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miércoles, 22 de mayo de 2013

SELECCIÓN NATURAL


Nacieron a la orilla de un pozo turbio del pantano, junto a tantos otros de la misma camada. El lugar era ideal; la gente del campo no pasaba por allí porque tenía mucho miedo. Entre el verde profundo de la maleza, madre y padre velaron el nido alto de palitos y hojas para garantizar que la mayoría de los huevos nacieran. Después, transportaban a las crías sobre la cabeza o en la boca, protegiéndolas de cuanto peligro posible hubiera, dejándolas crecer suficientemente robustas para sobrevivir solas. Pasaba el tiempo y los pequeños hocicos se hacían más alargados, llenándose de dientes grandes y afilados. Cada día se volvían más astutos, más feroces, más sanguinarios. Un día de invierno, en un recodo del oscuro caño, los jóvenes les tendieron una trampa mortal a los viejos. El plan salió perfecto; no durarían mucho. Y mientras la vida se encargaba de llevárselos, los traidores aprovecharon para alimentarse de sus despojos. Engulleron vísceras, ojos y músculos con el apetito más voraz. Luego se acostaron, panza arriba, en la playa que hicieron suya. Al fin se sabían los dueños de toda la cañada. Era una cuestión de simple selección natural. Teniendo el control absoluto, los demás quedarían sometidos por ellos, recibiendo las sobras de lo que fuera cayendo desde las partes más altas de aquella pirámide de poder. El poder. Cada uno creía que lo tenía, cada quien pensaba que lo merecía, cada cual lo ansiaba para sí, pero… ¿quién lo poseía en realidad? Todos ellos eran iguales; nacidos y criados en el mismo pozo. No había uno solo que tuviera indicios de crecimiento de cachos. Eran agresivos, sí, pero mediocres. Cuando se dieron cuenta de que ninguno era un macho alfa, se desató la locura en el fangal. Sin líder, de pronto sintieron que la charca era demasiado pequeña para tantos. Reinaba la paranoia; no confiaban ni en sus propias escamas. Entonces, presas del odio y el pánico, comenzaron a aniquilarse entre sí. La furia flotaba pesada sobre la superficie de la cañada. Los asaltos venían de todas partes; desde la orilla y desde lo hondo, con sol y en la penumbra. Fue un tiempo de terror e incertidumbre, donde lo único que quedaba era atacar primero. Agredir sin piedad. Así, uno a uno acabaron muriendo, víctimas de potentes mordidas y latigazos de cola. Entre bufidos y resoplidos, el caño adquirió un tono escarlata intenso. Por suerte, aquel infierno rojo no duró mucho. El último de ellos pereció víctima de una herida profunda y desgarrada que le había hecho su propio hermano de nidada en el potente cuello. Agonizando, miró alrededor contando sus congéneres descuartizados por la codicia. Dejó de respirar sin entender lo que había pasado. La era oscura de la cañada había acabado. Por fin se impuso la calma. Una tarde soleada, poco después de la matanza, un campesino que tomaba el atajo por el pantano, los encontró. El escenario hablaba por sí solo. Él sí comprendió lo que pasó. Feliz, llamó a sus compadres para que le ayudaran. No podían usar la carne porque se estaba descomponiendo, pero el campesino tuvo una idea mejor: con sus pieles fabricó zapatos para que la gente, ya sin miedo, los pisara desde adentro.


©2013 PSR


24 comentarios:

  1. Crudamente ardiente lo vemos a diario en la irracionalidad humana contenida

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  2. Excelente, Patricia Schaefer Roder. Aplausos desde Memphis

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  3. Zapatos caros, hechos de la desgracia y la estúpidez reptil. Original!!!

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  4. Extraordinario tu relato y todo lo que observas para expresarlo con las palabras justas, aunque es triste, es una realidad, al leerlo te despierta emociones. Escribes muy bonito Patricia Schaefer Roder ( con diéresis en la "o" )

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  5. Me gusta, ¿Son cocodrilos? ¿Caimanes?

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  6. Tal y cual sucede! Muy bueno! felicidades

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  7. Pues usaremos su piel para que no vuelva a suceder ;)

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  8. Se me parece tanto a lo que estoy viendo todos los días durante mi presente estadía en Valencia, Venezuela. ¿Será pura casualidad?

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  9. Me recuerda mucho a otra raza que se dice inteligente y se llaman hombres y andan por el mundo acabándose entre sí por el poder y vamos para allá rapidito ojalá muchos más pudieran leerlo y así veeriamos enque vamos a quedar sí no nos consientizamos de este mundo de todas manera todos son consientes esperar el tiempo nos dirá gracias patricia a pesar de la extinción fue lindo el mensaje.

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  10. Buen relato. Todo fue obra de la selección natural...

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  11. cualquier semeanza con algun lugar que conocemos , no es accidental, es intencional...solo que el desenlace es ficticio, el desarrollo de la historia es real, pero el final esta muy lejos de ahora...quizas dentro de un tiempo muy distante

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  12. Muy bueno! Luce como muy familiar en nuestros días....

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  13. Una belleza, gracias estimada Patricia por compartirlo.

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  14. Siempre atenta en tus observaciones, ni más ni menos, así es, en los animales es natural, entre seres"humanos", maldad, pero así terminan los que actúan de manera irracional y mentirosa. Muy bien escrito Paty, parece que ya visualizabas las "altas esferas" de gobiernos sucios y corruptos. Eso imagine al leer.

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  15. No sólo caimanes, sino de desadaptados y resentidos sociales que no tienen ni la P idea como se administra la cosa pública.

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