Una vez más, como en todas las reuniones de los jueves por la mañana, su jefe la hizo sentir invisible. Terminada la sesión fue a comprar su almuerzo. Al salir del edificio, las nubes se apartaron de pronto y una claridad abrumadora la envolvió por completo, desapareciendo su sombra. En medio del resol y el calor calcinante, se inclinó en derredor buscándola sin éxito. Miró el suelo que pisaba y, al no encontrarla, confirmó lo que siempre había sospechado. Entonces cerró los ojos, dejó escapar un suspiro y se dejó derretir lentamente, quedando sólo una mancha que el asfalto abrasador se ocupó de desvanecer.
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EL AGUA NOS DA VIDA, NOS CALMA, NOS NUTRE, NOS ENVUELVE, NOS PURIFICA Y NOS LIBERA ...Y A VECES CAE SOBRE NOSOTROS COMO GOTAS DE SOL Y LUNA
¡Qué contemporaneo! Por el contenido y lo concentrado del sarcasmo.
ResponderEliminarEstoy disfrutando de tu inspiración de los últimos días. Gracias por compartirla.
huy !! pos el jefe la hacía sentir tan invisible que por eso no tenìa ni sombre, ni ganas de vivir, parece un ánima de Pedro Páramo. Estuvo muy cortito pero clara, precisa y concisa, Saludos.
ResponderEliminarme gustó mucho... raro lo define bien, no te esperas el descenlace y es un efecto que no debe ser fácil de conseguir en un relato tan corto...
ResponderEliminarel protagonista está muerto y no lo sabía,
pero ya digo que es algo inesperado... en un relato tan corto insisto que no me parece facil
Un relato para desvanecer.
ResponderEliminarPrecioso nano relato
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