Juracán vino
a arrancarte lo tuyo
sin miramientos.
Una gran trampa
te dejó con la vida
hecha jirones.
Alma tranquila
soportaste su paso
confiando en Dios.
No imaginaste
desorden que Irma y María
destaparían.
Perdiste aliento
hasta eso se llevó
el torbellino.
Una cadena
de infames situaciones
golpeó tu espíritu.
En medio del caos
protegiste a tus hijos
del río crecido.
Bondad de otros
no pudo devolverte
la serenidad.
La vida sigue
pero ya no para ti
...no queda nada.
Otro muerto más
que el gobierno no cuenta.
Yo te recuerdo.
© PSR 2018
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