"...Caminé. Caminé sin parar por
horas, y de pronto la vi a lo lejos. Una mano enorme que salía erguida de la
tierra. Era una mano vieja a la que le habían amputado el pulgar. A pesar de
esto, los demás dedos subían enérgicos señalando el cielo, dirigiéndose seguros
y fuertes hacia el azul intenso e infinito. En la base, la muñeca mostraba el
paso del tiempo reflejado en los profundos surcos de la corteza que quería
descascararse pero aún no había encontrado el momento oportuno. El muñón del
pulgar estaba astillado y oscuro, mostrando la cicatriz de una herida mal
sanada. Sobre la palma cóncava alguna vez se dieron cita distintas semillas de
orquídeas y helechos, que luego abrieron paso a enormes plantas, minúsculas sin
embargo, en comparación con la gigantesca mano noble que les daba apoyo,
abrigo, sustento. Tronco y ramas surcados por un sinfín de estrías diferentes
que los recorrían en todas direcciones. La copa de esta maravilla se extendía
generosa y abierta para cobijar toda clase de insectos, ranas, pájaros,
lagartijas y pequeños ratoncitos de monte. Era una cornucopia vibrante, noble y
silente; llena de vida que la hacía palpitar, clavada inevitablemente en la
tierra. El viento que pasaba entre las hojas arrullaba el paisaje verde
intenso, moviendo el calor de un lado a otro, envolviendo en su rumor a toda la
mano y lo que contenía, calmando el grito excitado de pájaros, ranas y grillos.
Al fin llegué, envuelta en la
cálida luz de la mañana. Había visto la mano miles de veces en mis sueños ya
desteñidos y tuve la fuerte necesidad de conocerla de cerca; de sentirla, de
abrazarme a ella; de palpar una a una todas las irregularidades de su tronco.
Quise oler el musgo que la cubre por tramos y mojarme con el rocío guardado
debajo de los helechos. Curiosa, probé el néctar silvestre y dulce de las
orquídeas. Necesitaba escuchar el concierto desenfrenado de los animales que
buscan pareja para entender mi propio llamado inquietante y dejarlo salir del
vacío en que se ahogaba; del vacío que yo misma sobrevivía a duras penas. Me
propuse llenar mis pupilas de todas las formas que me rodeaban; de todos los
tonos de verde existentes, de los pardos, de los amarillos. De todos los
colores del arco iris, intensos, que están de fiesta perenne en esa mano viva.
Mi alma se ensanchó más y más, rompiendo una a una todas las costuras que la
encerraban y dejando en libertad al espíritu femenino que hasta ese instante no
había aprendido a volar...".
Fragmento de "Yara" ©2006 PSR
"Yara" aparece en la antología Yara y otras historias, de Patricia Schaefer Röder.
Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-0-0
Tus relatos atrapan Patricia. Un gusto leerte.
ResponderEliminarExcelente...
ResponderEliminarPatricia Schaefer Roder ... Pendiente de tus escritos ...... siempre "envolventes" ... ;)
ResponderEliminarmagnifico!!!
ResponderEliminarHermoso
ResponderEliminarSencilamente hermoso!!!!!
ResponderEliminarconfieso que no he leido tu libro, y es un error que espero enmendar lo antes posible
ResponderEliminarHermoso!
ResponderEliminarque bien, .. crea y transporta.. gracias por compartir.
ResponderEliminarbellísimo la tierra de mi familia, Gracias
ResponderEliminarMuy,muy lindo !!
ResponderEliminarAlma sensible, sedienta de Luz y Verdad.
ResponderEliminarNecesitaba escuchar el concierto desenfrenado de los animales que buscan pareja para entender mi propio llamado inquietante y dejarlo salir del vacío en que se ahogaba; del vacío que yo misma sobrevivía a duras penas. un concierto de emociones en cada palabra leida.. gracias por compartir
ResponderEliminarPRECIOSO.
ResponderEliminarQue maravilla , has logrado captar en los dos primeros segundos de lectura mi atencion y esa atencion se vuelve como un vicio , como una necesidad , como la misma necesidad q siente el q escribe y no puede parar , no puede contener la historia , por q esta se presenta sola en su mente y no es posible dejar de escribir , de esa manera te vas internando , en esa vision en eso q sientes y q tienes q expresar , gracias por compartir y voy a seguir leyendo.
ResponderEliminarmil gracias!!!
EliminarNada q agradecer , mas bien soy yo el q debe de agradecer este divino compartir del intelecto, gracias a ti por ser generosa con la gente y regalar tu ingenio , saludos tambien para ti y de nuevo gracias mil , sigue creando q Dios te ha dado un regalo inmenso.
EliminarSimple y llanamente precioso. Dios bendiga tu talento y el de todos los Venezolanos de bien que salieron a destacarse en todos los paises donde han emigrado.
ResponderEliminarEN HONOR A MI ESTADO NATAL.
ResponderEliminarBuenas tardes amiga, muy bueno, gracias por compartirlo, saludos...
ResponderEliminarMaravillosa la forma en que las palabras van describiendo una situación hasta llegar a la plenitud, mediante "el espíritu femenino que hasta ese instante no había aprendido a volar..." Hermosa prosa, Hace que piense en tantas situaciones que vivimos a diario y pasan ante nuestros ojos casi desapercibidos hasta que llega ese momento exacto cuando surge el descubrimiento. Felicitaciones Patricia Schaefer Roder!!!!
ResponderEliminarhermosa narrativa
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