LIBROS POR PATRICIA SCHAEFER RÖDER

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miércoles, 31 de diciembre de 2014

H O Y (II)

 
Hay en el aire
un tiempo interminable
en un suspiro.

Orden divino
regalo de la vida
hecho de instantes.

Y nunca muere
crepúsculo a aurora
el hoy se queda.


©2014 PSR


miércoles, 24 de diciembre de 2014

P A Z (III)


Premio de vida
escondida y abierta
te encuentra mi alma.

Ansiosa bebo
tu brisa en acordes
tranquilízame.

Zurrón de nube
me das el gran arco iris
que me sosiega.


©2014 PSR

miércoles, 17 de diciembre de 2014

5 MICRORRELATOS (X)


SERENIDAD

Mientras la liebre dormía la siesta, la tortuga avanzaba segura, disfrutando el paisaje.



FACHADA

Buscando ser feliz, el viejo amargado decidió deshacerse de las arrugas y teñirse las canas. Ahora es un joven amargado.



GRATITUD  

En una esquina tranquila, el tecato del semáforo en la avenida principal agradeció en silencio a cada uno de los conductores que le regalaron limosna ese día y se dio el último viaje, esta vez sin boleto de regreso.



DICTADURA (III)

En medio de la hecatombe y con el síndrome de Estocolmo, el pueblo era feliz.



EMANCIPACIÓN

Al fin, la sombra y el reflejo lograron escapar juntos. Ahora son felices viviendo su amor virtual.



©2014 PSR


viernes, 12 de diciembre de 2014

A M O R



Alegras mi alma
llenándome de dicha
por toda la piel.

Maravillado
mi espíritu vuela alto
ida y regreso.

Ostra perlada
el premio está dentro
de mi corazón.

Risueña estoy
respiro suspirando
aroma y color.


©2014 PSR


 

viernes, 5 de diciembre de 2014

HACIENDA REAL

Otoño de 1825. El trabajo en la gran plantación se desarrollaba como de costumbre. La cosecha de algodón prometía ser de las mejores de los últimos años. Era esa hacienda una de las pocas productoras de lana en todo el Sur; un lugar único, especializado en generar fibras textiles vegetales y animales. Amos y esclavos cumplían las funciones que les había designado el destino; ni una más, ni una menos. La gran Hacienda Real producía algodón y lana de la más fina calidad, que luego se enviaba a Nueva York, donde los grandes sastres los usaban para crear los trajes más elegantes del país.

Entre todos los esclavos de la Hacienda Real, él era el pastor. Heredó el oficio de su padre, que había muerto a causa de una pulmonía diez años atrás, siendo él aún un niño. Apenas cumplidos los veinte, el pastor todavía no tenía familia; esperaba con paciencia a que la hija del herrero le hiciera caso algún día.

Hombre sereno, tranquilo y honesto, que gozaba de la total confianza del amo y el capataz, el pastor amaba aquellas ovejas como si fuesen sus hijas. Las llevaba a los pastos color esmeralda para que llenaran sus panzas, las movía hacia los riachuelos más cristalinos para que nunca pasaran sed, las cuidaba de cualquier puma que pudiese acercárseles de noche o de día, las dejaba libres para que estuviesen contentas y siempre las guiaba por el sendero más amplio. Igual que los demás esclavos, el pastor no tenía ningún asueto ni sueldo alguno. Simplemente trabajaba para ganarse el derecho a vivir. Trabajaba de día y de noche, todos y cada uno de los días de su vida, manteniendo la misma rutina a lo largo de los años. El pastor nunca se quejó; quería tanto a su rebaño, que nada más le importaba sino el bienestar del que, de alguna manera, consideraba su ganado. Hacía cualquier cosa por esas ovejas; ellas siempre ocupaban el primer lugar en su vida. Solo ellas tenían la prioridad total frente a los demás, incluso frente a la hija del herrero, más aún frente a él mismo. Tanto así las quería.

El pastor estaba muy orgulloso de su rebaño. Al contario de él, que asemejaba una escultura famélica de ébano pulido, las ovejas engordaban y crecían, produciendo la mejor lana de la comarca. El pastor no poseía ningún bien material, mas era propietario de la ética y la moral más infalibles. En extremo responsable, sentía y sabía que su trabajo era excelente, que las ovejas estaban bien mantenidas, que rendían la fibra más óptima. Era tan evidente el buen trato que les daba, que todos en la hacienda lo comentaban.

Un día, el capataz llamó al pastor. El amo de la Hacienda Real había dado una orden.
—Tienes que llevar al rebaño al trasquilador del hato vecino lo más pronto posible. El amo está apurado por vender la lana.
—Sí, Señor. Me tomará diez días llegar allá, Señor.
—¡No puedes tardar tanto tiempo! ¡Tienes que hacerlo en cinco! ¡Tenemos que vender la lana!
—Pero Señor, estas tierras son muy grandes y es época de lluvias. Las ovejas no pueden caminar tan rápido. Para llegar bien allá tienen que poder descansar, Señor.
—¡No importa! ¡Tenemos que vender la lana! ¡Tú tienes que llegar al hato en cinco días, ni uno más! ¡Solo avanza con las ovejas y no pares! ¡Ellas tendrán que acelerar si tú vas más rápido!
—Señor, hay algunas ovejas que son más rápidas que las demás. Con esas no habría problema, pero hay unas que ya están viejas y otras que son demasiado pequeñas; se quedarán atrás, Señor.
—¡No me importa! ¡Tú tienes que llegar al hato en cinco días! ¡Tenemos que vender la lana! ¡Solo avanza con las ovejas y no pares! ¡Mira a ver cómo haces, pero eso sí: si llegas tarde al hato vecino o te falta una sola oveja, el amo te castigará con cincuenta latigazos!
—Pero Señor, es imposible hacer eso que me pide. No puedo exigirles más a las ovejas de lo que ellas pueden dar, Señor. Las estaría maltratando.
—¡Tenemos que vender la lana! ¡Solo avanza con las ovejas y no pares, te dije! ¡Tienes que llegar al hato en cinco días, ni uno más! ¡Y si llegas al hato vecino y te falta una sola oveja, tendrás cincuenta latigazos! ¡Así que mira a ver cómo haces!
—Está bien, Señor. Haré lo que pueda, Señor. Intentaré llevarlas lo más rápido posible, pero no puedo prometerle nada, Señor.
—¡No! ¡Tú no entiendes! ¡Tenemos que vender la lana! ¡Tienes que llegar al hato en cinco días! ¡Y si llegas tarde o te falta una sola oveja, se te cobrará con cincuenta latigazos!
—Muy bien, Señor. Así será.

Cabizbajo, el pastor caminó hacia la choza comunal donde dormía cuando pasaba por la casa grande. Por primera vez en su vida, el pastor pensó en sí mismo. Con infinito pesar por separarse de su adorado ganado, por perder a la hija del herrero y por el futuro incierto que se abría frente a él esa noche, cuando todos dormían salió de la hacienda y desapareció.

El mismo capataz tuvo que llevar a las ovejas al hato vecino. Llegó en dos semanas, agotado igual que el rebaño y sin percatarse de que faltaban siete ovejas que se fueron quedando rezagadas y atrapadas en el fango. Como estaba previsto por el amo, lo premiaron por su esfuerzo con cincuenta latigazos.

Una semana después, el amo de la Hacienda Real vendió la lana a buen precio en el mercado.
  

viernes, 28 de noviembre de 2014

LA GRANJA


Ajada, ya tan cansada, Sara lavará la casa mañana. La maraña rasa la alza, calmada. Sara canta tantas nanas al alba, tantas nanas para Ana, para andarla a la cama. “Mamá”, habla Ana, “¿amas a Ana?”. Sara clama, agradada: “Mamá ama más a Ana; más, más, más; Mamá ama más a Ana”. Dama alta, Sara manda a Carla a salar las alas. Carla salta a la carpa, amarra las pavas calvas, mata las aras grasas, arranca las patas, saca las caballas aplastadas, atascadas a las cajas rasas, casca la caña, amasa las trazas para la gran bacanal. “¡Santa Marta sagrada!”, ladra Adán, al andar la manada marcha larga atrasada. Vacas, cabras mansas, atrapadas, Adán las traspasa ‘trac-trac’ a la paja, al arpa, a las balas. Aplaza la trampa hallada para más atrás. Agazapada, a rastras, Sandra labra la granja. Abarca ananás, papas, batatas, naranjas, manzanas; plantadas atrás, agarradas, abaratadas. Harta hasta la palma, Sandra marca la traca anaranjada. “¡Hasta mañana, Ña Sara! ¿Agrandará las sábanas blancas?”, clama Sandra, amargada. “Mañana, mañana, Sandra. Mañana hará la lavada Ña Sara”. Al hablar parada, Sara planta tardanzas a Sandra, Carla, Adán. Acabadas, a las barracas, Carla, Sandra, trazan zanjas a las canas. Ya a casa, Adán da caza a Yara a la hamaca altar. Yara da calda a Adán. Apapachada, Yara ama más a Adán. A la casa-granja, agachada la cara, Sara alcanza a sacar la trama lanar hallada para dar la mama a Ana. Hasta la paz cansada, ya tan ajada, Ña Sara lavará la casa mañana. “Mañana, Sandra. Mañana. Mañana Ña Sara lavará la casa”, Sara habla palabras claras a Ana calmada.
 

©2014 PSR

viernes, 21 de noviembre de 2014

5 MICRORRELATOS (IX)


SECRETO

El ángel más bello de todos ocultaba una pata de cabra bajo la túnica.



SEGUNDA OPORTUNIDAD

Sintiéndose culpable, él quiso terminar la relación enviando un texto. Sin embargo, el programa automático se encargó de corregir el error.



INTERÉS

Al descubrir en el castillo aquella enorme biblioteca llena de libros maravillosos que la Bestia nunca había leído, la intelectual Bella se “enamoró” perdidamente de él.



DICTADURA (II)

El tirano local se creía invencible hasta el día que un pequeño virus se lo comió desde adentro.



PAZ

El hipocondríaco al fin se tranquilizó cuando le encontraron una enfermedad incurable.



©2014 PSR


viernes, 14 de noviembre de 2014

 
Eres aquel suspiro que me dejó sin aliento. Te tuve un instante dentro de mí, para luego dejarte ir.

Eres mi reflejo refractado en un cristal sin tallar. Poco a poco vas cobrando tu forma inigualable.

Eres la melodía de mi corazón hecha eco sublime, la sonrisa hermosa que me ilumina la vida, tranquilizándome.

Eres una mariposa amarilla que, en paz con el universo, juega feliz en el azul de la tarde.

Eres el trayecto que te toca andar por ti misma. Nadie más lo puede hacer; aprovecha la  compañía que tendrás en algunos tramos.

Eres la osa valiente y fuerte en el bosque de nuestros antepasados. Eres la honestidad sin envoltorio: directa, contundente y real.

Eres la semilla de libertad que guardé para una siembra futura, la verdad de mi vida dibujada con carboncillos en un cuaderno de arte.

Eres tus metas y pasiones concentradas en un frasco de pintura, creando imágenes preciosas salidas de tus manos.

Eres la buena música hecha color y esperanza, la fragancia de la juventud que inunda los caminos solidarios.

Eres mil preguntas que me hago yo misma, sin saberlas responder. Eres balanza justa con platillos de infinitas formas.

Eres la flor más suave de todo el campo en primavera, el corazón inquieto que apoya y divierte a otros.

Eres mujer pura y sabia que comienza a desplegar el alma, abeja responsable de escoger las mejores flores.

Eres maravillosa y única; estoy orgullosa de ti y soy totalmente feliz cuando te abrazo.

Eres la risa sutil que pinta sonrisas en los demás. Eres la fantasía y la razón combinadas en la brisa del mar.

Eres la alegría genuina que no se deja vencer; no hay poder en el mundo que te la pueda quitar.

Eres el espíritu de lucha que no se cansa de intentar, junto a la paciencia inteligente que sabe dosificar el esfuerzo.

Eres la fusión de los aromas y las dimensiones más una, que te hacen irrepetible.

Eres todas las ilusiones enlazadas con una cinta dorada. La cinta se está abriendo y empiezas a volar...


©2014 PSR


jueves, 6 de noviembre de 2014

VACÍO (II)


soy un espacio vacante
drenado de aroma
perdido de melodía
un volumen inverso
descargado de amor
soy lo contrario de la luz
cuando huyen las sombras
al borde del abismo cruel
del desatino
soy un acorde mudo
deshabitado de ilusiones
un sentimiento solitario
ausente de suspiros
soy una fruta pisada
que no rinde vino
una hoja desintegrada
con las venas secas
desiertas de savia
un nido despoblado
donde sólo quedan plumones sucios
soy la tinta derramada
en páginas omitidas
la idea escurridiza
que huyó a otro universo
paralelo
enrarecido
soy la felicidad huidiza
entre momentos fugaces
de alegría plena
concentrados en un solo punto conceptual
que se desvanece
soy una enorme nube blanca
hecha de agua clara
que por miedo a convertirse en aire
no desea derramarse
aún
soy un corazón fantasma
desocupado de tristezas
incluso ellas me abandonaron…
soy la ausencia de la muerte
en la vida que dreno
instante a infinito
la falta de paz
que me quema sin aire
en el ojo de la tormenta
soy el gentilicio magullado
de mi tierra bella
huérfana de unidad
descargada de ilusiones
expulsada del paraíso
el espíritu apagado
de quien, por momentos
se cansa de luchar
soy semblanza del presente que no existe
todos los sentidos reunidos en un cuerpo
el aliento del alma universal
la que no entiende de derrotas
de obstáculos
ni de odio
aquella que, aunque agotada
sopla con paciencia
el último resto de brasas
que sobrevivió a la hecatombe fría
de la enorme nada que quiere devorarlo todo
soy mujer y respiro
destruiré el vacío
una vez más.


©2014 PSR


miércoles, 29 de octubre de 2014

5 MICRORRELATOS (VIII)



CONTUNDENCIA

Al amargado sólo le gustó un chiste en toda su vida. Cuando se lo contaron, murió de risa.



SERVICIO POSTAL

El sobre con las malas noticias nunca llegó a su destino. Y así, todos vivieron felices por siempre.



TESORO

Cuando llegó al final del arco iris, descubrió toda la vida concentrada en cada gota de lluvia.



ELECCIONES

Una vez más, al terminar las jornadas electorales, la cuadrilla del aseo se encargó de disponer de las urnas.



DESTINO

Al fin, la cabeza había logrado convencer a las piernas de no saltar al vacío. Entonces, el corazón se emocionó tanto, que se salió del pecho.



©2014 PSR


miércoles, 22 de octubre de 2014

JUSTICIA

Jóvenes sanos
en busca de la igualdad
de corazones.

Unidos todos
no habrá obstáculos
muros ni abismos.

Saben de siempre
que hormigas y abejas
trabajan juntas.

Todo el tiempo
energía y empeño
rendirán frutos.

Inacabada
la historia contaremos
sigue adelante.

Corrupción y odio
producen desatino
en celdas frías.

Ideas limpias
guían por sendas de luz
a la dignidad

Amanecerá
vencerá la justicia
del Bravo Pueblo.


©2014 PSR

miércoles, 15 de octubre de 2014

S I G L E M A


Soy un poema
que respira palabras
en cien mil voces.

Imagen viva
se mueve entre líneas
y me levanta.

Grandes conceptos
crecen en mis estrofas
limpias, sencillas.

Luz de las letras
desdóblame en el papel
ve por el viento.

Espárcete en mí
minúsculo núcleo
potente idea.

Me invitas a ir
al final del gran mundo
y descubrirlo.

Adentro y fuera
soy pequeño e inmenso
en mil respuestas.


©2014 PSR


miércoles, 8 de octubre de 2014

T I E M P O (II)

Toda la vida
derrites los momentos
que no volverán.

Imagínome
saltando entre instantes
siglos, segundos...

Es la hora, ya
el tiempo desespera
eternamente.

Millones de eras
transforman nuestras vidas
en postpasados.

Por el sendero
del “ahora” inmediato
transito veloz.

Olvido que soy
la voz del agua y aire
materia y tiempo.


©2014 PSR


miércoles, 1 de octubre de 2014

N O C H E


Nada escondes
en tu penumbra clara
con gatos pardos.

Oro, solemne
envuelta en las nubes
luna y estrellas.

Cien ojos me ven
camuflados en grises
sombras inquietas.

Humilde vengo
a fundirme en ti, noche
pura y divina.

Entre murmullos
que me mecen tan suave
me rindo a ti.


©2014 PSR

miércoles, 24 de septiembre de 2014

A L M A (II)


Ahora soy yo
señora del futuro
y de mi aliento.

Las alas grandes
abiertas de par en par
nunca cerraré.

Me muevo veloz
el camino se eleva
sobre la luna.

Alma y corazón
se funden en el cosmos
aroma en luz.


©2014 PSR

miércoles, 17 de septiembre de 2014

H O Y



Hay que madrugar
el tiempo es aroma
se desvanece.

Otro día más
nueva oportunidad
me siento viva.

Ya no es luego
las notas efímeras
son el presente.


©2014 PSR

miércoles, 10 de septiembre de 2014

S E L E N E



Sola estás hoy
misteriosa y mágica
hermosa Luna.

Errante dama
acompañas mi vida
año tras día.

Luces brillante
con tu halo multicolor
flotando suave.

Entras segura
en mi mente y voluntad
dueña del tiempo.

Nunca abandonas
mis huellas en la senda
al horizonte.

Eres tan sabia
en tu zenit de estrellas
reina por siempre.


©2014 PSR


miércoles, 3 de septiembre de 2014

F U T U R O (II)



Fortuna y vida
no quieren detenerse
aunque lo intenten.

Un instante más
se convierte en confeti
entre mil nubes.

Todo refulge
en colores brillantes
delante de mí.

Urge encontrarme
hoy se acaba sin más
y nunca vuelve.

Romperé el tiempo
regalos de futuro
presente en trozos.

Organízome
mirando adelante
horizonte y mar.


©2014 PSR

miércoles, 27 de agosto de 2014

VACÍO


una montaña insorteable
se mueve delante de mí
antecediéndome en todo momento
no puedo escapar de ella
ni siquiera puedo dejar de mirarla
descarada, se burla
aplastándome en sus abismos
la montaña es hueca
me grita que salte
caigo en el espejismo
siento la ausencia de calor
también la ausencia de frío
sucumbo en un volumen que no es
no hay luz ni oscuridad
a ratos me invade el temor
todo está repleto de piezas viejas
sin instrucciones para armar el rompecabezas
quinientos mil colores se posan sobre el gris
intentando definir alguna silueta peregrina
que huye a medio terminar
un millón de acordes se cuelgan de las cuerdas del pentagrama
es inútil, la montaña los absorbe sin dejarlos salir
pareciera hecha de corcho
el silencio me comprime
novecientas dieciocho formas geométricas
llenan las páginas en blanco de mi memoria
sin poder llegar a ser un dibujo
la montaña se tragó el cuaderno
setecientos aromas en coloridos tonos
inundan aquel aire que me apresa sin dejarme respirar
estoy presa en el espacio
la montaña no me permite avanzar
no me abandona
ni se desintegra en mi mente
es un titán omnipresente
los recuerdos se derraman sin remedio por la habitación
inundan la casa
salen hacia la calle
buscando inútilmente una red que los atrape
entre fragmentos de desechos
que flotan río abajo
a mis pies
el manantial está en la montaña
ella cuida fantasmas
suelta demonios
nutre miedos
inseguridades
no puedo ver más allá
es contundente
refractaria
se carcajea de mis sueños
haciendo trizas el ímpetu
las oportunidades
la montaña está delante de mí
no me dará paso
implacable, se mete en mi cabeza
haciendo confeti de mis planes
quiere invadir mi espíritu
y estrujar cuanto deseo quede
la montaña se cree invencible
dueña de mi destino
pero olvida que soy cantera
y mi paciencia es infinita…


©2014 PSR

miércoles, 20 de agosto de 2014

A L A S

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Abre los brazos
al futuro inmediato
incierto y bello.

Levanta vuelo
desde el derrumbe y lodo
que no te toca.

Amplia la mente
de espíritu universal
y vida libre.

Siente el corazón
como bate tus alas
elevándote.


©2014 PSR


jueves, 14 de agosto de 2014

ATARDECER


El sol caía derramando rojos y violetas entre las montañas. La tarde se llenó del canto de miles de aves; el murmullo del agua que se escurría entre las piedras servía de fondo al sonido de los insectos y al grito desbocado de los coquíes que buscaban pareja. Celia miraba los rayos del astro que huía, mientras tarareaba aquella canción de la infancia a su hija en brazos. Al fin había logrado encontrar la paz. Entonces, sus ojos húmedos se llenaron de alegría.

 ©2014 PSR

miércoles, 6 de agosto de 2014

L U Z (III)


Luciérnaga soy
en medio de la noche
intento dar luz.

Un haz brillante
me envuelve tan cálido
dulce aroma.  

¡Zas! Tomo impulso
tan llena de energía
sonríe mi alma.


©2014 PSR

miércoles, 30 de julio de 2014

V A L O R


Veinte mil años
duró tu brava gesta
con buen coraje.

Armada de luz
la verdad ante todo
impone la paz.

Lágrimas claras
por traición e injusticia
limpian tu vida.

Otra lucha más
la causa no termina
debes resistir.

Renacerás, sí
entre polvo y cenizas
valiente y sabia.


©2014 PSR

miércoles, 23 de julio de 2014

A LA SOMBRA DEL MANGO


Inés comía mango a la sombra del árbol. Antes se había subido con su amiguita por aquel tallo grueso, rama por rama, ayudándose mutuamente. Paradas sobre las ramas fuertes, se estiraron buscando los mangos color atardecer que colgaban de las más delgadas, sacudiéndolas para tumbarlos al suelo. Aquellas frutas caían como granizo dorado sobre la tierra fresca del campo. Cuando ya no hubo más mangos amarillos que tumbar, las dos niñas bajaron del árbol y los recogieron en bolsas para llevarlos a sus casas. La amiguita tenía prisa y así, Inés se quedó sola, disfrutando el sabor glorioso, dulce y perfumado de los crepúsculos sustanciosos que habían caído del árbol para saciar su hambre con alegría y alimentar los recuerdos de la niñez, mientras soñaba con su futuro.

©2014 PSR


miércoles, 16 de julio de 2014

GAY

Galantes, Andrés y Guillermo andaban ya gustosos atravesando yagrumos gigantes. Antes yoístas, gritaron arrebatados “¡Yo, Guillermo, álzome y grito al yugo generalizado, atroz y grosero, al yunque grotesco, aplastante y garrafal: Amo y guardo admiración y gentilezas al yumbo garzo, Andrés!”. Y gratamente, Andrés, yaciendo gracioso ante yataganes grises, abrazó yaros grandes, aminorando yacturas genéticas, abriendo yemas galactitas armiñas. “¡Ya Guillermo, amigo y general amado; yantemos ganosos, ávidos y golosos, ante yucatecos garbos!”. Ahora, ya girado, Andrés yuxtapuso garabatosos amarillentos yuyos geométricos, ansiando yunciones grandes, alardeando yerros gnósticos, arbitrarios. Y ganaron, Andrés y Guillermo, almas y gloria amplia y genuina. Apartaron yardas granitas, ancianas, yermas, gratificándose alegremente y generando amistades yanaconas, gestadas amplia y genialmente. Altivos y gallardos, ayudáronse yuntando grava, algas y gasas al yurumo gemelo, antepuesto y grande. Andrés ya galopó a Yaracuy, garroteando a yeguas gordas. ¡Ay, yaguar, Guillermo arrió yacarés! Gauchos andinos y greñudos, antes yernos gasajosos, ahora ya graban armas y guantes artilleros. Y guastadas atrás y guindadas, ambas yerbas, granadilla amarilla y girasol, añadieron y germinaron. Anochecía y Guillermo, Andrés, ya gozaban arrobados yeguando gozosos, aplaudiendo y gentilizando al yang; golpeando al yerbal, golondros ambiciosos, yoístas…


©2013 PSR



TAUTOSIGLAMA

Un tautosiglama es un tautograma compuesto en el que las palabras que lo constituyen comienzan con las letras del título escrito en forma de siglas, en el mismo orden que llevan. El título del tautosiglama representa el tema que se desarrolla en el texto. Por su naturaleza acrónima, el título queda escrito en mayúsculas.

© Patricia Schaefer Röder, 8 de mayo de 2011

miércoles, 9 de julio de 2014

La sirena




La sirena divisó su playa a lo lejos. Seductora, rozaba el cuerpo entre las olas, posándose en la misma roca. Una vez más, cantaba enamorada. Entonaba notas mágicas que poco a poco se colaban entre mangles y palmeras, entre almendros y uveros, pasando traviesas por veredas y senderos, hasta la aldea de pescadores. En la oscuridad, la luna aún dormía como la gente del pueblo. La sirena cantaba y cantaba, segura de que pronto vendría a hacerle compañía. Su melodía dulce al fin tocó los oídos justos, que la esperaban cada mes con ansias y al mismo tiempo con tanta serenidad. Musitaba mirando la orilla, anhelando que apareciera. Entonces sucedió. Con la salida de la luna, una figura caminaba por la playa, comenzando a arrojar una leve sombra sobre la arena, mientras se acercaba al borde del mar. La sirena sintió el corazón latir más fuerte y en medio de su canto, la sonrisa se volvió más amplia. Había venido. Finalmente, la figura entró en las aguas, dirigiéndose hacia ella con la placidez de quien se reconoce en un espejo. La sirena se deslizó por la espuma ondulante, nadando hacia el divino encuentro. Llegó, e inmersa en el abrazo tan deseado, acarició su cabellera larga y plomiza, y la besó con infinita ternura en medio de la luz plateada que llenaba la bahía. De nuevo era noche de luna llena.

©2013 PSR  


"La sirena" aprece en A la sombra del mango por Patricia Schaefer Röder 
Ediciones Scriba NYC 2019 
ISBN 9781732676756 

Mención de Honor en los ILBA 2020