijos para asegurarse de que todo estuviese en orden mientras dormían. Con todo el amor arreglaba sábanas y frazadas, los besaba y les susurraba al oído cuánto los quería, lo importantes que eran para ella, y los encomendaba a Dios para que los cuidase. Así hizo, noche tras noche, año tras año, durante toda una eternidad, sin percatarse de que en algún momento, los niños habían crecido y se habían ido de la casa. Y aún ahora, cada noche, la madre repite aquella solemne y amorosa ceremonia de bendición a sus hijos, sin haberse enterado nunca de su propia muerte años atrás…
"Bendición" aparece en Yara y otras historias, por Patricia Schaefer Röder
© 2010 PSR
Ediciones Scriba NYC 2010
ISBN 97817326767718
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muy bonito.
ResponderEliminarahora mi hijo pide la bendición, como hacíamos nosotros durante tantos años, aunque lo hace pronunciando una buena "c" española, no como nuestra ..."sión" mamá!
que importante es detenernos ese instante a pedir o dar la bendición a nuestros padres e hijos,ojalá pudiera ser por siempre....
ResponderEliminartodas las noches antes de irse a la cama, la abuela pensaba en sus nietos y esperaba que todo estuviese en orden mientras dormían.... así es la vida, primero los hijos y luego los nietos aunque no sea responsabilidad de la abuela pero no se puede evitar...hoy dormirán en mi casa, el viernes, el sabado también, su mamá no está, que casualidad no?
ResponderEliminarhermosísimo, Paty. De inmediato, pensé en una gran amiga que perdió a su mamá hace poco más de una semana... se ha quedado la pobre...
ResponderEliminarUn beso grande
asi es el amor de madre, toda la vida y hasta la eternidad.
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